(CODICS).- Juan Pablo Rojas Pérez, Presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), propuso al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador recapacitar, planear y redireccionar su política agroalimentaria pues la que aplica actualmente la Secretaría de Agricultura es limitada y no consensuada con las organizaciones de productores; prueba de ello es que para el año agrícola 2019-2020, la producción de maíz alcanzará apenas una producción de 20 millones de toneladas mientras que el consumo será entre 44 y 45 millones de toneladas.
Es decir, precisó el dirigente de más de 250 mil productores maiceros que la diferencia para satisfacer la demanda se tendrá que importar con lo cual México se consolidará como país número uno en el mundo en la importación de este grano.
Para contrarrestar tal condición y disminuir la brecha que existe de dependencia alimentaria se requiere una Política Económica Agrícola de tipo productiva, integral, diferenciada e incluyente, indicó el líder de productores al sostener que “hoy no existe nada de lo anterior para el campo.
Existe, lamentó Juan Pablo Rojas Pérez, una política electorera donde el gobierno se caracteriza por regalar dinero, por fortalecer la dependencia en todos los sentidos.
En mensaje a medios, recordó que en sexenios anteriores, Víctor Suárez, actual Subsecretario de Alimentación y Competitividad de la SADER, exigía una Política Agrícola “acorde a las necesidades del medio rural”, tenía propuestas congruentes pero actualmente a este funcionario se le observa aplicando estrategias opuestas entonces porqué el cambio, cuestionó.
Entonces, continuó, este Subsecretario cree que su programa Producción para el Bienestar ¿impulsa y garantiza la autosuficiencia alimentaria o que con ese Programa se atenderá la demanda nacional de maíz blanco? Cuando está comprobado que no es así al grado de que funcionarios de la Sader admitieron, en conferencia de prensa ofrecida días pasados, que no se alcanzará la producción planeada de granos debido a los efectos por la sequía así como por la mala planeación y aplicación de programas.
Añadió que aun cuando se pregone que la demanda de maíz blanco en México está satisfecha, se trata de una mentira toda vez que prevalecen los problemas de desabasto en distintas regiones del país, “la SADER y sus directivos lo saben”.
Recordó que en gobiernos anteriores la Política Agrícola con limitantes pero se consensuaba con las organizaciones gremiales y representantes de los productores en el Consejo Mexicano de Desarrollo Rural Sustentable (CMDRS) y, hasta cierto punto, se respetaba a la Ley de Desarrollo Rural Sustentable sin dejar de lado que existían Reglas de Operación para cada programa de apoyo al sector.
Pero, insistió, actualmente vemos con preocupación que la inercia de inversión para la producción, crecimiento y desarrollo existente con gobiernos anteriores se terminó; la carreta se detuvo, no hay inversión productiva. Solo existen estrategias generadoras de dependencia e incapacidad productiva y económica.
Detectamos con preocupación que se pretende implantar un nuevo sistema político-electorero y no se considera un sistema político-económico-productivo-incluyente.
Por ello, expresó que todo gobernante tiene su poder y está obligado a ejercerlo echando mano de sus propias estrategias sin embargo debería considerar la inercia, con sentido positivo, que lleva la nación con respecto a su participación en el mundo y más cuando se trata de un México tan globalizado.
Los productores del campo y en lo particular los de Maíz exigimos al Gobierno Federal atender la producción de este grano básico pues México consume entre 44 y 47 MDTM anuales en masa-tortilla, harinas, almidones, aceites, edulcorantes, ganado, exportables, entre otros.
Debe considerarse que más del 70% de la producción nacional de maíz es de temporal pero al actual gobierno pareciera no importarle esa condición.