miércoles, 2 de septiembre de 2020

Alfonso Collignon, habló del libro Nos Prometieron la Gloria

Hombres de letras
Primera parte
Por Héctor Medina Varalta


Aunque el libro mencionado lo escribió Mario Escobar, se puede decir que, Alfonso Collignon es coautor de Nos Prometieron la Gloria, porque el autor menciona a los antepasados de Collignon en la Alemania nazi, sin embargo, al preguntarle porque no aparece su nombre como coautor, como buen comerciante, mencionó que prefirió que el autor tuviera el crédito ya que el autor desarrollo la novela y el solo le conto una historia y le paso la información. No obstante, nuestro entrevistado es participante de un poemario titulado Soliloquio, un compendio de varios escritores tapatíos y si la pandemia del COVID lo permite, este año en la Feria Internacional del Libro (FIL) presentará un libro, cuyo título se reservó, pues la editorial se lo pondrá y otros dos: uno que se titula Memorias de Don Mario Collignon, sobre la vida su señor padre, ya fallecido. Cabe señalar, que su papá fue fundador de varias cosas; tiene el Premio Jalisco de Deportes por Velerísmo, También fundó el Trocador que se encuentra en la Avenida México, entre las calles Chapultepec y Américas, lugar donde se pone el Bazar de Antigüedades todos los domingos, AXAC, la  asociación de anticuarios de  Jalisco. 

Antepasados
Antes de entrar en mayores detalles, el locutor, poeta y escritor nos habló de los antecedentes de  sus antepasados. Los Hermanos Collignon, como tantos otros europeos que en la segunda mitad del siglo XIX vieron en América la tierra de promisión, los cuatro hermanos Collignon: Eduardo, Carlos, Julio y Teodoro, emigraron a México procedentes de Prusia, llegando al país en 1875 y dedicándose inmediatamente al comercio. Pero fue hasta el año siguiente que los Collignon se trasladaron a Guadalajara en donde se establecieron definitivamente. Eduardo había conocido en Guanajuato a Ana Victoria Stephenson, hija del cónsul de Inglaterra en aquella ciudad, con quien se casó aproximadamente en 1878. Por la misma época, Julio contrajo matrimonio con Eulalia Robles Gil, y Teodoro con Amalia Esqueda, hijas de importantes familias de la élite tapatía. En tanto que Carlos se mantuvo soltero. 

Riqueza cultural
En Guadalajara existe una colonia que los tapatíos le llaman GUSA, pero su nombre en realidad es GVSA, por sus siglas: Grasas Vegetales Sociedad Anónima, que aún existe y era del abuelo de Alfonso que, a finales de los años 40, en vez de darles un aumento de sueldo a los trabajadores, construyó ese fraccionamiento o área de terreno que tenía y les dio casa a todos sus empleados, mucho antes que el INFONAVIT. Además las calles de ese fraccionamiento tienen los nombres de su mamá, su tía, su abuelita, papá, tío y de su abuelo (Eduardo Collignon Stephenson, María de la Peña, Eduardo Collignon de la Peña, Amparito Goribar, Mario Collignon de la Peña Y Elena Orozco). Por otra parte, la familia Collignon les vendía a los extintos Supermercados Hemuda, Maxi y Ricamesa: aceite de cártamo y aceite de cacahuate. Además de su vena artística, Alfonso Collignon es poseedor de una gran riqueza cultural en cuadros, tenía tres cuadros de Arévalo que ya vendió, tiene de Campos Cabello un grabado de 30 por 24; dos grabados de Raúl Anguiano; tiene un grabado y un giclee de Cornelio García; de José Luis Malo un giclee; de Yuri Zataray un grabado; de Ángel Mendoza tiene una mixta sobre papel; de Víctor Haro un giclee y de Reyna Estrada un óleo sobre tela, todos firmados en original, y  varios más. 

Monsiváis fue su padrino de entrevistas


No todo ha sido gloria en la vida de Alfonso Collignon, pues en 2004 le detectaron cáncer en un hueso, pero está en paz consigo mismo, ya que constantemente se checa, pues el cáncer no se lo quitó, únicamente se encapsuló, desde hace 16 años. Además, nuestro entrevistado tiene veintidós años de haberse separado y una hija de 38 años de edad, tiene dos nietos; una de 15 y otro de 18 años y radican en Baja California. Referente a sus autores favoritos. Alfonso considera que, los clásicos son interesantes y son una base, por ejemplo, León Tolstoi, Shakespeare, cualquiera de ellos ya los leyó y le gustó; sin embargo, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, no le gustó. En cambio, Memoria de mis putas tristes, se le hiso maravilloso; El coronel no tiene quien le escriba y Crónica de una muerte anunciada se le hicieron excelentes. Monsiváis que fue su padrino de entrevistas, pues fue quien le enseñó a entrevistar para la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL). Autores favoritosA Alfonso Collignon le gusta más Elena Garro que Octavio Paz. También le gusta mucho Alberto Ruiz Sánchez; le fascina Verónica González Laponte quien actualmente radica en Corea, su marido es embajador de México en Corea y Taiwán. Asimismo, le gusta, Alejandro Rosas. Lee mucho y de todos los temas, por las entrevistas que realiza. Le está gustando mucho la novela histórica, pero bien contada, muy al estilo de Verónica González Laponte. Si quiere leer un libro de historia, él que más le ha gustado es Manuel Aguilar Moreno, autor tapatío, radica en California, es maestro de la Universidad de California en Sacramento. Imparte clases de historia y literatura; es un historiador de los aztecas y del Panteón de Belén. En Nos Prometieron la Gloria, se pueden encontrar varias anécdotas sumamente interesantes, como cuando Perú ganó un partido de fútbol a los austriacos y el árbitro anuló tres goles. 

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