- Las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial y su impacto en formas artísticas fueron tema de conversación del historiógrafo Rafael Villegas
Después de la Segunda Guerra Mundial tuvo que pasar un proceso bastante complicado de asimilación para poder a empezar a emitir discursos más o menos coherentes sobre lo que había sucedido, comentó Rafael Villegas durante la charla “Visiones de la memoria: un diálogo entre el cine y la narrativa gráfica”, que se llevó a cabo este 7 de junio en la Sala 4, Arcady Boytler.
Organizada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional y la Asociación de Análisis y Teoría Cinematográfica (SEPANCINE), la conferencia del doctor en Historiografía por la Universidad Autónoma de México exploró, a través de diversos ejemplos cinematográficos y del cómic de autor, el discurso acerca de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial que se generó a partir de la década de los sesenta y cómo éste provocó nuevas formas artísticas.
“La memoria no es necesariamente un discurso espontáneo”, aseguró. De acuerdo con el profesor de la Universidad de Guadalajara, tuvieron que pasar casi dos décadas para que el cine y el cómic abordaran la temática de los campos de concentración nazis. Villegas atribuye esta tardanza a un fenómeno que denomina como “la impronta del horror”: el estado de parálisis en la elocuencia de una sociedad afectada por un evento de violencia brutal.
La evolución cinematográfica y en las historietas giró en torno a “la definición del yo”, ya que fue gracias al shockcultural de la Segunda Guerra Mundial que los discursos de modernidad que daban rumbo a la sociedad occidental se rompieron y, eventualmente, los artistas notaron un vacío que necesitaron llenar con nuevos modelos.
Además de ejemplos clásicos de cine de autor internacional —como Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958), La jetée(Chris Marker, 1962), Hiroshima mi amor (Hiroshima, mon amour, Alain Resnais, 1959) y El año pasado en Marienbad (L'année dernière à Marienbad, Alain Resnais, 1961), el especialista apuntó a exponentes del cómic independiente (como el fundamental Robert Crumb o Harvey Pekar y su serie American splendor) como artistas que representan la creación de un nuevo yo en el discurso artístico.
En ese sentido, el conferencista resaltó lo que considera como la diferencia fundamental entre el cine y el cómic. “En el cómic uno puede distender, estirar y al mismo tiempo mantener el tiempo. En el cine, las cosas pasan; aquí no: las cosas pasan y al mismo tiempo se mantienen. Ésa es una posibilidad que sólo puede hacer el cómic”, afirmó.
Las Charlas de cinefilia del Centro de Documentación continuarán el martes 14 de junio con la conferencia de Rocío González de Arce: “Sirenas, nereidas, náyades y otras criaturas mitológicas que habitan las aguas del cine mexicano”, que tendrá lugar en la Sala 4 a las 18:00 horas. Entrada libre con boleto en taquilla.