- A través de la subversiva cinta Quizá siempre sí me muera, el cineasta fue recordado por amigos y familiares
- Fritz rompió con los valores establecidos por la sociedad mexicana: Luis Kelly
Como un cineasta audaz y con una gran pasión fue recordado Federico Weingartshofer, también conocido como Fritz. En un ambiente de cierta nostalgia, la vida y obra del director recientemente fallecido fue comentada con entusiasmo por familiares, amigos y alumnos. La charla tuvo lugar tras la proyección de su primer largometraje, Quizá siempre sí me muera (1970), este jueves 17 de noviembre en la Sala 9, Juan Bustillo Oro.
Luis Kelly, director y productor alumno de Weingartshofer, presentó la primera de cuatro funciones que serán dedicadas a su maestro. “Es arriesgada, rompió con los valores establecidos por la sociedad”, comentó sobre la película. Aseguró que el realizador hizo frente a la censura que se vivía en su época, cuando emergieron diversos movimientos sociales en todo el país.
Durante la plática, Kelly estuvo acompañado por Patricia Coronado, productora y expareja de Fritz, además de C’Cañak Weingartshofer, hijo de ambos, quien de igual forma alabó el carácter innovador de su padre: “Siempre tuvo ideas progresistas y buscaba experimentar con cada uno de sus trabajos”.
Quizá siempre sí me muera narra la historia de un anarquista que aspira a ser escritor, sumergiéndonos en los delirios del joven. Se trata del trabajo final que el director presentó al egresar del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM. Significa el inicio de una prominente trayectoria en la que fue también productor, fotógrafo y guionista en más de 180 proyectos entre ficciones, documentales, programas culturales e infantiles.
Por su parte, Coronado compartió con el público datos sobre su participación como productora. Detalló con orgullo las labores en las que intervino e incluso confesó que el rodaje tuvo que ser repetido en su totalidad, pues el material se dañó en el laboratorio de revelado.
Sin embargo, explicó, esto no fue de gran importancia para el grupo de jóvenes realizadores encabezados por Fritz, que con más pasión que recursos, sacaron adelante el proyecto. Aprovechó la presencia de algunos de sus alumnos para comentar, con cierta ironía, que en aquella época los estudiantes de cine debían trabajar con más rigor y disciplina, pues la tecnología y los recursos eran limitados, y que ahora las tareas de producción se hacen de forma mucho más relajada.
De entre los asistentes, surgió la duda de cuál era la opinión de Weingartshofer sobre su primer filme. De manera afectuosa, los tres presentadores coincidieron en que, a cuarenta años de su realización, el cineasta no hubiera cambiado nada del proyecto, pues desde un principio se entregó a su labor y la realizó siempre con vehemencia. “El cine lo haces con amor, a pesar incluso de ti mismo”, sentenció Patricia Coronado.
El homenaje a Federico Weingartshofer continuará el próximo jueves 24 de noviembre en punto de las 18:00 horas, con la proyección de Caminando pasos, caminando (1977), que nuevamente será presentada por Patricia Coronado en compañía de Mitl Valdés. La entrada es libre al presentar en sala el boleto de cortesía disponible en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.
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