(CODICS).- En su cuarto año de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el Secretario General de la CIOAC, Federico Ovalle Vaquera consideró que el Gobierno de la 4T, es un gobierno conservador y populista, con una visión asistencialista del ejercicio del gasto públicos.
Un gobierno que ha apostado al despilfarro del dinero público y al reparto de dádivas entre los pobres, a través de programas asistenciales y electoreros, sacrificando el desarrollo del país sustentado en el trabajo bien remunerado, en la producción de alimentos que abatan la creciente dependencia alimentaria y en la inversión pública y privada, mediante la construcción de infraestructura y adquisición de bienes públicos y duraderos.
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Por ello, argumentó, han sido aniquilados los organismos autónomos, y las instancias de control sobre el ejercicio de gobierno. Y por ello mismo, hay una campaña gubernamental permanente de desprestigio y desgaste contra el INE. La intención es desaparecerlo y ejercer el control absoluto sobre los procesos electorales.
“El poder legislativo y el poder judicial, son instancias qué, en la mayoría de los casos, actúan por consigna gubernamental como si su función fuera estar a su servicio. Un gobierno que no respeta la constitución y la ley no puede ser un gobierno de izquierda, y ese es el caso del gobierno de López Obrador”.
En resumen, el gobierno de AMLO le ha fallado al pueblo de México: su eslogan de primero los pobres, es una burla para los mexicanos, ya que han sido estos los más castigados por las políticas erráticas, las ocurrencias y caprichos presidenciales.
Comentó el Secretario General de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, que uno de los graves problemas para hacer frente a los problemas económicos y sociales de los trabajadores y productores, es y ha sido la falta de recursos económicos: como CIOAC impulsaremos una reforma fiscal progresiva, que quiere decir que paguen más impuestos quienes tienen más dinero y obtienen mayores ganancias, está sin lugar a dudas es una lucha progresista en los tiempos actuales.
Por último, la centralización del gasto público, el ejercicio a través de dádivas y programas asistenciales con un contenido clientelar, electorero e individualista, en detrimento del gasto orientado a fomentar la producción y la inversión en bienes públicos, así como la exclusión y aniquilamiento de las organizaciones es, quizá, la mejor muestra de la vigencia de las políticas neoliberales, que poco o nada tienen que ver con la izquierda.
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