martes, 21 de junio de 2016
sábado, 4 de junio de 2016
Ciudad de México, junio de 2016. Incluir en tu vida diaria un plan integral para sentirte bien contigo mismo es hoy en día la mejor opción para reconciliarte con el espejo.
En HIT 56 encontraras el mejor de estos planes, ya que además de contar con el novedoso método HIIT en el cual combinas ejercicios de alta y baja intensidad, te incluyen programas de consultas en el área de nutrición, con especialistas certificados en alimentación deportiva a nivel internacional, dietas con los 3 principales sustratos energéticos (carbohidratos, proteínas y grasas) ideales para el rendimiento y la recuperación de la masa muscular que necesitamos en nuestro entrenamiento.
Olvídate del peso, y mejor observa el cambio de composición corporal (disminución de grasa corporal y aumento de masa muscular).
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La reciente popularidad de dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas y grasa tienen implicaciones serias, cuando nos subimos a la báscula en lo primero que nos fijamos es si hay una disminución de peso, pero alguna vez nos preguntamos ¿Es grasa lo que estoy bajando? ocasionándonos un bajo rendimiento en el entrenamiento.
Por lo tanto una dieta equilibrada con los tres sustratos energéticos es esencial para un buen estado de salud, ya que cada sustrato tiene diferentes funciones:
Carbohidratos
Acerca de HIT 56:
Entrenamiento funcional progresivo diseñado para todos durante 56 días, combinado con un plan Nutricional personalizado monitoreado quincenalmente. Para conocer más vistita el sitio web www.Hit56.com.mx o búscalos en Facebook como HIT56 |
martes, 24 de noviembre de 2015
EL ÓLEO No. 1 PARA EL CABELLO QUE CONQUISTÓ EL CORAZÓN DE LAS MUJERES MÁS QUE UN ÓLEO, NUTRICIÓN EXPERTA EL EXTRAORDINARIO PODER DE LA ALQUIMIA DE 6 ÓLEOS DE FLORES PRECIOSAS QUE TRASFORMAN EL CABELLO SECO EN ALGO EXTRAORDINARIO.
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miércoles, 18 de noviembre de 2015
Guadalajara, Jalisco. México es el país donde existe la mayor cantidad de personas obesas y diabéticas, tristemente esta población diabética, obesa y enferma, son nuestros niños. La doctora Silvia Orozco Aviña, directora y fundadora de la Dieta de la Zona en México recientemente realizó el Primer Campamento. La idea nació hace ocho años porque se dio cuenta que, en ocasiones una consulta es insuficiente, sin embargo, la idea que la nutrióloga tenía en un principio era visitar al paciente en su casa, inspeccionar su alacena, tomar una bolsa negra de plástico y tirar todas las cosas que no eran útiles para una buena nutrición, pero a fin de cuentas comprendió que si nosotros cortamos esa rutina, que a veces nos impide seguir un estilo de vida, pues algunas personas, se excusan diciendo: “no tengo tiempo” o “estoy muy ocupado”. Por lo tanto, entendió perfectamente que si ella cortaba la rutina que tenían y los sacaba de ese estilo de vida de trabajo como si salieran de vacaciones, quizá en ese momento mis pacientes ellos podrían estar más atentos y podrían aprender no sólo lo teórico sino lo práctico. “Si yo les daba de comer cinco días, les quitaba esa droga que estaban comiendo: alimento en alto grado en calorías y el alimento que tampoco es favorable, quizás le podríamos quitar esa adicción al cerebro. Desafortunadamente, por mis múltiples actividades no había aterrizado este proyecto, pero con la ayuda de Dios y con la de mi equipo estoy realizando ese sueño. Me siento muy contenta. Tenemos diez personas que son de varias partes de la república, que están entrenarse en este tipo de vida llamado la Zona.” Balances en la Zona De acuerdo a la doctora Orozco, las clases que se van a impartir son varias, por ejemplo, el día de hoy van a hablar lo qué es la Zona, qué son las proteínas, los carbohidratos, las grasas, cómo preparar un plato en la Zona y qué hormonas se controlan cada vez que estamos comiendo, se va a hacer un test de carboadicción: si son carboadictos o no, van a aprender el efecto hormonal de la comida, qué es el horneado molecular el día de hoy la nutrióloga tiene prácticamente preparado este tema para ayudarlos a vivir en la Zona. En cuestión de las grasas se va a abordar las grasas omega 6 con las grasas omega 3, en qué alimentos se encuentran, cuáles son los antioxidantes que ayudan a bajar la inflamación celular, cuáles son los nutrientes omega 3 que bajan la inflamación celular, cómo distinguir de un omega 3 de un omega 6, cómo distinguir un omega 3 de buena y mala calidad, cuáles enfermedades se previenen dentro de este estilo de vida, cuáles son los efectos que se pueden sentir cuando se entra a este nuevo y sano estilo de vida. También, aprenderán a leer etiquetas alimenticias, cómo comer en un restaurante, cómo comer en una fiesta; con la comida de plástico van a aprender a hacer todos estos balances en la Zona, recetas menús. Además, las instructoras del ejercicio van a impartir clases de Pilates, aqueróbics, caminata; la psicóloga va a hablar de esa parte interior. Cómo manejar el estrés es otro tema y cómo hacer ejercicio en la Zona, cómo medir el estrés en el cuerpo. También habrá una cosmetóloga. El taller está súper completo. Discriminación Aparte el equipo de la Zona va a tener actividades de convivencia con sus invitadas y durante estos cinco días les van a enseñar a cocinar, la chef va a estar también. “Considero que la única herramienta que tenemos como educadores en estilo de vidas saludables, se llama educación; nuestro pueblo ha perecido porque le ha faltado educación y si nosotros aprendemos a comer, no necesitaremos estar apegados al doctor ni al nutriólogo, pues lo vamos a hacer por nosotros mismos. Ese es uno de los objetivos que tenemos dentro de la Zona. Asimismo, el 28 de noviembre vamos a tener un campamento exclusivo para parejas. De hecho, tenemos preparada una noche romántica con baile. Vamos a propiciar el ambiente para que nuestros invitados sientan que no es difícil llevar este estilo de vida.” Existe discriminación en las personas que padecen obesidad. La discriminación es un punto muy importante, nosotros, como sociedad, no estamos preparados para recibir a esas personas, pero para eso está la Zona, para romper esos tabúes y para luchar contra esa discriminación; el problema no es estético como lo ve la sociedad, es un problema de salud, el paciente no pidió estar obeso, es la inflamación celular lo que causa la enfermedad y está en la persona delgada y en la persona gordita. Desafortunadamente, nos falta amor y aceptación, ya que en vez de darles herramientas estamos juzgándolos. “Por eso estamos aquí, invirtiendo el tiempo en ellos. Los campamentos van a ser cada dos meses y depende de cómo sea la respuesta, quizá ya lo tengamos cada mes fijo, para niños y adolescentes. Mi punto son los niños. Es la parte que más me apasiona: trabajar con niños y adolescentes, porque creo que si no trabajamos esa área, no vamos a ver los resultados. Vamos a ver niños gorditos, pero también niños delgados, que por el estilo de vida que llevan y por la falta de omega 3 en el cerebro padecen déficit de atención, hiperactividad, problemas de comportamiento, agresividad y depresión. Estamos encantados y fascinados por tener este tiempo y esperamos regresar con muy buenas cuentas para todos. Vamos a estar en Cajititlán, tenemos rentada una casita dúplex en donde van a pasar unos días sensacionales. Esta es la primera generación de campamentos.” Campistas Yesica Ortiz, conoció la Zona a través del libro que escribió la doctora Orozco. Como es contadora y tuvo una carga muy fuerte de estrés comenzó a aumentar un poco de peso y a sentirse cansada. Esa fue la razón de acercarse a la Zona. Tiene 6 kilos de sobrepeso. Estuvo también Karla de Veracruz, Cinthia de Guadalajara, cabe mencionar que ella tiene un peso normal, pero nunca se había sentido con la energía con la que actualmente se siente, ya que hasta en el trabajo rinde mejor; María Elena Cobián de Mérida, Yucatán, ella está muy agradecida con la doctora Orozco, pues curó a su hija a la que ya habían desahuciado los médicos, ahora su hija trabaja de administradora en Mérida; Nora Vargas que gracias a la Zona bajó 25 kilos, pero los volvió a subir al volver a su antiguo estilo de vida; Janet, de Xalapa, Veracruz; Esther Gallegos de Guadalajara, su meta es sentirse bien, bajar de peso lo ve como segundo término, pues se sentía como una persona de cien años. Palabras de bienvenida Les doy la más cordial bienvenida a nuestro Primer Campamento Educativo: Estilos de Vida Saludables en la Zona, en donde nuestro primer objetivo es que ustedes aprendan a vivir y sentirse completamente seguras de vivir en la Zona y también de que ustedes puedan disfrutar, estar contentas y relajadas porque lo que se les tiene preparado es un gran festín en la Zona; tenemos materiales educativos. Durante estos cinco días van a tener sesiones educativas. Nuestro equipo se ha preparado de una forma increíble: nutriólogas, educadoras de la Zona, instructoras del ejercicio y una chef que se han preparado para darles esas bases prácticas que ustedes necesitan día a día. Muchas personas actualmente se encuentran preocupadas por el problema de la obesidad en México. Tenemos un serio problema de obesidad en nuestro país, y lo tenemos en la población infantil, si nosotras no intervenimos como mujeres y pilares de nuestras familias de esta sociedad. Nosotras como mujeres vamos a comprar al mercado, ya que todos los días tenemos que decidir que vamos a darle de comer a nuestra familia, la Zona no es una dieta, es un estilo de vida que nuestra familia necesita. Nosotras jugamos un papel muy importante en la sociedad, tenemos una influencia poderosa, ya sea positiva o negativa en la gente que nos rodea: en nuestra mamá, nuestro papá, nuestros hermanos, nuestros hijos, en nuestro esposo y esa es la familia. La familia es la que nos preocupa, si nosotras tenemos el deshonroso primer lugar en obesidad y diabetes, por eso estamos aquí: le estamos apostando a la educación teórica y práctica. La salud puede ser contagiosa Estos cinco días tienen que ser de mucha, mucha felicidad; si no lo logramos, creo que fracasamos. Platicando con algunos de sus esposos o familiares, me decían que si podían regresar a sus casas en la noche. Ese es el problema que existe con las mujeres: dedicamos nuestra vida entera a nuestra familia, está bien, pero nunca nos damos tiempo para nosotras. Por lo tanto, la educación debe ser, cortar la rutina porque la comida es como una droga; el medicamento más poderoso es la comida. La comida puede funcionar como un fármaco que puede generar adicción. Como toda adicción, en este campamento vamos a quitar la droga, y como si fuese un medicamento la comida la vamos a usar en la dosis correcta en el horario correcto. Vamos a alimentarlas durante estos cinco días en este sistema de alimentación preparado para que ustedes lo puedan sentir. Tenemos preparadas instructoras del ejercicio, no entendiendo que el ejercicio es lo más importante en el estilo de vida saludable porque muchas veces se confunde nuestra gente directiva en los sistemas de salud en nuestro país, pues invita a las personas a maratones y a correr. Está bien, pero tenemos que entender que el 80 por ciento de mantenernos en nuestro peso saludable, en mantener nuestra presión arterial, nuestra glucosa y colesterol bien y mantenernos súper en la salud viene del alimento, sólo un 20 por ciento en el ejercicio. Tenemos que aprender que el sistema de vida llamado la Zona es balance, moderación y disfrutar, vamos a romper varios mitos y aprender mucho. Todos los días trabajó con una persona detrás del escritorio y se que representa a una familia. Por eso, para mí es muy importante cumplir hoy ese sueño que es el campamento de la Zona. La Zona no es un programa de estilo de vida que va a ayudar a la gente únicamente a verse bien al espejo. El 70 por ciento de los mexicanos deberían de estar aquí, ustedes tienen ese privilegio y quiero que cuando salgan del campamento vivan la Zona, huelan la Zona, coman la Zona, sientan este estilo de vida y puedan trasmitirlo, pues cuando una persona que es ordenada en sus alimentos y en su estilo de vida es un gran ejemplo, pero si es una persona apasionada con un estilo de vida saludable, contagia a los demás.
viernes, 14 de agosto de 2015
Silvia Orozco, la nutrióloga que revolucionó el campo de la nutrición en México
Primera parte
Por Héctor Medina Varalta
La Doctora Silvia de Lourdes Orozco Aviña, Presidente y Director médico de la Dieta de la Zona en México, detalla cómo se adentró en ese maravilloso mundo de salud que está al alcance de todos. Por principio de cuentas, es cirujano partero, egresado de la ciudad de Guadalajara, su Alma Mater está en la Universidad de Guadalajara, ahí se formó; por cierto la Doctora Orozco realizó tres intentos para ingresar a la Facultad de Medicina, ya que era muy difícil,. No obstante, era lo último que iba a hacer, ya que en realidad estaba apasionada desde entonces por la carrera de nutrición, una carrera muy noble donde se puede mostrar no solamente la parte de la ciencia sino la parte de ayudar a otros. Como médico, durante la preparación de esta profesión, se dio cuenta desde que estaba como médico interno que desde las aulas veía a los pacientes obesos de una manera muy especial en el Hospital Civil de Guadalajara, al que prácticamente fue su casa, hace 30 años aproximadamente; algo llamaba la mente y corazón de la futura y famosa nutrióloga, pues le atraía ver a esos pacientes con obesidad porque Orozco sentía que, muchos de los problemas de la salud en los seres humanos, el mismo envejecimiento se originaba en los malos hábitos nutricionales.
En la Facultad de Medicina jamás recibió clases de nutrición
En esa época, no teníamos los altos índices de obesidad como lo tenemos hoy, ya que somos el país número uno en obesidad y diabetes infantil, es decir, no hay gente más obesa que los mexicanos, pues el 70 por ciento de la población padece obesidad. En aquel tiempo-resalta- observaba que el médico regañaba a los pacientes obesos porque no bajaban de peso ya que por eso tenían hipertensión, problemas con los lípidos, colesterol, problemas para moverse, depresión, complicaciones con las cirugías y la calidad de vida era muy mala. Me daba cuenta que era muy injusto decirle eso a un paciente que bajara de peso y no darle las herramientas para hacerlo. En lo particular, me llamaba mucho la atención mi tesis para recibirme como médico; la hice sobre resistencia a la insulina y obesidad, desde que tenía mi tesis tenía la idea de hacer esto. Dios había puesto esto en mi corazón, estoy completamente segura.
Cuando la doctora Orozco termina su carrera como médico general se da cuenta que no fue suficiente, pues cuando estuvo en la Facultad de Medicina jamás le dieron clases de nutrición, pues a los médicos no los preparan en el campo de la nutrición; se les prepara en farmacología, neurología, fisiología, bioquímica, anatomía, entre otros, pero no, pero no enseñan cómo comer adecuadamente. Por lo tanto, la doctora Orozco seguía inquieta, pues deseaba poder ayudar a sus pacientes obesos. Ya había terminado su carrera como médico, por lo tanto buscó hacer un diplomado y una maestría en nutrición clínica, y lo hizo a través de la Universidad Autónoma de México.
Tiene que haber algo más
No obstante, hace 30 años no había en Guadalajara diplomados ni maestrías como ahora; Orozco tenía que ir a la ciudad de México cada semana: viernes y sábado. Recuerdo que mi esposo me acompañaba muy amablemente cada fin de semana durante un periodo de tres años para terminar estos estudios, porque sabía que no tenía que conformarme con recetar medicamentos, con hacer cirugías, quería algo más para ofrecerle al paciente. Cuando termino mi carrera como nutrióloga, cuando termino estas partes de especialidad, termino mi master, mi diplomado en nutrición clínica, me encuentro en otra encrucijada más grande, siempre hubo obstáculo sobre obstáculo ya que me encontré con la dificultad más grande: cuando aprendí la carrera de nutrición, ya como médico empecé a practicarlo con sus pacientes y me di cuenta que había cambios muy pobres en comparación como yo esperaba resultaba muy poco. Yo seguía los lineamientos que da el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos a todo el mundo; seguía lo que el instituto Subirán y el Instituto Master de Nutrición en mi país, me enseñaron lo que tenía que darles de comer a mis pacientes: a los hipertensos, obesos, diabéticos, a la gente con problemas de lípidos; les daba su cereal con lechita, por cierto, ya le pedí perdón a Dios por esto; les daba su pan integral, pan con mermelada, yogurt light, pero el paciente bajaba muy poco de peso, pero sus triglicéridos, su colesterol, su presión arterial, su ánimo, su energía, nunca mejoraron. Entonces, yo me ponía más triste y más frustrada porque había terminado mi carrera como médico, había hecho el master en nutrición, había seguido cada uno de los lineamientos que ortodoxamente se me había enseñado, pues para recibir un diplomado y una maestría tuve que hacer tesis; y la tesis la basé en la obesidad y en la nutrición, y cuando la termino, me encontraba en una consulta privada en un estado dónde no me sentía a gusto, no me sentía conforme, porque el mayor compromiso que tenemos los médicos y los nutriólogos es ayudar a otras personas. Está bien el pago que recibimos, pero también está bien servir a la gente. En realidad, me encontraba en un estado en el que oraba y le decía a Dios: “Tiene que haber algo más.”
Crisis de conciencia
Cuando la nutrióloga regresaba de un viaje después de haber asistido a un congreso médico en la capital, su vuelo se atrasó por tres horas. Orozco no llevaba computadora ni libros y me acerqué a la parte de la literatura y vio un libro que estaba escrito en inglés que le llamó la atención: Enter in the Zone, el primer libro escrito por el doctor Barry Sears, todo un best seller. Afortunadamente, la nutrióloga domina ese idioma. Como tenía tres horas libres decidió comprarlo y cuando empezó a leerlo, se enojó, se molestó y se frustró, porque en realidad todo lo que decía ese libro con bases científicas muy bien documentadas, tuvo una sensación de coraje consigo misma estudiando nutrición y no verlo desde ese enfoque, pero al mismo tiempo rechazaba la idea que el Doctor Sears tuviera razón, cuando pasaron las tres horas había terminado de leer la mitad del libro; cuando llegó a su casa continúo leyendo, casi no durmió los siguientes tres días, en el término de una semana había leído todo el libro. El doctor Sears habla de una manera fascinante la perspectiva que la famosa nutrióloga jamás había escuchado, es decir, siempre había oído de los efectos calóricos de los alimentos, pero jamás había escuchado sobre el efecto hormonal de la comida, eso fue para Orozco una revolución en su mente, porque ignoraba que al comer ciertos alimentos, las hormonas de nuestro cuerpo se producían y que había hormonas que se iban muy arriba en la sangre que son las que nos hacían comer más y engordar; y había hormonas con otros alimentos que estimulaban el consumo de proteínas, estimulando la hormona glucagon que nos da saciedad, pero por otra parte, los carbohidratos que nos encantan a todos los mexicanos: harinas, cereales, granos azúcares, que también están en las frutas y verduras, estimulaban otra hormona que es la insulina y esa hormona ahora se sabe que en exceso produce gordura, ansiedad por comer, dificultad para bajar de peso e hipertensión, fue una perspectiva que empezó a romper los paradigmas de la doctora Orozco, ella se encontraba sumamente molesta. La siguiente semana buscó el correo electrónico del Dr. Sears, a quien no conocía (ahora el concepto de la Zona está en más de 14 países en todo el mundo ha escrito más de veintitantos libros), “imagínese qué caso le iba a hacer a una lectora mexicana que estaba enojadísima; indignada porque no le había parecido lo que el Dr. Sears había escrito.”
¡Una lectora más!
Después de leer el libro, la doctora Orozco consiguió el correo electrónico del doctor Sears, ya que esa es la personalidad apasionada que Dios le ha dado y no se sentía agusto de que de que sí ese señor tenía razón, ella iba a estar recetando nutrición barata, nutrición políticamente correcta, nutrición no basada en ciencia, nutrición que no iba a servir para sus pacientes; chocaba contra sus principios morales como cristiana, pues no podía hacerles eso a las personas. A la mejor otros médicos o nutriólogos no lo hubieran visto así, pero para Orozco fue algo increíblemente fuerte descubrir que no estaba haciendo bien las cosas, a pesar de que había estudiado tantos años en las mejores universidades cómo manejar a un paciente en su estado de salud, fue una crisis de conciencia muy grave. “Me imagino lo que el Dr. Sears pensó: ¡una lectora más! Le escribí una carta enorme en la que a grandes rasgos describo: Acabo de leer su libro, tengo tal especialidad, tal maestría; y déjeme decirle, que si usted tiene razón, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos está equivocado; el Instituto Subirán, está equivocado y todos los médicos y nutriólogos de mi país están equivocados. Obviamente le escribí un correo electrónico dramático aproximadamente de 50 renglones, y lo único que me contestó, por supuesto, muy amablemente, fue: yes. “Eso me molestó más, porque después de escribir 50 renglones y ver cómo desafiaba este hombre a los sistemas de salud más poderosos y le solicité una cita en Boston, Massachusetts, yo quería que él me explicara. Mi marido no sabía lo que yo quería, pero se dio a la tarea de acompañarme. Y cuando llegamos a Estados Unidos y hablo con este señor frente a frente-después de tantos años ahora lo veo como un tutor como a un padre, a quien admiro y respeto bastante-el doctor Sears me dijo: Silvia, la Zona ha sido para mí el descubrimiento más importante en manera personal; yo desarrollo más de doce patentes contra el cáncer en Estados Unidos y mi preparación como especialista en lípidos está en el desarrollo de fármacos, pero la Zona es mi mayor descubrimiento personal porque la Zona me ha salvado la vida. Cuando Barry Sears me dijo eso, me intrigué más, ya lo había leído en su libro, pero lo vi cara a cara y me dijo: mi papá, mis tíos y mis hermanos murieron a los 50 años a consecuencia de un ataque cardiaco y, como en ese tiempo, ya me estaba acercando a esa edad, tuve que descubrir el medicamento más poderoso que evitara mi propia muerte por enfermedad cardiovascular; mis genes estaban ahí, pero yo no sabía lo qué era lo que estimulaba a esos genes; ahora sé que se llama inflamación celular y es producida por un mal estilo de vida, por malas decisiones nutricionales, por deficiencias nutricionales. Y ahora sé que la Zona cambió mi expresión genética, y estoy vivo por eso. Cuando uno le pregunta su edad a Barry Sears, él responde: la edad en la que debería estar muerto.
Así nació la Dieta de la Zona en México
Barry Sears tiene actualmente 69 años de edad, este año cumple sus 70 años, y ha visto más de 20 años a sus contemporáneos: su papá, sus tíos y sus hermanos murieron a los 50 años a consecuencias de un ataque cardiaco eminente sin ningún precedente. Eran personas sanas, estaban en su peso ideal, eran basquetbolistas profesionales, no eran hipertensos, no padecían ninguna enfermedad, pero sus genes le robaron a toda la familia masculina a los 50 años, uno más a los 51, otro a los 49. Barry Sears descubre la Zona y dice: La Zona es un estilo de vida que puede controlar a través de la alimentación el control del estrés, los nutrientes, puede cambiar la inflamación celular, que es la etapa silenciosa de la enfermedad y así cambiar los genes de la muerte, del envejecimiento prematuro y de las enfermedades crónicas.
En su visita a Boston, la nutrióloga relata que el Doctor Sears tomó dos filas grandes de estudios científicos y le dijo: Lee esto y cuando lo hagas, regresa otra vez a Boston. Fueron 20 minutos los que Silvia Orozco estuvo con el famoso científico. Una vez ella le preguntó, “¿Qué impresión tuviste de mí?” Sears pensó que la doctora no iba a leer nada, pero el doctor Sears no contaba que Orozco es muy celosa, ya que cuando regresó a México se puso a leer y cada vez que leía los estudios de investigación empezó a darse cuenta que había mucha ciencia y empezó a descubrir que el sistema político de México lleva un programa de alimentación, que es la pirámide de la salud, recomendada como la más saludable, es políticamente correcta, pero no es favorable para la salud de las personas. De esta forma, empezó a darse cuenta que tenía algo muy valioso en sus manos y se dio a la tarea de hacer grupos de ensayos; tomó cuatro pacientes y a los demás los siguió tratando con el esquema convencional ortodoxo tradicional de nutrición, y se dio cuenta después de un tiempo, que esos cuatro pacientes les iba mejor que al otro grupo: bajaron mejor de peso, bajaron los niveles de colesterol y lípidos, se sentían con energía, algo muy importante que los cuatro pacientes le decían era “Me siento más joven, con mayor energía. Me siento muy diferente a como llegué”. No sólo era que bajaron de peso, sino el bienestar que producía la Zona.
La doctora Orozco comenzó a darse cuenta que era poco ético tener a los pacientes con una dieta que no funcionaba, así que comenzó a darles a todos los pacientes la Dieta de la Zona.
Instituto de Investigación de Inflamación Celular
La siguiente vez que viajó a Estados Unidos fue a prepararse y a prepararse y a tomar cursos de su maestro, el doctor Barry Sears; día a día se fue apasionando más, cambió su enojo por unsentimiento de esperanza para llevar algo tan valioso a toda la comunidad médica, a toda la comunidad de los nutriólogos y a todo México. Esto sucedió hace más de 20 años. En la actualidad, la doctora Orozco se encuentra tan o más apasionada en este tema que nunca. Ella ha encontrado a muchos colegas que le dicen: “Pero, ¿de dónde te sale esa pasión?”, “¿por qué sigues enamorada de la Zona?” y ella sólo da la misma respuesta: ¡Porque la Zona funciona! Nada más hay un requisito, practicarla; porque la Zona transforma vidas miserables, con dolor, sin esperanza; en vidas con esperanza y sin dolor. No se trata de cambiar la apariencia física, se trata de controlar la inflamación celular a través del estilo de vida que es el origen de cualquier enfermedad crónico degenerativa: diabetes, cáncer, hipertensión, enfermedad cardiovascular. En la actualidad, Silvia y su hermano, el doctor Gustavo Orozco, Director Médico del Instituto de Investigación de Inflamación Celular; ambos lo desarrollaron para poder investigar, qué ocurre diez años antes de que alguien tenga Parkinson, demencia senil, Alzheimer, diabetes mellitus, cáncer, antes de que envejezcan de una forma prematura o que muera de un infarto; ahora se sabe que es la inflamación silenciosa. Es la etapa en la que cuando vamos con el doctor y nos dice: “te encuentras bien, no tienes colesterol ni triglicéridos altos, estás perfectamente bien de salud.” Sin embargo, las células que son la unidad más pequeña del cuerpo, esas 60 millones de células tienen un proceso silencioso producido por los malos hábitos nutricionales, por estrés o por no tener el suficiente tiempo para comer. “Yo siempre les digo a mis pacientes: uno se da tiempo para hacer las cosas importantes: si hubiera un medicamento que puede frenar tu muerte por enfermedad cardiovascular, que puede rejuvenecerte, que puede mejorar tu concentración, tu estado de ánimo, tu calidad de sueño, tu sistema inmunológico y tu sexualidad, ¿te tomarías ese medicamento? Ese medicamento se llama… ¡la Zona!