domingo, 8 de marzo de 2020

70% de personas con Linfoma de Células de Manto no son diagnosticadas a tiempo


Segunda parte
Por Héctor Medina Varalta


Las personas que padecen linfomas de células de manto (LCM) representan alrededor del 6 % de todos los linfomas, aproximadamente 328 casos anuales en México. Por su parte, el Dr. Eduardo Reynoso, hematólogo director del Centro de Especialidades de Hematología y Oncología (CEDEHO), destacó que una de las necesidades no cubiertas en el diagnóstico temprano, así como la atención con las terapias que puedan brindar una mayor ventana de esperanza de vida a los pacientes. “Se trata de una neoplasia incurable, con una mediana de supervivencia global de entre 18 meses y tres años, por lo que actuar rápidamente hace una referencia muy significativa”-destacó.
Pacientes menores de 65 años de edad pueden tolerar esquemas tan intensos 
Asimismo, el Dr. Abdieel Esquivel, farmacólogo, director de farmacovigilancia de la Junta Directiva de la Asociación Farmacéutica Mexicana (AFMAC), señaló que actualmente el tratamiento inicial de esta patología son las quimioterapias, seguidas de un tratamiento de médula ósea. La combinación de estas intervenciones es el tratamiento estándar para los pacientes, pero existen dos condiciones que limitan su uso y efectividad: solo los pacientes menores de 65 años de edad pueden tolerar esquemas tan intensos, lo cual restringe su uso en la práctica clínica; en más de la mitad de los pacientes, la enfermedad se vuelve a presentar antes de los tres años.
Trasplante autólogo
Por su parte, la Dra. Ana Florencia Ramírez Ibargüen, quien se le entrevistó en la primera parte, respondió una pregunta acerca de esta enfermedad y las células madre: los pacientes con células del manto pueden ser candidatos y, de hecho, cuando son jóvenes tienen que ser llevados a un trasplante de células madre.  El tratamiento en primera línea de estos pacientes cuando son jóvenes, es decir, menores de 65 años, es darles quimioterapia, sin embargo, la quimioterapia quita la enfermedad y después los lleva a trasplante, para consolidar la respuesta que tengan. Este trasplante es autólogo en el que el mismo paciente se dona, es decir, se utilizan sus mismas células, la recolectan antes de que vaya a una quimioterapia muy intensiva y después se las vuelven a poner.
Trasplante alogénico

Esta estrategia es efectiva, pero no es totalmente duradera, es decir, a pesar del trasplante de células madre, los pacientes no se curan. Es cierto que tardan más tiempo en volver a tener linfoma, incluso hasta ocho o diez años. Pero finalmente, con este tipo de linfoma, actualmente no es curable. Los pacientes que recaen después de este tipo de trasplantes pueden ser llevados al otro tipo de trasplantes, que se llama alogénico. El trasplante alogénico es cuando alguien más le dona su médula. Pero, para esto, el paciente tiene que estar en buenas condiciones, tiene que ser compatible con la otra persona; es un trasplante más complicado, por consiguiente, es que los pacientes lleguen a este tipo de trasplante. Es por eso, que estas nuevas terapias ayudan, de cierta manera, en esos casos donde son pocas las opciones.
Promedio de vida
Al preguntarle a la Dra. Ramírez acerca si el linfoma de células de manto, es sinónimo de leucemia o cáncer en la sangre contestó: básicamente, la leucemia es la expresión de un cáncer en la sangre. Pero las leucemias, generalmente, las catalogan como leucemias agudas o crónicas y estas tienen su origen en la médula ósea y los linfomas tienen su origen en los ganglios. De los linfomas de células del manto, se había mencionado que, el 5% a veces tienen esta expresión en la sangre, por eso se llama manto leucémico, pero es muy raro. Pero estrictamente, no es el tipo de leucemia convencional que se conoce. Por otra parte, el promedio de vida de los pacientes de LCM, es muy variable. Depende mucho de la edad del paciente, del tratamiento que se le prescribe en la primera línea y de cómo responda. En general, si se toma todo el pool de pacientes, estos no viven más de tres, máximo cinco años. Ahora, los pacientes que son jóvenes que sí llegan a trasplante, pueden vivir diez, quince años y los pacientes más grandes como de 80 años que están en muy malas condiciones, que no se les puede dar mucha quimioterapia, a veces viven un año o año y medio. Entonces, a veces, esto es muy variable.
No hay evidencia científica 
Una vez que el paciente ha sido tratado y ha mejorado, pero volvió a tener linfoma, ahí se acorta muchísimo la vida. Esos pacientes que recaen no suelen vivir más de dos años. Estos medicamentos, precisamente hacen eso: ayudan a que el paciente tenga respuesta al tratamiento y prolongan su supervivencia. Por otra parte, hablando específicamente del linfoma, no hay ningún estudio que haga referencia de esta enfermedad con los pesticidas; hay diferentes estudios que están buscando factores ambientales, pero hasta el momento no se ha encontrado ningún factor ambiental que estrictamente que se relacione, al menos con este tipo de cáncer. Desde el punto de vista del linfoma, no hay evidencia científica que apoye a que los pesticidas tengan que ver con esta enfermedad
Trayectoria profesional
La doctora Ana Florencia Ramírez Ibargüen es egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Cuenta con dos especialidades, la primera en Medicina Interna y la segunda en Hematología por el Instituto Nacional de Cancerología (INCan). Ha presentado varias publicaciones y abstracts en revistas especializadas de Hematología y, además, cuenta con un certificado de competencia en Linfoma por la Universidad de ULM de Alemania. Actualmente es profesora adjunta del curso de alta especialidad en Hematopatología por la Universidad Autónoma de México (UNAM), y es médico adscrito de la Clínica de Linfomas en el INC. 

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