No seas un señalador de caminos
Por Héctor Medina Varalta
Hace algunas semanas tenÃa agendada una entrevista con una autora de superación personal, experta en temas de coaching de pensamiento, inteligencia emocional y liderazgo. Por supuesto, antes de la entrevista tuve que leer algunos capÃtulos de su libro; me esmeré en escribir las preguntas, sin embargo, el dÃa que la llamé se molestó porque habÃa cancelado la entrevista. No obstante, el que escribe estas lÃneas, no revisó su correo electrónico. Por dicha razón, no me habÃa dado cuenta de la cancelación de la entrevista, sin embargo, quedó en llamarme para agendarla de nuevo. Para mi sorpresa, pasaron los dÃas y no me llamó. Pero como dice un dicho: “Si la montaña no viene hacia Mahoma, Mahoma va a la montaña.” Por consiguiente, le envié un recado a su whatsapp, haciendo hincapié en retomar la entrevista. Para mi sorpresa, no me contestó; cosa que me puso a pensar, de tal forma, que le envié un recado con la siguiente leyenda: “Aquel que en la encrucijada de la vida detiene sus pasos para señalar el camino de la verdad y no lo recorre es similar a un señalador de caminos; un pedazo de madera podrÃa hacer lo mismo.”
En tela de juicio
Para mà consternación y sorpresa, la autora me escribió haciendo una nueva cita y me pidió que no volviera a enviarle mensajes como el que le envié. Como dice otro dicho: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”, puse en tela de juicio si realmente esa persona escribió el libro por el cual la iba a entrevistar o lo escribió un ghostwriter (escritor fantasma, al que se le paga una suma de dinero por ceder los derechos a otra persona y hacerse pasar como si esta fuese el autor) o si lo que escribió se lo “fusiló” de Internet, pues los capÃtulos que leà son excelentes y se me hace poco creÃble, que una persona con semejantes valores morales se haya comportado como lo hizo. Lo que aprendà de esa lección, es que, por ejemplo, si yo escribo una columna de superación personal y escribo sobre abundancia y mis bolsillos están vacÃos o si hablo de salud y esta se encuentra quebrantada o si escribo sobre el amor y tengo problemas con mis vecinos, familia, compañeros de trabajo, automáticamente, me convierto en un señalador de caminos.
“Dicen que está bonito”
Por tal razón, tengo que ser congruente con lo que digo y hago, es decir, que todo concuerde en palabra y obra; y si por azares del destino, me veo en el mismo camino que esa autora, tratar de estudiarme más a fondo para tratar de ver qué es en lo que estoy fallando y corregir lo que no concuerde con lo que escribo y hago, evitando asÃ, ser un señalador de caminos. Pues serÃa muy lamentable si escribo un artÃculo sobre la abundancia económica y no tener dinero en los bolsillos. Es como si estuviese en la carretera que lleva a Puerto Vallarta y unos turistas me preguntaran si están en el camino correcto, a lo que yo responderÃa afirmativamente. Entonces, los turistas me empezaran a hacer preguntas como la ciudad es bonita, es costoso el hospedaje y si yo respondiese, “pues no sé, pero dicen que está bonito.”
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