Datos del Registro Institucional de Cáncer detallan que durante 2019 se atendieron en el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a 592 derechohabientes de 0 a 85 años por padecimiento de tumores cerebrales (1)
De acuerdo con la Red Nacional de Registros de Cáncer, del Instituto Nacional de Cancerología, en México se detectan anualmente un promedio de 3 mil 500 nuevos casos de cáncer cerebral; el cáncer de cerebro y otros del sistema nervioso son la 13va causa de muerte en adultos por cáncer a nivel global.
De ahí la relevancia de que en este arranque del 2022 se dio a conocer una innovación médica sin precedentes desarrollada en el Hospital Houston Methodist, que consiste en una tecnología para reducir el tamaño de los tumores cerebrales sin cirugía. En los últimos años, hemos visto cascos e inteligencia artificial que pueden detectar tumores cerebrales, pero este nuevo dispositivo ha demostrado que también puede tratarlos.
Como parte de este último avance médico en neurología, los investigadores están utilizando un casco que genera un campo magnético que puede reducir hasta en un tercio el tamaño de un tumor mortal, como el glioblastoma.
Los gliomas son los tumores malignos del cerebro más comunes. Estos tumores comienzan en el cerebro o la médula espinal e incluyen astrocitomas, ependimomas, glioblastomas, oligoastrocitomas y oligodendrogliomas. Entonces, el glioblastoma es uno de los tumores cerebrales más comunes.
Respecto al dispositivo, los creadores comentaron que el casco cuenta con tres imanes giratorios conectados a un controlador electrónico basado en un microprocesador que funciona con una batería recargable.
La terapia de campo magnético se administró durante dos horas inicialmente y luego se incrementó hasta un máximo de seis horas por día. Durante el período, la masa y el volumen del tumor del paciente se redujeron en casi un tercio, y la contracción pareció correlacionarse con la dosis de tratamiento.
Los creadores del dispositivo, que recibió ya la aprobación de la FDA (Agencia regulatoria de medicamentos y alimentos de los EUA) para el tratamiento de uso compasivo, afirman que algún día podría ayudar a tratar el cáncer de cerebro sin radiación ni quimioterapia.
“Nuestros resultados abren un nuevo mundo de terapia no invasiva y no tóxica con muchas posibilidades emocionantes para el futuro,” explicó David S. Baskin, cocreador y director del Centro Kenneth R. Peak para el Cerebro y la Hipófisis en el Departamento de Neurocirugía del Instituto Neurológico del Hospital Houston Methodist.
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