Segunda parte
Por Héctor Medina Varalta
Los Hermanos Collignon Como tantos otros europeos que en la segunda mitad del siglo XIX vieron en América la tierra de promisión, los cuatro hermanos Collignon: Eduardo, Carlos, Julio y Teodoro, emigraron a México procedentes de Prusia, llegando al país en 1875 y dedicándose inmediatamente al comercio. Pero fue hasta el año siguiente que los Collignon se trasladaron a Guadalajara en donde se establecieron definitivamente. Eduardo había conocido en Guanajuato a Ana Victoria Sthephensen, hija del cónsul de Inglaterra en aquella ciudad, con quien se casó aproximadamente en 1878. Por la misma época, Julio contrajo matrimonio con Eulalia Robles Gil, y Teodoro con Amalia Esqueda, hijas de importantes familias de la élite tapatía. En tanto que Carlos se mantuvo soltero. Los Collignon establecieron un almacén comercial en la calle de la Aduana, en el centro de Guadalajara, a partir del cual organizaron verdaderos trenes de mulas para transportar mercancías a diferentes partes del país, haciendo prosperar rápidamente su negocio, lo que permitió que poco tiempo después Eduardo y Julio establecieran sus propias empresas.
Nazis tramposos
Mario Escobar escribe en Nos Prometieron la Gloria al respecto: “En cuanto empezó la prórroga, se vio claramente que los austriacos se sentían agotados. Los peruanos empezaron a marcar goles con un desenfreno espectacular. Aquel partido se estaba convirtiendo en una verdadera humillación para la raza aria. Los peruanos marcaron cinco goles, aunque el árbitro anuló tres de ellos, como si de alguna manera quisiera inclinar la balanza hacia los austriacos o impedir una humillación tan grande. La bancada peruana estaba a punto de estallar, la policía se colocó en posición, pero, cuando el árbitro potó el final del encuentro, una marea de hinchas (peruanos) saltó al terreno del juego (...) En ese momento comenzó una batalla campal entre los seguidores de los dos equipos, mientras los jugadores se retiraban. Por megafonía, el campo anunció que el partido estaba anulado”.
Empresarios en Guadalajara
Los Collignon establecieron un almacén comercial en la calle de la Aduana, en el centro de Guadalajara, a partir del cual organizaron verdaderos trenes de mulas para transportar mercancías a diferentes partes del país, haciendo prosperar rápidamente su negocio, lo que permitió que poco tiempo después Eduardo y Julio establecieran sus propias empresas. El 2 de mayo de 1885 Julio Collignon se asoció con su compatriota Enrique Shöndube para constituir una empresa bajo la razón social de "Julio Collignon y Compañía", la cual explotaría un taller de construcción, reparación e instalación de toda clase de máquinas y ferretería, compra-venta de los mismos artículos que no procedieran del taller y comisiones mercantiles. La compañía tuvo una duración de cinco años y su capital social fue de mil pesos, introducido por partes iguales entre los dos socios, las ganancias igualmente se repartieron por mitad, pudiendo disponer cada socio hasta de 70 pesos mensuales para sus gastos particulares, cargándose al rubro de gastos generales de la empresa.
Su acercamiento a las letras: la cercanía con la muerte
Cabe resaltar que Alfonso empezó a escribir en 2006 en un hospital, después de haberse recuperado de un infarto, reflexionó que todo fue a consecuencia de trabajar 12 o 13 horas diarias, de lunes a lunes y tres años, sin descansar, más que una semana al año. Por consiguiente, cuando se encontraba en terapia intensiva, pensó que no había dejado nada por escrito, es decir, de sus sentimientos. De esta manera, empezó escribiendo cosas pequeñas: pensamientos, anécdotas o detalles insignificantes para otros. Una vez recuperado, empezó a incursionar en talleres literarios: poesía, narrativa, cuento porque estaba involucrado en las políticas empresariales en Promoción y Desarrollo, Promoción y Turismo y en la Promoción de la Cultura en Baja California. Obviamente conoció a pintores, escritores, y en los talleres literarios empezó a darse cuenta que le faltaba explicar con más detalles o expresar cosas hermosas. De tal forma, que eligió los escritos poéticos y empezó a escribirle a la luna, a un amanecer, a un atardecer, a una mujer hermosa y a las parejas sentimentales que tuvo y a la fecha ha colaborado para algunas revistas y periódicos publicando sus escritos.
Empezó a escribir entre los15 y 18 años
En la actualidad, tuvo la oportunidad de participar en una antología titulada Soliloquio y a tratar de publicar tres libros poéticos: uno de relatos eróticos y dos más de narrativa histórica, que hablan de Guadalajara; Remembranzas que ha recabado para su programa radiofónico Charlando con la Cultura ha reunido muchísima información acerca de la Perla de Occidente y la está vertiendo en un libro que se publicará a futuro, titulado, Casos y cosas de mi pueblo. En la actualidad, está trabajando a la par con una editorial que se inauguró después de la FIL, con un libro con la biografía de su padre, con la recopilación que ha reunido, datos que sus tíos le proporcionaron, amigos de su papá, pues fue una personas que hiso muchas cosas en este pueblo bicicletero y tiene otro texto pendiente que se lo han pedido varios escritores y algunas editoriales, por ejemplo, sus vivencias que cada año tiene cubriendo el evento en la FIL y contó una historia que se encuentra en el esqueleto del libro: resulta que al estar entrevistando a Mónica Lavín, se percató que la protagonista del libro únicamente tiene relaciones sexuales dos veces al año. Al preguntarle la razón, la autora le comentó que ella había escrito “dos veces al mes”, pero la editorial, consideró que dos veces al año. Y entre plática y plática y risa y risa, surgió una gran amistad, que hasta la fecha, Lavín es una de sus colaboradoras incondicionales del programa, pues cada vez que se habla de cuento o de narrativa en su programa, siempre cuenta con ella.
Considero que con esa cercanía con la muerte fue la que me orilló a sacar ese potencial que tenía totalmente dormido; escribí cuando tenía entre15 y 18 años algunas cosas y detalles, pero hasta ahí. De tal forma, que en la actualidad, estoy haciendo una carrera en la literatura-puntualizó.
Trayectoria profesional
Alfonso Javier Collignon Orozco, escritor, periodista, locutor y promotor cultural, Director del programa de radio Charlando con la Cultura, con diez años al aire. Participo en diferentes revistas digitales, impresas como por ejemplo Espiga de Papel, colaboración en el libro soliloquio antología de Editorial Caronte, Promotor cultural del 2000 a la fecha; con carteleras culturales, exposiciones, presentaciones de libros, talleres, cursos etc… promoviendo a través de internet, plataformas digitales, la radio al igual que ente el círculo de amistades y conocidos. Múltiples entrevistas (2009 a 2019) en la FIL (Feria Internacional del Libro Guadalajara), la FICG (Festival Internacional de Cine Guadalajara), y la FIM (Festival Internacional de Música) se pueden apreciar en http://www.mixcloud.com/
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