miércoles, 25 de noviembre de 2015

Analizan el cine mexicano de ciencia ficción en la Cineteca Nacional


Al público mexicano le preocupa la revolución tecnológica: Miguel García

A diferencia del optimismo de la ciencia ficción estadounidense, en donde la tecnología se acepta como factor de progreso social, las representaciones futuristas en el cine mexicano reflejan los miedos y el rechazo al neoliberalismo. Así lo afirmó Miguel García durante la charla “Visitando el mañana: las representaciones futuristas en el cine mexicano contemporáneo”, que se llevó a cabo este 24 de noviembre en la Sala 4, Arcady Boytler.

 Organizada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional, el maestro en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Texas explicó que el ambiente político, económico y social que se vivía en el país alrededor del año 2000 afectó el imaginario cinematográfico e impulsó la creación de una ola de cintas de ciencia ficción que reflejaron las preocupaciones del pueblo mexicano. De acuerdo con el académico estadounidense, las audiencias en México están menos dispuestas a aceptar la revolución tecnológica porque la asocian más con los abusos de un sistema totalitario. De igual manera, “la hipertecnificación del trabajo” y “la deshumanización” son temas que generan miedo y terminan alegorizados en el cine. “Estas películas tienen en común la idea de representar el futuro desde la metrópoli. No todas, pero casi todas, y ultimadamente lo presentan como algo frío, artificial, monstruoso”, comentó. “Además añaden un elemento de encierro que sugiere la pérdida de la libertad”. Un caso representativo es la cinta 2033 (Francisco Laresgoiti, 2009), la que la sociedad mexicana del futuro ha eliminado la religión y sufre las consecuencias de su laicismo y su pérdida de espiritualidad. El becario por el UC MEXUS resaltó el carácter controversial de este filme, que ha sido acusado de ser propaganda católica.

 Miguel García también mencionó a las películas México 2000 (Rogelio A. González, 1983), Sleep Dealer (Alex Rivera, 2008), Un mundo maravilloso (Luis Estrada, 2006), De día y de noche (Alejandro Molina, 2010) y Depositarios (Rodrigo Ordoñez, 2010) como ejemplos de la misma corriente. Una de las razones principales por las que la ciencia ficción mexicana ha fallado en tener éxito es su reducido presupuesto. Una película de este tipo, de acuerdo con el profesor, se realiza en promedio con 2 millones de dólares, mientras que las producciones independientes de Estados Unidos cuentan con 20 millones aproximadamente. La conferencia de Miguel García concluyó con la proyección de Sleep Dealer. El candidato a doctorado aseguró que a pesar del fracaso que este grupo de películas ha tenido crítica y comercialmente, la cinta de Alex Rivera ya está ganando un público de culto en algunos círculos universitarios en Estados Unidos. Las Charlas de cine del Centro de Documentación continuarán el martes 8 de diciembre con la conferencia de Ricardo del Ángel, “El horizonte del western desplazado a las montañas”, en donde se proyectará la película Las aventuras de Jeremiah Johnson (Jeremiah Johnson, Sydney Pollack, 1972).

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