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viernes, 5 de enero de 2018
viernes, 22 de diciembre de 2017
Se termina el 2017 y se avecina un año dinámico para las telecomunicaciones. Los despliegues de infraestructura que se harán en el país, a partir de las próximas licitaciones de espectro radioeléctrico y la materialización efectiva de proyectos de inversión en redes (red troncal y red compartida) moldearán la dinámica de las telecomunicaciones para los últimos años. El entorno macroeconómico, las circunstancias políticas y acontecimientos deportivos, así como el devenir en política regulatoria, también han demostrado impactar los mercados que componen a este sector.
No obstante, para entender el grado de influencia de estos factores vale la pena realizar un corte de caja sobre el panorama del sector de telecomunicaciones en México al cierre de 2017, y a partir de ello realizar un ejercicio de prospectiva sobre el escenario que tendrá lugar en 2018.
En los últimos años, la entrada de nuevas compañías al mercado, las alianzas estratégicas entre competidores, el establecimiento y la modificación de reglas específicas para el operador preponderante en el mercado, entre otros, han generado una nueva dinámica competitiva. A su vez, todo ello ha detonado consecuentes efectos sobre las condiciones de oferta, hábitos de consumo, reconfiguración de los mercados y la generación de nuevas oportunidades de negocio.
¿Cómo se traduce esto en dimensiones cuantificables, por ejemplo, en términos de ingresos?
De acuerdo con estimaciones de The Competitive Intelligence Unit, al finalizar 2017, el sector de telecomunicaciones en su conjunto generará $473,672 millones de pesos, lo equivalente a un crecimiento anual de 4.3%, superior al 3.5% alcanzado en 2016. Este impulso en la cifra proyectada está basado en el buen desempeño registrado durante el tercer trimestre del año y las buenas perspectivas que se tienen al cierre de año. Más aún, se pronóstica un resultado más optimista para 2018, con un coeficiente de crecimiento superior a 5.0%, atribuible al mayor dinamismo del mercado de TV de Paga, la estabilización en el ARPU móvil y el incesante y creciente consumo de servicios de banda ancha, tanto fija como móvil.
En su composición por segmentos, aquel de telecomunicaciones fijas registró un menor crecimiento, pero se espera que continúe en una senda positiva con razones promedio de 1.5% para 2017 y 2018, explicado principalmente por el aumento en el consumo de banda ancha fija a mayores velocidades y por la marcada preferencia por el empaquetamiento de la telefonía fija con los servicios de internet y de TV de Paga.
En lo que respecta al mercado de TV de Paga, se espera que muestre una evolución muy favorable durante 2018 a pesar de la desaceleración registrada durante 2017. Para 2018 se esperan crecimientos en la vecindad de 15% guiados tanto por los ingresos derivados de las campañas políticas, así como por la transmisión de los encuentros del mundial de fútbol.
Por su parte, se espera que el segmento móvil continué en una senda de estabilización y mejora en el valor del mercado, guiado por el mayor número de usuarios de postpago, una reducción de la vigencia del saldo en prepago y el mayor consumo de servicios móviles, especialmente de la banda ancha móvil (BAM). Para así, alcanzar un crecimiento de anual cercano a 4% durante 2018.
Tras este recuento cuantitativo del sector, se espera un pronóstico favorable para 2018 favorable consecuencia de los beneficios generados por el nuevo ecosistema competitivo, la inyección de mayores recursos de infraestructura, así como el aumento en la oferta y consumo de servicios ofrecidos. Se espera que continúe la rampa ascendente de crecimiento del sector, derivada de la mayor cobertura de servicios, el despliegue de redes de nueva generación, la profundización en la demanda y consumo de servicios, entre otros factores.
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jueves, 5 de octubre de 2017
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Uno de los objetivos fundamentales en la política de administración y licitación de frecuencias del espectro radioeléctrico para la provisión de servicios inalámbricos es, y ha sido, la promoción de la competencia efectiva.
De acuerdo con las recomendaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT, brazo sectorial de la ONU), es importante imponer límites a la participación o a la concentración de este recurso esencial a jugadores que cuentan ya con abundancia de las frecuencias por licitar o de aquellas de capacidades operativas equivalentes, así como cuando esos operadores cuenten con una elevada participación de mercado en términos de suscriptores o tráfico, además del espectro radioeléctrico, entre otros.
Este el caso de la licitación de las bandas 3.4/3.6 GHz en Portugal, se previno al operador incumbente a participar en el proceso, buscando promover la entrada al mercado de nuevos competidores. También en Corea, tenedores de frecuencias en las bandas de 800/900 MHz tuvieron prohibido participar en la asignación de estas bandas en 2010. En Australia, España y Hungría se han impuesto límites a la participación de algunos competidores, en la búsqueda de gestar un escenario más equitativo de acceso a recursos esenciales entre jugadores.
Tan claro como la abundante experiencia internacional en esta materia regulatoria, este es hoy día un criterio ausente en México en el proyecto de bases de licitación de 130 MHz de la banda de 2.5 GHz, en la que a pesar de contar con un escenario de elevada concentración en suscripciones móviles por un solo operador (Telcel con casi dos tercios de ellos) y que este mismo ya cuenta con derechos de explotación en esa banda, no se le impuso una restricción absoluta a su participación en las referidas prebases.
Con ello se ignora el principio de equidad competitiva y se toma distancia de los ejemplos internacionales referidos.
En el caso mexicano, el operador preponderante ostenta la titularidad de más de la mitad (51%) de las frecuencias asignadas para servicios móviles, muy superior a la de sus competidores AT&T (32%) y Movistar (16%). En la banda de 2.5 GHz, ostenta prácticamente la totalidad de ese recurso soberano. Así, en los próximos meses Telcel será el único operador con capacidad de ofrecer servicios de 4G-LTE avanzados.
Otra ruta de inequidad para los operadores competidores representa el valor de mercado que tendrían que pagar por el espectro ganado en la licitación, en comparación con aquel que América Móvil pagó a Grupo MVS en el mercado secundario de espectro por los 60 MHz de la banda de 2.5 GHz. Si este último resulta ser más bajo serán los competidores, los que de por sí enfrentan una restricción más ajustada de recursos que el preponderante, mismos que tendrán que pagar un precio más alto para intentar competir con este por la oferta de servicios de mayor calidad y cobertura.
Con todo, la licitación de 2.5 GHz en México, se aleja del principio de promoción de la competencia protegido en las experiencias internacionales de asignación de frecuencias del espectro radioeléctrico, al salvaguardar e incluso favorecer la posición de ventaja del preponderante frente a sus competidores, bajo los términos establecidos en las prebases.
Nuevamente la recomendación aquí para el regulador es clara: que en las bases definitivas se apliquen medidas compensatorias prohibiendo la participación de Telcel en el proceso, conforme a las mejores prácticas internacionales, claro, partiendo del supuesto de la búsqueda de la elusiva competencia efectiva en el mercado mexicano de telecomunicaciones.
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lunes, 29 de mayo de 2017
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jueves, 1 de diciembre de 2016
El operador preponderante (América Móvil, Telmex-Telcel) recientemente hizo pública su intención de abonar a su tenencia de espectro radioeléctrico 60 MHz de la banda de 2.5 GHz, tras anunciar un acuerdo de cesión de derechos sobre estas frecuencias actualmente asignadas a Grupo MVS.
Esta pretensión será una prueba interesante para evaluar la autonomía y capacidad de análisis de condiciones de competencia por parte del IFT. Todo, en un periodo de revisión del cumplimiento y eficacia de la regulación asimétrica aplicable al preponderante. No tan difícil tarea en vista de los indicadores de creciente acumulación de participación de ingresos, suscripciones, tráfico en sus redes. Y ahora, potencialmente, de espectro radioeléctrico, de manera desproporcionada ante el resto del mercado y de sus pares en la provisión de servicios.
De acuerdo con el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET), la transferencia de derechos por 60 MHz de la banda de 2.5 GHz al preponderante “pasaría a contar con más de la mitad (51%) de las frecuencias adjudicadas para la oferta de servicios de telecomunicaciones móviles”1 .
Es entonces razonable que el regulador revise, puesto que a la fecha los principales indicadores del mercado identifican una persistente y excesiva participación del preponderante, así como escasos avances en términos de reconfiguración del mercado y nivelación de condiciones de oferta a favor de sus competidores.
Si infundada e irreflexivamente aprobara directamente esta mayor concentración de espectro, contravendría el cometido de alcanzar una verdadera competencia en el sector, pero sobre todo resultaría en un nuevo caso de contrarreforma.
En una época de reforma, resultaría en contrarreforma.
Especialmente porque ello abriría una ventana de oportunidad para que el preponderante ganara mayor ventaja frente a sus competidores, puesto que sería el único operador con frecuencias en la banda de 2.5 GHz por al menos un año y medio (en el mejor de los casos) de una porción del espectro que resulta óptima para la oferta de servicios móviles de nueva generación (4G-LTE). Circunstancia que, a su vez, resultaría atractiva para sus actuales y nuevos usuarios.
Separación Legal BT-OpenReach: Regulatorios pro-Competencia
Por cierto que en este sentido, un ejemplo exitoso de la voluntad y esfuerzos regulatorios para el desarrollo de la competencia es el reciente anuncio de la decisión del regulador de las comunicaciones en Reino Unido (Ofcom), que mandata la separación legal de la empresa incumbente y principal oferente de telecomunicaciones British-Telecom (BT) de su subsidiaria OpenReach, dedicada al arrendamiento de redes de infraestructura fija a sus competidores en condiciones equitativas.
La decisión del regulador parte de la identificación de bajos niveles de calidad en la banda ancha, altos precios y acotada inversión en la red de OpenReach. Asimismo, reconoce los incentivos y capacidad que tiene BT de beneficiar su negocio al usuario final frente a aquel mayorista, a partir del poder de decisiones de inversión de OpenReach.
Por ello, ordenó la separación de esta empresa de BT y la definición de una junta directiva propia compuesta en su mayoría por individuos no ligados a BT. De esta manera, se busca mejorar las condiciones de oferta de sus competidores y, consecuentemente, impulsar su desarrollo; así como detonar la inversión en infraestructura, el acceso y calidad de los servicios de banda ancha y telefonía fijos en el país.
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1 IDET, “Telcel celebra acuerdo con Grupo MVS para adquirir 60 MHz en la banda de 2.5 GHz: La Preponderancia y el Espectro Radioeléctrico”, disponible en: http://bit.ly/2fSVzX9 |