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viernes, 26 de junio de 2020

Científicos e investigadores del Hospital Houston Methodist identificaron una proteína que se encuentra en el cáncer de ovario, la cual podría coadyuvar con otros elementos para acelerar la progresión de la enfermedad de Alzheimer.


En México más de 350,000 personas están afectadas por la enfermedad de Alzheimer y mueren por ella anualmente 2,030 pacientes.  En tanto que en Estados Unidos más de 5 millones de personas tienen la enfermedad y se estima que para el año 2050, cerca de 14 millones (13.8 millones) de estadounidenses mayores de 65 años podrían vivir con este padecimiento, a menos que los científicos desarrollen nuevos enfoques o tratamientos para prevenirla o curarla. 

La proteína OC1AD1, ya se conocía por potencializar la metástasis del cáncer de ovario, sin embargo, los investigadores las hallaron también en células del cerebro, provocando daño en las neuronas y contribuyendo a la neurodegeneración de la enfermedad de Alzheimer.

“Estos hallazgos sugieren que dos proteínas distintivas bien conocidas en la progresión de la enfermedad de Alzheimer - beta amiloide y tau - pueden ser asistidas por esta tercera proteína, OC1AD1, para exacerbar la condición”, explicó el Dr. Stephen T.C. Wong, autor principal y Director del Centro Ting Tsung y Wei Fong Chao para BRAIN en el Hospital Houston Methodist.

Los científicos han combinado datos genómicos del tejido cerebral de pacientes que murieron de Alzheimer, y los compararon con datos generados en modelos de ratones en investigaciones de laboratorio. Posteriormente, a través de un modelo computacional predijeron que OCIAD1 juega un papel importante en la neurodegeneración progresiva de la enfermedad. Posteriormente validaron OCIAD1 en ensayos celulares, modelos animales de Alzheimer y muestras de tejido humano de Alzheimer.

La investigación de Alzheimer se ha centrado tradicionalmente en algunos temas principales: el papel de la proteína amiloide en la pérdida neuronal y cómo esta proteína tóxica causa lesiones al interactuar con la tau. Sin embargo, más recientemente, otra investigación considera que la beta amiloide podría ser un espectador y ahora los expertos se preguntan si en verdad causa degeneración neuronal.

El grupo del Dr. Wong tiene la intención de examinar si OCIAD1 juega un papel en la interacción con las proteínas beta amiloide y tau. Si es así, la investigación adicional se centraría en el potencial de OCIAD1 como biomarcador y como objetivo terapéutico.

Científicos identifican proteína asociada con el cáncer de ovario que exacerba la neurodegeneración del Alzheimer

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lunes, 14 de mayo de 2018



La presencia de ciertas sustancias en el cerebro podría ser una advertencia clave para la detección temprana de la enfermedad de Alzheimer, de acuerdo con investigadores del Houston Methodist Hospital.

“La enfermedad de Alzheimer ataca las células cerebrales, o neuronas, comenzando con aquellas importantes para la memoria”, explicó el Dr. Joseph Masdeu, neurólogo y director del Nantz National Alzheimer Center at the Houston Methodist Neurological Institute.

“Hemos descubierto que existe una acumulación en el cerebro de sustancias anormales, comúnmente llamadas amiloide y tau, mismas que podrían ser claves en el diagnóstico y progresión de la enfermedad”, agregó. Utilizando una técnica de imagen cerebral, tomografía por emisión de positrones (PET), los investigadores del Houston Methodist Hospital pueden visualizar el amiloide en el cerebro.

La PET amiloide ha demostrado que la acumulación comienza en el cerebro de 10 a 20 años antes de cualquier signo de Alzheimer, como problemas de memoria. Se cree que la deposición de amiloide predispone a alguien a padecer la enfermedad, probablemente al aumentar la cantidad de tau en el cerebro. Cuanto más tau se deposita en el cerebro, mayor daño en el mismo. Sin embargo, hasta hace poco, el tau no se podía visualizar con imágenes.

“En 2013, se descubrió el primer agente de PET para tau, y ahora en el Houston Methodist Hospital tenemos esta técnica para medir la deposición de tau en el cerebro”, explicó el Dr. Masdeu.

Aunque los síntomas del Alzheimer se pueden aliviar, la enfermedad sigue siendo irreversible, pero tratar de prevenirla o retrasarla es muy importante. La investigación en curso también se centra en las formas de retrasar la propagación de tau que puede ayudar a las personas que ya tienen los síntomas del Alzheimer. A partir de varios estudios se ha descubierto que la eliminación del amiloide en esta etapa de la enfermedad no ayuda.

“El amiloide debe eliminarse antes de que se haya inducido la acumulación excesiva de tau”, afirmó el Dr. Masdeu. “Pero otras investigaciones se centran en detener la propagación de tau en personas con Alzheimer; simplemente todavía no tenemos terapias tan efectivas para detener la acumulación de tau como lo hacemos para eliminar el amiloide”.
 


Ubicado en el Centro Médico de Texas, el Houston Methodist Hospital es considerado como el número uno en el estado de Texas y en la ciudad de Houston por la prestigiosa revista U.S. News & World Report. El Houston Methodist Hospital es reconocido a nivel mundial por su investigación médica de vanguardia, por la atención y cuidado a sus pacientes y por sus áreas de alta especialidad en: Oncología, Cardiología y Cirugía de Corazón; Diabetes y Endocrinología; Gastroenterología y Cirugía Gastrointestinal; Geriatría; Nefrología; Neurología Y Neurocirugía; Ortopedia y Medicina Deportiva; Neumología y Trasplantes.

El Houston Methodist Hospital cuenta con una reconocida área de Wellness donde se realizan estudios y check-ups de primer nivel. De esta forma se obtiene un panorama completo e integral del estado físico y de salud de cada individuo y se puede construir, a través de un grupo multidisciplinario de expertos, un programa preciso y personalizado de salud a futuro.

Gran hallazgo para la detección temprana del Alzheimer

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viernes, 17 de noviembre de 2017


19 años de rehabilitación neuropsicología en el Nuevo Hospital Civil


Barreras sociales como la falta de conocimiento, el prejuicio e incluso el bullying representan obstáculos más difíciles de superar que los limitantes físicos y motrices en aquellas personas que tienen alguna capacidad diferente o padecen de secuelas neurológicas derivadas de traumatismos cerebrales o enfermedades crónicas como Alzheimer, Epilepsia y Parkinson, así lo refirió, en el marco del 7 Congreso Internacional de Neuropsicología Clínica Intrahospitalaria, el doctor Tedd Judd, neuropsicólogo  de la Universidad de Seattle Pacific en Estados Unidos y experto en reinserción social de pacientes neurológicos.

“Es un asunto de justicia social, de justicia de los derechos humanos de las personas que tienen alguna discapacidad, el derecho de participar como ciudadanos en todas las decisiones de la sociedad. Afortunadamente, en la última década hemos tenido un cambio de perspectiva mundial, incorporando leyes y tratados en todos los países, incluso en México. El cambio de actitud es que ahora vemos a las personas con capacidades diferentes como ciudadanos que están intentando vivir con el resto de la sociedad, tomando su rol en la vida”, enfatizó Judd.

El especialista dio a conocer que el papel del neuropsicólogo es facilitar la inserción de estas personas en todos los campos de la vida social y familiar, desarrollando roles de manera normalizada y cotidiana. “El cerebro es el órgano del pensamiento, de las capacidades cognitivas, del lenguaje pero también de las emociones, de la personalidad, de la conducta. Nosotros nos enfocamos en los cambios, en las dificultades y desafíos de las personas con secuelas neurológicas”. El campo de la rehabilitación neuropsicológica y la reinserción social y familiar involucra espacios de la memoria, atención, cálculo, lenguaje, funciones cognitivas, emociones y sentimientos.

El 7 Congreso Internacional de Neuropsicología Clínica Intrahospitalaria es organizado por el Servicio de Neuropsicología perteneciente al Departamento de Neurociencias Clínicas del Nuevo Hospital Civil, que a decir de su jefe, el doctor Héctor Velázquez Santana, desde hace 19 años trabaja de manera conjunta con el Servicio de Neurocirugía de Mínima Invasión, en el tratamiento quirúrgico, rehabilitación y reincorporación de los pacientes a sus vidas cotidianas, además de haber posicionado al congreso como uno de los más importantes en el país, como evento de divulgación científica y académica en el tema.

Cabe destacar que el Servicio de Neuropsicología anualmente realiza más de 720 intervenciones de rehabilitación en más de 300 pacientes con diferentes padecimientos neurológicos. 

Velázquez Santana dio a conocer que la cantidad de neuropsicólogos clínicos que laboran en los hospitales es insuficiente para el tratamiento integral de los pacientes neurológicos, ya que tan sólo del 5 al 10% de los pacientes reciben rehabilitación neuropsicológica. Refirió al respecto de la formación de nuevos recursos humanos en esta área, que el Departamento de Neurociencias Clínicas está trabajando en la estructura de un programa de especialidad en Neuropsicología. A la fecha continúan los trabajos del proyecto curricular y se esperaría estar concluyendo el año entrante para poder ofertar dicho programa, siempre y cuando se cuente con apoyo de becas federales para los aspirantes. 

Texto: Departamento de Comunicación Social HCG
Fotografía: Javier Francisco Flores, Departamento de Comunicación Social HCG

Barreras sociales representan mayor reto que impedimentos motrices en personas con secuelas neurológicas

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martes, 8 de agosto de 2017



Por Héctor Medina Varalta

La depresión, ese trastorno tan común, no es una enfermedad de nuestro tiempo, sino que se ha descrito casos desde la antigüedad. Hipócrates en el siglo V a. C., habla de ella: “Cuando la aflicción o la tristeza persisten mucho tiempo, indican un estado melancólico”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión es la primera causa de discapacidad en el mundo y es el origen del 27% de las discapacidades que se registran cada año. En el caso de los cuidadores de enfermos con Alzheimer, la depresión también está presente. El doctor Ricardo Virgen Montelongo, médico adscrito al Servicio de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil, Fray Antonio Alcalde, expone que, regularmente por falta de psicoeducación, en anticipar y planificar el cuidado de los ancianos, le dejan la carga a uno solo. Por lo tanto, la psicoeducación tiene que darse desde los más jóvenes. Esto se mama desde el seno familiar, para que la gente identifique, que cuidar a las personas mayores, es una obligación tanto moral como social, más aún si padece una enfermedad mental como el Alzheimer.
Regularmente cuando se da el diagnóstico solamente se encuentra un escaso número de familiares que los atienden. Por lo general, lo primero que hacen los cuidadores con el enfermo es llevarlo al médico, pues en las noches se agita mucho y no puede tener cierta interacción pacífica con ellos. No obstante, esto sucede cuando ya está desgastado el vínculo familiar, y cuando llegan con el especialista, el cuidador o los cuidadores, se encuentran muy desgastados.
Se borran los recuerdos y el cuidador no sabe qué hacer
El cuidador puede sentirse deprimido, angustiado, enojado apenado y con vergüenza debido al desgaste emocional. El doctor Virgen Montelongo asegura que todo depende de la resilencia del cuidador, es decir, de la capacidad de adaptarse a factores de estrés a largo plazo, pues lo pacientes con demencia pueden persistir con sus trastornos y con el deterioro 5 o 10 años, es un periodo largo. Al inicio del Alzheimer de los cuidados del enfermo, el vínculo familiar, con frecuencia los hijos, ellos no ponen a discusión esta necesidad, se vuelven incondicionales, pero conforme va pasando el tiempo, el cuidador presenta etapas muy similares al duelo. En este caso una persona con Alzheimer si está conviviendo con un familiar o un cuidador, esta demencia, poco a poco se va borrando la personalidad del individuo, terminando por desconocer a la persona que lo está cuidando. Porque en ningún momento vuelve a interactuar con el papá o mamá que desde la niñez lo había hecho.
Se invierten los sentimientos de afecto
El proceso de duelo en las etapas iniciales suele estancarse en los cuidadores y no se suele finalizar o completar el círculo de este. Cabe recordar que en las primeras etapas están entre los procesos depresivos y la irritabilidad. Por eso se vuelven muy intolerantes con las personas que cuidan y no desarrollan otros tipos de patologías, como los trastornos depresivos ya francos. Algunos  de los síntomas de los trastornos depresivos son: la intolerancia y la agresividad, incluso, puede haber eventos muy lamentables con los mismos cuidadores. De hecho, se ha visto que cuando no son familiares, los enfermeros o enfermeras que están muy desgastados, han sido denunciados por maltratar a los enfermos. Ahora, cuando el vínculo es más cercano, los sentimientos de afecto se pueden invertir y entra esta ambivalencia, porque en un acto impulsivo de intolerancia los lastiman y no saben si dejarlos en el abandono o si se exigen más. Es un círculo vicioso que terminan a ambas partes.   
Depresión y suicidio
Cuando hay identificación de una patología depresiva, de ansiedad o de culpa en el cuidador, regularmente, a la par de que se tiene tratamiento con el paciente con Alzheimer los cuidadores deben tener tanto tratamiento farmacológico como psicoterapéutico para ir manejando estos procesos de duelo porque pueden quedar atorados en algunas etapas, y aun cuando el paciente en cuestión entre en esa fase del deceso y de alguna manera se libere el cuidador  de esa carga, todos los sentimientos de culpa van a empezar de nuevo a confrontarlo, pues empiezan las dudas: “¿lo cuidé lo suficiente?”, “no debí de haberlo maltratado”, “si no hubiera dormitado no se habría caído”. Este tránsito lo llevan a cabo solo los cuidadores aun cuando fallezca su familiar, pueden meterlos en un problema depresivo muy grave, inclusive con consecuencias de suicidio, porque el paciente con Alzheimer cuando entra con estas fases de deterioro pueden durar de cinco a diez años, son años en que pierde el sentido el cuidador de su vida cotidiana, pues se queda incondicionalmente al cuidado de esa persona. Por lo tanto, son años de depresión, frustración, enojo y desgaste físico y emocional.
Rescatando al cuidador
Muchas veces hemos visto que los conflictos de los cuidadores llegan a deteriorar la dinámica familiar propia, pierden a sus propias amistades por cuidar al enfermo. Entonces, al final del día en el que entra en deceso el paciente en cuestión, tenemos a un cuidador con una etapa de vida deteriorada, depresiva, frustrada, y además los sentimientos de culpa que no solamente van a ir en función de si hizo bien o no el cuidado del paciente y no de su propia vida. Eso sí requiere una asesoría psicoterapéutica constante, ahí se intercambian los papeles. Una vez que uno inicia atendiendo al paciente con demencia y este fallece, es seguro que uno le siga después, pues no se supo atender o proteger. Eso lo anticipamos una vez que hay diagnósticos tempranos de pacientes con demencia, para identificar cuáles son los cuidadores potenciales y cuidarlos. Lo ideal es si lo tratamos de hacer hasta que pase el desgaste, pues es muy difícil rescatarlos cuando se instala el proceso depresivo-asevera el psiquiatra.
Cuando el cuidador fallece antes que el enfermo
Aunque parezca increíble, puede suceder que el cuidador muera antes que el enfermo de Alzheimer, la depresión, el estrés, el agotamiento físico y mental pueden mermar su salud y este enferma y muere. En ese momento el enfermo entra en un estado en un estado de alta vulnerabilidad, lamentablemente, en México, desde hace varias  décadas no hay políticas específicas para que en los Sistemas de Salud a través del Estado existan planes de protección para este tipo de situaciones o de circunstancias que caben o quedan al resguardo del servicio de trabajo social. Cuando sucede un evento como este en el Antiguo Hospital Civil, y los pacientes quedan en una especie de abandono, tratan de localizar a los familiares para que puedan ser cuidadores potenciales, aunque la relación se haya deteriorado con los primeros cuidadores. Es una labor a veces muy difícil, no hay mucha garantía, y cuando de verdad no se llega a un acuerdo o un apoyo de parte de ellos, trabajo social trata de buscar a través de dependencias como el DIF o como otro tipo de asociaciones, encontrar algún tipo de recurso para que entren en un cuidado especial estos pacientes. Sin embargo, no hay recurso que alcance.
Trabajo social, un puente de comprensión
Muchos de los casos de esta etapa de la vida y aunque en la actualidad se establece, que con enfermedad o sin ella, si el paciente de la tercera edad no recibe el apoyo de sus hijos como los familiares directos, ya que la ley los ampara, esta obliga a los adultos jóvenes a que los atiendan. El problema aquí, es que solamente se activa a través de denuncias. En ocasiones no tenemos es tipo de cultura porque los vínculos o están muy deteriorados o se encuentran muy confusos. Las personas de la tercera edad difícilmente van a demandar a un familiar directo, y si le agregamos que estos pacientes tienen un proceso de demencia, es todavía más complicado. Trabajo social nos apoya más en eso, pues les toca la labor de indagar y de ubicar a alguna persona que pueda intervenir, pero explicándole que no va a estar sola para encontrarle un espacio para que pueda estar este paciente. En la actualidad tanto el paciente como el cuidador se encuentran en una situación alarmante en México, pues no ha habido estrategias muy exitosas, ni tampoco mucho interés como para liberar presupuestos tanto de prevención como de solución a este tipo de conflictos. Obviamente esto incluye procesos psicoeducativos desde temprana edad para las dinámicas familiares para que en años posteriores no se estén afrontando estas cosas.
Los jóvenes de hoy, serán ancianos en la década de los 50
Al final del día, lo que nos toca a nosotros es estar constantemente identificando y permeando la psicoeducación, identificando a las personas más jóvenes, si tienen un paciente en estado inicial de demencia, tratar antes de que se deterioren los lazos familiares intentar de abarcar al mayor número de familiares para que esto les quede claro y lo hagan de una manera consensual, voluntaria y motivada. A final de cuentas, todos estamos en el mismo barco; la sobrevida va a avanzar cada vez  más, y para los años 50 de este siglo, la prevalencia de las personas de la tercera edad va a aumentar drásticamente, no va a haber tantos jóvenes. Los pequeños de hoy que van a ser los jóvenes de ese tiempo son los que van a soportar económicamente el cuidado de estos pacientes, que muchas de las veces vamos a ser nosotros, los adultos jóvenes de este momento. Es un ejercicio de autocrítica, de autorresponsabilidad, de que todos, en algún momento, desde nuestra trinchera: nosotros como médicos en lo profesional, las personas en su familia, los papás con los hijos. Es estar constantemente insistiendo que debe regresar ese respeto a los ancianos, para que si nos toca tengamos la disposición de ser mejores cuidadores y obviamente de acercarnos a las instituciones de los servicios médicos para tener la asesoría y trabajar en equipo. Es un trabajo un tanto pesado, pero no imposible. Hay mucho rezago, pero hay personal capacitado como para lograr ese soporte siempre y cuando la ciudadanía lo exija y que se esté educando hasta donde se pueda para que esto no nos alcance, pues ya lo tenemos encima, se están incrementando mucho los diagnósticos demenciales y la falta de cuidadores; de los que hay están engrosando la lista de los pacientes deprimidos. Es un círculo vicioso que nos toca romper-concluyó el psiquiatra   

La depresión en el cuidador primario de pacientes con Alzheimer

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domingo, 30 de julio de 2017


Por Héctor Medina Varalta

¿Qué persona no ha experimentado el miedo de escuchar algún día un diagnóstico como cáncer, síndrome de inmunodeficiencia adquirida o la enfermedad de Alzheimer. Probablemente para los médicos, una de las responsabilidades más delicadas, complejas y dolorosas que tienen que enfrentar sea la de decirles a sus pacientes un diagnóstico de enfermedad mortal, terminal o de demencia irreversible. En el caso de la enfermedad de Alzheimer, una vez que el diagnóstico es confirmado, surge el dilema para el médico involucrado, así como para los miembros de la familia, acerca de si decirle o no a la persona, que padece de una enfermedad deteriorarte, irreversible e incurable. Este dilema aparece, porque a la persona no se le puede ofrecer ninguna esperanza de una terapia efectiva para detener o curar la enfermedad. Marcela I. Feria; Alzheimer, una experiencia humana.

Fases de la enfermedad
El doctor Carlos Zúñiga Ramírez, médico neurólogo, especialista en movimientos anormales y enfermedades neurodegenerativas del Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, expone que esto es una parte de los mecanismos de ambas enfermedades donde hay un depósito de una proteína defectuosa, que se conoce como beta mieloide y se empieza a depositar en la corteza cerebral. Eso es parte de los hallazgos histopatológicos que se ven en esta enfermedad: beta mieloide mutado en la corteza cerebral, además de cambios vasculares en la circulación cerebral. Estas son algunas cosas que van a conllevar a una degeneración. Lamentablemente, de todos los grupos neuronales de nuestro cerebro, y va a haber un involucro. Sobre todo desde el punto de vista clínico de todas las funciones corticales de nuestro cerebro; toda la corteza motora se va a ir afectando eventualmente conforme la enfermedad avance. De acuerdo al neurólogo, referente a las fases de la enfermedad de Alzheimer, comenta que, por lo general, depende de la clasificación, hay quienes la dividen en siete fases, algunos más en cuatro fases, depende de la clasificación que se utilice. Pero para fines prácticos hay una fase muy incipiente, presintomática, propiamente donde la persona puede comenzar con síntomas premonitorios de Alzheimer, principalmente, las alteraciones en el sueño, la depresión, que se sabe que es un síntoma premonitorio, en algunos pacientes, la presencia de apatía; la hiposmia o la falta o pérdida de discriminación en cuanto al órgano del olfato.

El cuidador
Todos esto, son manifestaciones premonitorias presintomáticas, aunada también a la celotipia o síndrome de Otelo, en la que la persona se vuelve muy celosa de su cónyuge, pensando que tiene una relación extramarital. Después de esto, el individuo empieza a tener conductas pueriles, conductas infantiloides, pues empiezan a  hacerse berrinchudos, necios renegones, como si fueran niños y comienzan con alteraciones en la memoria reciente, pues es la primera que se empieza a afectar, posteriormente, conforme pasan los años y progresa la enfermedad, vienen muchas otras manifestaciones. Hay una fase presintomática o premanifiesta, hay un estadío leve y moderado de la enfermedad, y hay un estadío avanzado de la enfermedad; hay quienes agregan un estadío final, donde los pacientes están confinados a una silla de ruedas o a una cama, dependiendo 100% de un cuidador. La enfermedad puede evolucionar, de acuerdo a la variante clínica en cuanto a la agresividad de los síntomas. Hay quienes durante nueve años están completamente demenciados, hay quienes duran 13 o 15 años para llegar a un estadío avanzado de la enfermedad. Esto dependerá mucho de la variedad clínica de la enfermedad de Alzheimer.  

La memantina y otros fármacos
Asimismo, el prestigiado neurólogo refirió que la memantina, de acuerdo a la FDA en las recomendaciones generales, se suele utilizar en estadíos moderados a avanzados de la enfermedad. Cuando la enfermedad se encuentra en un estadío moderado a severo, pero por lo general, el inicio de la terapia farmacológica es con inhibidores de acetilcolinesterasa, los cuales van a promover un aumento en el flujo de acetilcolina a nivel cerebral, porque una de las cosas más importantes de esta enfermedad, es la pérdida progresiva de neuronas en el núcleo cumbe y en el núcleo basal, principales productores de acetilcolina a nivel cerebral. Además se ha visto y especulado, que la pérdida progresiva de neuronas en estos núcleos que desarrollan o generan la acetilcolina, es la que va a llevar invariablemente al desarrollo de manifestaciones de deterioro cognitivo, no solamente en la enfermedad de Alzheimer, son en otras enfermedades degenerativas del sistema nervioso. Es por esta razón, que las recomendaciones en estadíos leves a moderados de la enfermedad, el fármaco con el que se inicia, son inhibidores de acetilcolinesterasa; básicamente hay dos y hay otro que es intermedio, está el donepecilo y la rivastigmina, y hay un fármaco que tiene propiedades anticolinesterásica, que tiene además propiedades antiglutamacérticas, que es la galantamina, el cuarto fármaco, es la memantina, es un medicamento  antiglutamacértico, que hace, es disminuir los niveles de glutamato y evitar la toxicidad. En fases iniciales se puede utilizar donepecilo o rivastigmina o galantamina; y en fases tardías podemos utilizar la combinación de estos tres medicamentos con memantina. Existen otros medicamentos que no han probado de ser de utilidad; muchos médicos que no están empapados en el tema les encantan recetar citicolina que no sirve absolutamente para nada.

Fármacos aprobados por la FDA y la Cofepris
Por otra parte, hubo una serie de ensayos con otro medicamento que se llama Cerebrolysina, hay muchos estudios. De hecho, hay dos meta análisis referentes a este medicamento donde en uno de ellos no prueba ser superior al donepecilo, y peor aún, en otro de ellos no prueba ser superior al placebo, una sustancia inerte que no tiene ningún beneficio clínico. Por lo tanto, la Cerebrolysina ha caído en desuso en esta enfermedad, precisamente por la falta de utilidad clínica y también por lo difícil que es su uso, tanto por su costo como por el tipo de aplicación; se tienen que hacer infusiones intravenosas cuatro horas diarias de lunes a viernes durante cuatro semanas consecutivas, dejar descansar un mes y después volverlo a utilizar de la misma manera. Obviamente, los costos derivados de hospitalizar a un paciente en un lugar donde le infundan durante cuatro horas consecutivas de lunes a viernes, además de la pérdida de tiempo que implica eso vuelve poco objetivo poder tratar a una persona con este medicamento. Existen muchos otros fármacos que han intentado de alguna manera restablecer la función cognitiva, pero los únicos aprobados tanto por la FDA como por su homogénea a nivel europeo y la Cofepris en México, son esos cuatro fármacos, aprobados a nivel mundial: donepecilo, rivastigmina, galantamina y la memantina.

Neurólogo sí; neurocirujano, no
Esta enfermedad, por lo general se tiene que tratar de forma temprana y más allá del médico de primer contacto, pues el Alzheimer lo tiene que tratar un neurólogo. La población, por lo general confunde con la labor de un neurólogo y la labor de un neurocirujano. El entrenamiento del neurólogo es clínico para poder tratar estas enfermedades; el neurocirujano opera y nada más, pero no debe estar diagnosticando estas enfermedades porque hay muchos fallos en su diagnóstico y en su tratamiento. El Alzheimer es una enfermedad que debe ver el neurólogo, por el geriatra en combinación con el neuropsicólogo y el psiquiatra por los cambios que se van desarrollando a lo largo del tiempo. Debe ser un equipo multidisciplinario de diversas especialidades dentro de la medicina que se encargan del manejo global de la persona que está afectada con esta enfermedad-puntualizó 

La enfermedad de Alzheimer y los fármacos

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martes, 25 de julio de 2017

Por Héctor Medina Varalta


Alzheimer es una enfermedad progresiva, degenerativa e irreversible que ataca al cerebro y que ocasiona, lentamente, trastornos en la memoria hasta llegar a su pérdida total: deterioro en el juicio, dificultad para encontrar palabras, mantener conversaciones, ideas o instrucciones, pérdida de ubicación en el tiempo y en el espacio, y cambios en la personalidad y en la conducta. Existe un gran miedo a perder la memoria con el transcurso de la edad, particularmente, desde que se asocia con enfermedades degenerativas que son amenazadas para dejar a la persona desorientada y confusa; tal es el caso de la enfermedad de Alzheimer.
El doctor Carlos Zúñiga Ramírez, médico neurólogo, especialista en movimientos anormales y enfermedades neurodegenerativas del Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, asegura que la enfermedad de Alzheimer es motivo de preocupación mundial, ya que es la primera causa de deterioro mental y la cuarta causa de mortalidad en la población de edad avanzada. Además, es un padecimiento degenerativo del sistema nervioso. De hecho, es la más frecuente en su género en todo el mundo. Aproximadamente se cree que el 7% de todas las personas de 60 años de edad en adelante padecen la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, nada más en Estados Unidos el censo de las aseguradoras médicas reportó en el 2010 reportó que 14. 7 millones de habitantes en ese país tienen demencia, de los cuales poco más de 6 millones de pacientes con demencia correspondían a la enfermedad de Alzheimer. Es una enfermedad muy prevalente.
Desconocen a las personas
La demencia tipo Alzheimer como tal, es una pérdida progresiva e irreversible de las facultades mentales, es decir, las capacidades que tiene el ser humano para saber quién es, dónde está, hacia dónde va, quienes son las personas cercanas a él, las actividades que puede desarrollar comúnmente sin la ayuda de nadie: comer, vestirse, asearse, tener un trabajo, tener relaciones de tipo social, sentido de introspección, etcétera. Entonces las personas afectadas por la demencia tipo Alzheimer tienen una pérdida progresiva e irreversible de sus facultades mentales, y esto conlleva a que con el paso de los años la persona que padece esta enfermedad pierda las capacidades para ser independiente y ser autónomo; tienen muchos problemas con la memoria, problemas con el estado de ánimo, se deprimen fácilmente, lloran si saber la causa. Aunado a esto empiezan a desconocer lugares que eran habituales para ellos, empiezan a desconocer personas con las cuales tratan frecuentemente; empiezan a perder la capacidad para saber cómo planear una tarea, cómo planear alguna actividad, se desorientan en el tiempo y el espacio; si la persona se sale de casa se puede perder ya que no sabe cómo regresar. Si quieren ir a lugares donde habitualmente iban, por ejemplo, saber el camino de su casa al trabajo que durante toda su vida lo hizo. Esa desorientación de tipo esquizoespacial cuando se presenta, las personas se pierden, pues no saben cómo llegar a uno u otro lugar, incluso, se pierden en su misma casa en etapas más avanzadas de la enfermedad. Si la persona quiere ir al baño, termina en la cocina o si quiere ir a la sala y termina en la azotea.
Cuidados especiales
La persona con Alzheimer tiene problemas de desorientación muy importantes; labores cotidianas como peinarse, ponerse la ropa, cepillarse los dientes, se les va olvidando cómo hacer todo eso. Posiblemente, el síntoma más importante, es la gran alteración que tienen estos pacientes en la memoria: se les va olvidando todo, empezando por las cosas más recientes, por ejemplo, no recordar qué desayunaron en la mañana o que hicieron el día de ayer por la tarde. Cosas muy recientes se les empiezan a olvidar; progresivamente empiezan a olvidar todo. En un momento dado, en etapas muy avanzadas se les olvida qué hicieron en la fiesta de los XV años, si hicieron la primera comunión o no, si se casaron o no se casaron, si tiene marido o no, etcétera. Esta es una enfermedad, que acaba definitivamente con las funciones de una persona y culmina con también con la dinámica familiar normal, que se puede llegar a ver en una familia donde no hay enfermos de Alzheimer, porque está enfermedad no nada más afecta al paciente, también afecta a la dinámica de la familia. De repente tiene que comprar medicamentos muy costosos, de repente se le tiene que poner un cuidador las  24 horas del día, pues de lo contrario puede salir de su casa en la madrugada y perderse y no volver a saber del paciente. Estos pacientes requieren de cuidados especiales, que alguien les ayude para ir al baño, a bañarse, a vestirse, que no se tropiece y se vaya a quebrar la cadera o se haga un hematoma en la cabeza. Necesitan de un cuidador que los alimente con horarios, que les den un tipo de actividad recreativa, de terapia ocupacional. Es una enfermedad desastrosa por todas estas situaciones.
Personalidades con Alzheimer
El doctor Zúñiga señaló que, curiosamente Jack Nicholson interpreta en la Película Enemigo íntimo a un policía que está por jubilarse y está empezando con un cuadro con deterioro cognitivo con una demencia. Paradójicamente, el actor ha salido de los medios cinematográficos porque tiene demencia tipo Alzheimer. No es el único personaje famoso, Sean Connery, es posible que también tenga un cuadro demencial tipo Alzheimer; Ronald Reagan ex presidente de los Estados Unidos y anteriormente también actor, falleció a consecuencia de la enfermedad de Alzheimer. En México la actriz Anel, ex esposa de José José, también padece Alzheimer. Esta enfermedad es muy prevalente, no respeta raza, ni sexo, ni edad. Si bien es una enfermedad que se espera, sobre todo, en poblaciones mayores de la tercera edad, cada vez vemos que estas demencias, sobre todo, la demencia tipo Alzheimer, que es la más frecuente a nivel mundial, empieza a presentar en etapas más tempranas de la vida, es decir, podemos encontrar personas de 20 o 30 años de edad con la enfermedad de Alzheimer. Estos casos, por lo general inician antes de los 50 o 60 años de edad, se cree que sean de causa genética. Actualmente se sabe que la enfermedad de Alzheimer tiene formas genéticas, las cuales van a corresponder al 5 o 10% de los casos, y por lo general hay tres mutaciones que se tienen bien establecidas que generan la enfermedad de Alzheimer: la mutación en presenilina 1, la mutación en presenilina 2 y la mutación en proteína precursora de amiloide apolipoproteína B.
La importancia del diagnóstico precoz
No obstante, hay genes candidatos y otros genes que puede coadyuvar un factor de riesgo como puede ser la mutación en apolipoproteína E, la cual cuando tiene una isoforma esfilo 3 o esfilo 4, se ve que no sólo contribuye a ser un factor de riesgo cardiovascular, sino que también conlleva a un riesgo incrementado de presentar demencia tipo Alzheimer.
Asimismo el diagnóstico precoz es muy importante, porque si bien hay acciones limitadas de tratamiento, entre más temprano podamos restablecer cierto equilibrio en cuanto a la función de la sinapsis de las conexiones entre neuronas que tenemos en el cerebro, entre más podamos establecer un tratamiento médico, rehabilitación cognitiva, terapia ocupacional, actividad física y controlar factores de riesgo, que son cruciales en esta enfermedad como hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia u obesidad, entre otras, que sabemos que son factores que pueden contribuir o empeorar el desarrollo de esta enfermedad, entre más temprano, nosotros como médicos, podamos tener acceso a la persona afectada, controlar esos factores de riesgo, empezar con el tratamiento farmacológico, iniciar una terapia de rehabilitación cognitiva, terapia física, terapia emocional, terapia ocupacional. Todos estos factores influyen en que la persona puede tener más años con una adecuada calidad de vida, y que el deterioro cognitivo que va a tener eventualmente, de alguna manera puede ser más lento de lo habitual. Es por esa razón de realizar un diagnóstico precoz para poder hacer modificaciones en el estilo de vida de manera temprana, dar tratamiento farmacológico y llevar un tratamiento adecuado del paciente para tratar de alguna manera de minimizar los síntomas que eventualmente se irán presentando en los pacientes.
Factores de riesgo
No se tiene a ciencia cierta una etiología, una causa total y absoluta, que pudiera de alguna manera saber a quién le va a dar y a quien no le va dar la enfermedad, sin embargo, hay múltiples estudios donde se trata de ver precisamente cuál es el mecanismo que genera esta enfermedad, y posiblemente el factor de riesgo más importante a esta enfermedad es el envejecimiento. Todas las personas después de los 30 años de vida están envejeciendo. Nuestros cuerpos estaban diseñados antaño para tener una expectativa de vida de 30 o 40 años. Anteriormente, si nosotros vemos la historia, por ejemplo, los egipcios, la etapa adulta era lo que hoy es la adolescencia, porque la esperanza de vida era 20 o 25 años de edad. Al aumentar la expectativa de vida en el ser humano, empieza a haber caducidad de diferentes órganos y sistemas, y el cerebro es uno de ellos. Es más fácil que enfermedades de índole degenerativas como el Alzheimer se pueden hacer más presentes cuando una persona envejece. Hay otros factores de riesgo, definitivamente, todos los factores de riesgo cardiovasculares: la enfermedad coronaria previa, la ateroesclerosis, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, el colesterol, los triglicéridos altos, el sedentarismo, la obesidad, la depresión prolongada; posiblemente también tóxicos ambientales y genes que pueden estar alterados. Toda esta mezcla, toda esta combinación de factores pueden conllevar a un individuo susceptible de desarrollar un Alzheimer a que lo presente. Son muchos los factores de riesgo que se pueden presentar para que se desarrolle la enfermedad de Alzheimer. Obviamente, no todos ni en todas las magnitudes,  estarán o no presentes para que una persona pueda desarrollar esta enfermedad. A lo mejor hay una persona que tiene parientes con Alzheimer; ese individuo tiene un riesgo 20 o 30% mayor de desarrollar un Alzheimer que una persona que no tiene un antecedente genético de esa enfermedad, pero habrá quienes sólo sean diabéticos, y eso sea más que suficiente para que puedan desarrollar un cuadro demencial; habrá quienes sean hipertensos, lisdipidémicos; habrá quienes no tengan nada de eso y la desarrollan. Hay personas con antecedentes de alcoholismo crónico que pudiera desarrollar un Alzheimer; los pacientes con trauma craneoencefálico severo, el antecedente de haber tenido un golpe muy severo en la cabeza que haya dejado una lesión, pudiera desarrollar la enfermedad. Los pacientes con síndrome de Down, curiosamente, aquellos que logran subsistir después de los 20-25 años de edad tienen un riesgo incrementado de desarrollar un Alzheimer.

Conozca más a fondo la enfermedad de Alzheimer

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miércoles, 12 de abril de 2017



Entre un 10 y un 15% de los pacientes con Enfermedad de Parkinson son candidatos a un tratamiento quirúrgico de mínima invasión que consiste en la colocación de electrodos de dimensión milimétrica en cada hemisferio cerebral, dentro de las estructuras del cerebro que están relacionadas con la Enfermedad de Parkinson. El objetivo es enviar señales eléctricas para modular la función de estas estructuras y reducir los síntomas motores de esta enfermedad. 


Así lo dio a conocer el Dr. Rodrigo Mercado Pimentel, encargado de la Clínica de Neurocirugía en Trastornos del Movimiento del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” en el marco de la celebración del “Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson”.

El mayor conocimiento de esta enfermedad ha permitido abordarla desde los diferentes frentes de tratamiento que demanda. Uno de los principales avances en su manejo consiste en la realización de cirugías cerebrales para apoyar al tratamiento médico, en particular cuando aparecen los primeros síntomas de complicaciones de los medicamentos o cuando el efecto de los fármacos es insuficiente.

Cabe destacar que la Clínica de Neurocirugía en Trastornos del Movimiento ha operado a un total de 70 pacientes con enfermedad de Parkinson, con resultados que han impactado en su calidad de vida y la de sus familiares al lograr un mayor control de sus síntomas, la reducción de medicamentos y/o la disminución de los efectos secundarios de los fármacos y de la propia enfermedad.

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad degenerativa del sistema nervioso más común, sólo detrás de la enfermedad de Alzheimer.


De acuerdo con el Dr. Carlos Zúñiga Ramírez, encargado de la Clínica de Trastornos del Movimiento del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, la Enfermedad de Parkinson afecta del 3 al 5% de la población mundial mayor de 60 años y su aparición en edades más tempranas es cada vez más frecuente. Destacó que en México hay un subregistro de pacientes con Parkinson, sin embargo, se estima que unas 700 mil a un millón de personas padecen la enfermedad.

Zúñiga Ramírez informó que la Clínica de Trastornos de Movimiento ha brindado alrededor de 6,500 consultas en los últimos 5 años, de las cuales más del 60% corresponden a pacientes con Parkinson.

El Día Mundial del Parkinson se celebra cada 11 de abril en coincidencia con el nacimiento del Dr. James Parkinson, quien describió por primera vez las características clínicas que definen a esta enfermedad  La comunidad médica internacional ha decidido dedicar el mes de abril de este año a la difusión del conocimiento de actualidad como una manera de celebrar los 200 años de interés científico por esta enfermedad. 

De 10 a 15% de los pacientes con Enfermedad de Parkinson son candidatos a tratamiento quirúrgico

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lunes, 18 de julio de 2016




By  Héctor Medina Varalta

Guadalajara, Jalisco, julio 8 de 2016. El Hospital Civil de Guadalajara y el servicio de Geriatría organizaron el XXI Simposium Internacional de Geriatría y Gerontología “Fray” Antonio Alcalde del 7 al 9 de julio de 2016. Cada vez más, en nuestro país y en otros lugares del mundo, se empieza a oír y hablar de Alzheimer, que es la más común de las demencias. Esta enfermedad es motivo de preocupación mundial. Es la primera causa de deterioro mental en Estados Unidos y Canadá y la cuarta causa de mortalidad en la población de edad avanzada después de enfermedades del corazón, cáncer y embolias. De acuerdo a datos proporcionados en 2005 por el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez, de la Ciudad de México, en nuestro país, la padecen 430 mil personas y, si bien afecta a jóvenes, pues se han detectado casos entre 30 y 50 años, su incidencia es mayor desde los 65 años. Esla enfermedad más frecuente de las demencias irreversibles y cada vez aumenta más el índice de casos en los ancianos, hasta llegar al 20 por ciento de la población afectada hasta los 80 años de edad.


Alzheimer desde hace 3 mil años
Cabe resaltar que el Dr. Peter Rabins, es autor del libro “Cuando el día tiene 36 horas” de editorial PAX su Ponencia Magistral lleva el mismo título de su libro. El Dr. Ravins explicó un poco la historia de cómo la demencia ha sido estudiada, porque como todo en la medicina está evolucionando, ahora pensamos muy diferente de lo que se hacía hace 10 o 15 años claramente como en genética o como demencia molecular, las técnicas que se han desarrollado, pero también estamos en el momento en repensar en cómo hemos conceptualizado a la demencia, sin embargo, es importante tener una mente que la demencia no es nueva. Los escritos más antiguos están escritos en papiros egipcios de hace más de 3 mil años en la que se describe, quizá la descripción del Alzheimer o de una demencia: “Mis piernas ya me están dejando fuera de sí, mi boca está muda, no puede hablar ya, mi espíritu es olvidadizo y ya no puedo acordarme del ayer.” Tenemos una enfermedad en la cual hay impedimentos en la memoria, impedimentos del lenguaje y desordenes de algún tipo de demencia y considero que todos estamos de acuerdo con la última oración que causa la senilidad en hombres y mujeres está mal en cualquier sociedad. Es una descripción que suena bastante exacta de hace más de 3 mil años.

La acción en masa de los funcionamientos cerebrales
Solamente han pasado 200 años en que la gente ha pensado, que el cerebro no sea más que una masa homogénea, sino que hay diferentes funciones del cerebro localizados en diferentes lugares, pero la primera sugerencia de esto, es que al principio de siglo XIX sacaron dibujos de cráneos. En ese entonces, se pensaba que de acuerdo a la forma del cráneo o la cabeza sabían cómo estaba el cerebro y se podía entender que el cuerpo funcionaba a la par. Ahora sabemos que esto no es verdad. Pero, de hecho, la idea de que el funcionamiento cerebral está localizado, realmente se llevó a cabo o se había visto; la primera evidencia de esto ocurrió hace ocurrió hace 150 años, en 1861 cuando se encontró a un individuo que desarrolló un inicio muy amplio de una inhabilidad y dejó una lesión en el lóbulo temporal izquierdo. En ese entonces, Philipp Semmelweis les preguntó a otros colegas que para encontrar a otras personas con síntomas similares y se le presentó nueve casos de personas que tenían una afasia y todos presentaban algún tipo de lesión en el lóbulo temporal izquierdo. En 150 años por lo menos ha habido una evidencia de una obstrucción cerebral y algunos están localizados en alguna parte del cerebro. Pero si ustedes piensan que el médico ya demostró el número de patologías cómo relacionar la demencia sin importar cuál era la patología, la teoría alternativa se hizo, la teoría alternativa se llama:La acción en masa de los funcionamientos cerebrales.

Alois Alzheimer
Desde hace cien años desde 1860 a 1960 hubo una base científica, en el que el cerebro funciona como un todo y me gusta sugerir que quizá nos estamos regresando un poco. Por otra parte, el síndrome la demencia incluye muchas enfermedades, una de las primeras personas que identificó una causa específica en la demencia fue Arnold Pik. En 1899, Pik les realizó una autopsia a unas personas con demencia y encontró ciertos hallazgos que voy a explicar: en la parte superior izquierda-del cerebro en fotografía- y lo comparan con el cerebro normal, pueden ver que el tejido es más delgado en la parte superior izquierda y los espacios entre ellos, hay una disminución o encogimiento un encogimiento-en cierta parte del cerebro-en cierta parte de éste. No sé si ustedes estén convencidos, pero les voy a enseñar la parte del cerebro que controla el movimiento de la parte motriz y las sensaciones. Si ustedes pueden apreciar, el sistema motor y el sistema sensorial son muy similares. El Dr. Pik definió una demencia en la cual había convulsiones y unas atrofias circunvoladas en el lóbulo en comparación a este-otra ilustración- y el lóbulo temporal. En 1892,el Dr. Alzheimer escribió lo que en la actualidad  se conoce como demencia vascular; descubrió el hecho de que algunas personas con demencia tenían derrames múltiples. Los primeros dos tipos de demencias vasculares fueron descritas hace más de cien años.  No fue sino hasta 1906, cuando el Dr. Alois Alzheimer, descubrió la enfermedad la cual lleva su nombre y que fue en una mujer que murió a la edad de 56 años y quizá tuvo los síntomas a los 50 años. El Dr. Alzheimer, en un artículo escribió: “Yo no sé si esto es diferente a la senilidad”. Él nunca mencionó que la enfermedad  sólo se veía en gente joven, pero que era inusual el hecho de que ella era una mujer joven. Las lesiones, las placas en los nudos, Alzheimer solamente describió una demencia caracterizada por placas y nudos; aunque describió el perfil del paciente, no dijo nada acerca de síntomas clínicos, ni ninguna otra persona, por lo menos en 50 años. Al parecer a nadie le interesaban los síntomas.

Gliosis y atrofia en el lóbulo frontal
El Dr. Alzheimer era una persona muy interesante y muy activa. No fue sino hasta 1968 en que a alguien se le ocurrió comparar las autopsias y se descubrieron cosas muy interesantes. Lo primero fue, en general, las personas mayores normales tenían los cerebros normales; la gente con demencia tenía cerebros anormales. Eso fue muy interesante, pues la palabra senil viene del latín y significa viejo. En la mayoría de las personas que están en proceso de envejeciendo no todas son seniles, pero lo interesante sería que, la demencia está relacionada con alguna enfermedad cerebral, según encontrar en las arterias endurecidas, eran similar en los demenciados como no demensiados. Esto fue una sorpresa, porque la teoría de la causa de la demencia era el endurecimiento de las arterias y esto hecho por tierra. Hace 50 años realmente fue el nacimiento de esta idea, del descubrimiento del Dr. Alois Alzheimer en 1906 que era la causa primaria de demencia senil. Relativamente es una idea muy nueva. En 1968, el promedio de vida en Inglaterra era menos de 65 años.

El Dr. Piker en 1892 descubrió esta enfermedad de la atrofia lumbar frontal temporal; en 1974, un nuevo patólogo Constantini describió 32 casos de personas que tenían atrofias temporales y frontales y cuando él vio los resultados de la autopsia, descubrió que tenían el mismo crecimiento temporal y frontal, un tercio de ellos tenían los cuerpos de Pik que el Dr. Alzheimer había descrito y todos estaban en el hipocampo del lóbulo temporal, otro tercio tenían patologías en el lóbulo frontal y esa degeneración vascular, y otro tercio tuvo cicatrización o gliosis y atrofia en el lóbulo frontal. La idea que la demencia allopathica era una enfermedad, cuando menos patológicamente, sugirió tal vez que eran tres enfermedades.  

Cuando el día tiene 36 horas
En el libro que escribió el Dr. Rabins, menciona, entre otros factores que, una de las habilidades que primero pierden las personas con demencia es la misteriosa capacidad que tenemos para juzgar el paso del tiempo: constantemente preguntan qué hora es, piensan que se les abandona si los dejamos unos cuantos minutos o nos salimos de su campo de visión, quieren salir de un lugar cuando apenas acaban de llegar, etcétera. No es difícil comprender dicha conducta, si consideramos que para saber cuánto tiempo ha transcurrido hay que ser capaz de recordar lo que hemos estado haciendo en el pasado inmediato. Una persona que olvida rápidamente no tiene manera de medir el paso del tiempo. Además de este defecto de la memoria, parece que las enfermedades demenciales estropean el reloj interno que nos mantiene en un horario razonablemente regular para dormir, estar despiertos y comer (…) En los inicios de la enfermedad, la persona puede perder la capacidad de leer el reloj, y aunque mire y diga, por ejemplo: “Son las tres y cuarto”, no podrá explicarse el significado de tal información. La incapacidad de saber en qué ha empleado el tiempo suele preocupar a la persona desmemoriada. A lo largo de nuestra vida, muchos dependemos de un horario regular. Cuando no sabemos la hora que es, nos preocupamos porque tememos llegar tarde a algún lado, perder el autobús, el almuerzo o el aventón a casa, o estar más del tiempo debido cuando alguien nos invita a su casa. Una persona con confusión mental ni siquiera sabe por qué está preocupada sólo tiene un sentimiento general de angustia que lo mueve a preguntar la hora que es. Y desde luego, pronto olvidará toda la conversación y preguntará de nuevo. Este texto es para todo tipo de lectores, ya que su lenguaje es sencillo, ameno y muy fácil de digerir.



XXI Simposium Internacional de Geriatría y Gerontología “Fray” Antonio Alcalde Conferencia Magistral: Cuando el día tiene 36 horas

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miércoles, 8 de junio de 2016

 Did you Knew it’s good to forget for our memory

A study made by scientifics got the conclusion, about forgetting things it’s good for your memory, it’s ironical, but we need to forget things to manage more important information in our brians, the name for the protein who makes us forget it’s Scribble.


 Has the task of erase everything we need to forget, cause certain thoughts and memories are invasives and unnecesary. By minimalizing the scribble on a flies brain experiment, made the fly get the memory twice than a avergare fly, this test can help to reduce the possibility to adquire Alzheimer, it’s amazing how we know why?things.

Harry Potter Facts you may don’t know

moaningmyrtleFACT 1; Moaning Myrtle, was 37 years old when she played the character on Harry Potter and the Chamber of Secrets, she was the oldest student on Hogwarts.

ronFACT 2; Ron Weasley’s originally character swore too much, but Rowlings publicist didn’t let her do it, because young readers.

snapesFACT 3; Only Alan Rickman who played Professor Snape, knew the character fate because Rowling told him.

voldermortFACT 4; Voldemort name translated from french means Flight to Death.

tomFACT 5 Tom Felton Auditoned to play Harry and Ron but instead he was choosen to play Draco.

dementorsFACT 6; Dementor’s Kiss of the death represents depression, because the decease struggle that Rowling suffered.

Oddities

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lunes, 23 de mayo de 2016


Luego de 19 años de padecer la enfermedad degenerativa de Alzheimer, la actriz mexicana, Leonorilda Ochoa, falleció este domingo a los 76 años, víctima de un paro respiratorio.
La noticia fue confirmada por su hijo, el actor Sergio Ochoa, quien precisó que la afamada comediante se encontraba internada desde hace varios días en un hospital de esta ciudad, debido a varias complicaciones con su salud.

En los últimos años, Sergio se hizo cargo de la actriz, debido a que sus síntomas se agravaron con el tiempo, desde 2009 fue internada en una casa de asistencia especial en el manejo de personas con Alzheimer.
A principios de este mes, Sergio Ochoa estrenó la obra “El cuidador”, un monólogo en el que rinde homenaje a Leonorilda Ochoa, al abordar las situaciones que desafían quienes viven con esta enfermedad, así como sus familiares.


La comediante, recordada entre otros personajes como “La Pecas“, por su trabajo en el programa “Los Beverly de Peralvillo”, también participó en “La familia Burrón” (1974) y “Hogar, dulce hogar” (1983), por citar algunos.
Los restos de la actriz están siendo velados de manera privada en una funeraria de las calles de Félix Cuevas y Gabriel Mancera en la Ciudad de México. A las 17:00 horas de este domingo, se llevó a cabo una misa de cuerpo presente.
A Leonorilda Ochoa le sobreviven sus hijos Sergio y Paola, quienes pese a la disputa que enfrentaron hace tiempo respecto de los bienes materiales de la actriz, hoy están juntos velando a su madre. Los restos se cremarán hoy mismo y sus cenizas se lanzarán al mar.

SEMBLANZA

La actriz y comediante, Leonorilda Ochoa realizó su último trabajo en el ramo de las en “Código postal”, bajo la producción de José Alberto Castro, en 2006.
Nació en la Ciudad de México, el 30 de octubre de 1939. Estudió la carrera de Contabilidad hasta segundo año, y a partir de entonces la abandonó para dedicarse a las artes.
Tomó clases con el maestro Ángel R. Esquivel. Como actriz debutó en el programa “Variedades de mediodía”.
En cine debutó en “El dengue del amor” en 1965, junto a figuras como Adalberto Martínez “Resortes” y Evita Muñoz “Chachita”.
Participó en programas como “Los Beverly de Peralvillo”, “La media Ochoa” y “Salón de belleza” donde dio a conocer su gran vena humorística.
Su primera telenovela fue “Morir para vivir” producida por Ana Martín en 1989, donde dio vida a “Milagros”, dueña de la pensión donde transcurría la historia.
Debido a que al teleaudiotorio le gustó la actuación de Ochoa en telenovelas siguieron otras como “Alcanzar una estrella”, “Vivo por Elena”, “Así son ellas” y “Rubí”.
Realizó su último trabajo como actriz en la telenovela Código postal producida por José Alberto Castro en 2006.
En 2009, la ANDA pretendía reconocer la trayectoria de Leonorilda Ochoa, pero su hija Paola dio a conocer que su madre padecía Alzheimer, enfermedad detectada desde 1997, la cual se agravó en los últimos años.
Debido a su condición, la actriz fue internada en una casa de reposo en Coyoacán.
Ya en 2004, cuando su enfermedad todavía no la consumía, Leonorilda manifestó que Televisa no la llamaba para actuar, por lo que ese año el productor José Alberto Castro la incluyó en el reparto de la telenovela “Rubí”.
Cabe destacar que el productor también la invitó a ser parte del elenco de la que sería su última telenovela, “Código postal”, en 2006.
Entre las cintas en las que participo destacan “Se me hizo agua la canoa” (1994); “El Supermán… Dilon” (1993); “Las caguamas ninja” (1991); “No tan virgen” (1991); “Raptóla, violóla y matóla” (1989); “Cinco nacos asaltan Las Vegas” (1987); “Qué familia tan cotorra!” (1973); “Los Beverly de Peralvillo” (1971); “La cigüeña si es un bicho” (1971).
Otras son “La mujer de oro” (1970); “Capulina Speedy González” (1970); “Cazadores de espías” (1969); “Romance sobre ruedas” (1969; “Muñecas peligrosas” (1969); “Con licencia para matar (1968); “Amor en las nubes” (1968); ”Caballos de acero” (1967); “Novias impacientes” (1967); “Los años verdes” (1967), entre otras.
En la televisión tuvo destacadas actuaciones en series que le dieron gran popularidad, entre ellas, “Desde Gayola” (2003); “Mujer, casos de la vida real” (1997 – 2003); “Los nuevos Beverly” (1996); ”Las solteras del 2” (1987); “Salón de belleza” (1985); “La carabina de Ambrosio” (1983 – 1984); “Hogar dulce hogar” (1983).
Así como en “La familia Burrón” (1974); “La media Ochoa” (1972); “Do-Re-Mi de costa a costa” (1969); “Los Beverly de Peralvillo” (1968-1971); “Domingos Herdez” (1962); “Chucherías” (1962); y “Cómicos y canciones” (1956).
En telenovelas tuvo participaciones importantes como en “Código postal” (2006 – 2007); “Rubí” (2004); “Así son ellas” (2002); “Cuento de Navidad” (1999); “Alma rebelde” (1999); “Vivo por Elena” (1998); “Alcanzar una estrella (1990); “Morir para vivir” (1989).
Película LOS BEVERLY DE PERALVILLO completa.

Fallece la comediante Leonorilda Ochoa

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