- Pesimismo, los efectos de la pandemia, violencia en el hogar, uso excesivo de la tecnología y el poco respeto de los adultos a los niños, principales causas.
- Lo anterior puede generar depresión leve o crónica, frustración, cuadros de ansiedad, hostilidad, baja de rendimiento académico o temor constante.
- Las especialistas del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI) dan a conocer estos hechos previo a la celebración del Día del Niño en México.
El Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI) reveló que existen al menos cinco factores que están afectado la salud mental de los niños en México. El primero es el pesimismo que se presenta en muchas familias y entornos sociales mexicanos: en segunda instancia, los efectos derivados de la pandemia; es decir, el encierro. También, la violencia en el hogar y el uso excesivo de la tecnología, y finalmente, el hecho de ver a los niños como proyectos y no como seres integrales con la edad que les corresponde. Se trata de información obtenida de la clínica de servicios psicológicos del organismo con menores de entre 5 y 12 años de edad. Previo a la celebración del Día del Niño en México, CEEPI da a conocer los detalles del estudio.
Causas encontradas que pueden “matar” la felicidad en los niños:
1. Las malas noticias y el pesimismo. Desde exponer a los niños a los noticieros cuyo contenido es altamente violento o vivir en un entorno familiar y social en donde no abundan las buenas noticias. “Todo está mal: la economía, la salud, hay pérdidas en todos los sentidos. Si los niños perciben esta realidad, que no necesariamente es así, perderán la ilusión, desconfiarán de las personas, se pueden volver hostiles y depresivos. Es fundamental que los padres de familia filtren estas noticias y traten de encontrar el lado positivo de la vida, porque seguramente lo hay”, explicó la Mtra. Susana Salazar Gómora, coordinadora de CEEPI.
2. La pandemia. El encierro por más de 14 meses, la falta de socializar con otros niños y familiares, la muerte de seres queridos, el miedo a morir y todas las secuelas que ha dejado la pandemia a nivel social y familiar. “Los efectos psicológicos van desde una depresión pasajera, hasta cuadros de ansiedad, insomnio, baja de rendimiento y mucho temor a salir a la calle y la abulia (nada tiene sentido). Por ello es indispensable activar integrar a los niños a sus actividades escolares y sociales, poco a poco y si las condiciones sanitarias lo permiten”, dijo.
3. El exceso de uso de tecnología. Está comprobado que el uso excesivo de videojuegos o redes sociales puede detener el desarrollo de la inteligencia de los niños. Además los aísla de otros seres humanos, los vuelve pasivos y hay peligro de volverse adictos. “Como toda adicción provoca sentimiento de soledad, altera las horas del sueño y la realidad en sí misma. Es indispensable que los padres regulen el uso de la tecnología recreativa, sin dejar el lado pedagógico, que es de suma utilidad. No es aconsejable que un niño permanezca más de cinco horas diarias delante de una computadora”, afirmó la especialista.
4. Violencia en el hogar. Un escenario donde abundan las agresiones físicas y verbales, el chantaje, el abuso a los menores, las adicciones o procesos de divorcio violentos generan en los niños cuadros de ansiedad y depresión, aislamiento, e incluso pensamientos suicidas. Hay que alejarlos de estos entornos.
5. Los niños no son tratados como niños. Son los menores "híper". Verlos como proyectos y no como seres integrales de acuerdo a su edad. “Percibirlos como una meta, sobresaturarlos de actividades académicas y físicas o hipersexualizarlos . Tampoco pueden ser considerados como los “hombrecitos” o “mujercitas” de la casa. Hay que respetar esta etapa de su vida. Los niños deben tener voz y voto en su hogar”, explicó Salazar Gómora.
Para concluir la especialista comentó que si estos escenarios se repiten con frecuencia en el hogar lo mejor será acudir con algún especialista en la salud mental infantil y familiar: “La felicidad infantil sí existe. Precisamente la niñez debe ser la etapa con mayor plenitud de los seres humanos porque es el cimiento de la vida adulta. De ahí saldrán adultos capaces de enfrentarse a los retos futuros, que tendrán salud emocional o bien, mujeres y hombres propensos a padecer afectaciones psicológicas crónicas que deriven a una mala calidad de vida emocional”, concluyó Susana Salazar Gómora.