Primera parte
Por Héctor Medina Varalta
La Medicina personalizada ha sido traducida del francés al español por ser ilustrativa y sugerente: ilustrativa porque da a conocer una manera promisoria de abordar las enfermedades, apoyada en fundamentos científicos actuales integrados en una perspectiva clínica; sugerente, porque los elementos que aporta para la reflexión del público y también del personal médico, derivan ya en una propuesta aplicativa y viable de atención que actualmente se lleva a cabo en varios países, como la misma obra expone. Hay actualmente en el mercado numerosas publicaciones dedicadas a temas de autosuperación, de salud y bienestar. Sin embargo, la oferta de tratamientos y técnicas curativas que de ellas emana, múltiple y profusa, no siempre repara en el origen de las enfermedades, y en particular en cómo funciona nuestro organismo en el control de sus procesos internos, en la prevención y reparación de su salud y en su respuesta, exitosa o no, ante las diversas agresiones. Cada vez con más fuerza, se hace evidente una necesidad esencial, que puede parecer obvia para muchos porque a menudo se soslaya: la del involucramiento proactivo de los seres humanos respecto a su propia salud, en el ejercicio responsable que parta de una mejor comprensión de los procesos que afectan su vida y salud.
Los medicamentos deben ser personalizados
El arquitecto Gerardo Gally, director general de Editorial PAX México, comentó que esta obra escrita por Jean-Claude Lapraz y Marie Laure de Clermont-Tonnerre, propone que el médico le hacen falta pistas para elaborar historias clínicas que permitan darle seguimiento a largo plazo al paciente; hay muchos factores como el medio ambiente, personales, entre otros, que no son tomados en el diagnóstico, es decir, no hay un estudio profundo de las diferencias entre las personas y su respuestas a los medicamentos. Esa diferencia puede determinar si el medicamento es útil o no. En el caso de la medicina alopática, un medicamento no adecuado puede ser peor que no haberle dado nada; cada vez hay medicamentos más potentes, por ejemplo, el antibiótico de espectro amplio que busca eliminar todo. Por esa razón, se destruye la flora intestinal, destruye nuestras defensas, alterando todo. Esa alteración, hace que nuestro cuerpo trabaje correctamente. Lo que propone el doctor Lapraz con La Medicina Personalizada, es que los medicamentos deben ser personalizados; la medicina no puede ser general; no se puede tratar con lo mismo a todas las personas, pues todo depende de cómo es cada individuo; hay personas que son muy sensibles a los antibióticos, que con una pequeña dosis tienen; hay otras personas que toman tantos medicamentos que se vuelven inmunes prácticamente a los medicamentos.
Recetar lo que el paciente necesita
Por lo tanto, la prisa con la que tratan los médicos por el sistema económico con el que trabajan, en ocasiones hace que la medicina no sea eficiente. Este libro enseña a los médicos y, sobre todo, enseña al paciente cómo tener cuidado con los fármacos que toma y cómo él puede ayudarle a su médico a que el diagnóstico sea más certero. No es un libro que deja todo el peso al doctor, sino que involucra al paciente para que este insista en que el expediente y la consulta sean completos y el médico pueda tomar una decisión completa. El arquitecto Gally destacó que, es muy común que a un paciente deprimido, el médico le prescriban antidepresivos, pero no le dicen que su uso disminuye el lívido sexual. Este libro enseña tanto al paciente como a los médicos cómo podemos tener una mejor consulta o una mejor relación con la medicina a través de La Medicina Personalizada y que el médico realmente recete lo que el paciente necesita, que no sea un cañonazo de antibióticos que matan todo.
La individualización del paciente en su perfil particular como ser humano
Por su parte, el traductor de esta obra y de el Tratado de Fitoterapia Clínica. Medicina y Endobiogenia el doctor Paul Hersch Martínez, expuso que la Medicina Personalizada fue escrita de manera conjunta por un médico y una paciente. Esto hace que el libro tenga interés tanto para pacientes como para médicos; es un libro de divulgación, pero que tiene bastantes elementos profundos, en términos de la propuesta de una medicina personalizada, pero no en el medicamento en sí como ahora se está planteando en la genómica, sino una Medicina Personalizada que implica la individualización del paciente en su perfil particular como ser humano, pues hay muchas vertientes. Pero desde el punto de vista médico, dentro de estas vertientes, hay una de cómo funciona el cuerpo de cada individuo en términos fisiológicos. El autor hace mucho énfasis en una cosa, que ha sido diseñada en algunas o muchas publicaciones que hablan de plantas medicinales, es decir, el libro habla de fitoterapia o el uso de plantas medicinales, pero hace mucho énfasis, en un aspecto fundamental, que es el diagnóstico, es decir, qué es lo que tiene la persona antes de que hablemos del uso de un determinado recurso terapéutico.
La Ciudad de México impulsa un programa de medicina integrativa
El libro plantea cuestiones que son muy aplicativas, hoy en México porque tiene que ver con una aspiración de todo paciente: que se le tome en cuenta como individuo, en su particularidad, no como uno más; este texto tiene ejemplos de este tipo de aproximación, que tiene mucho que ver con caracterizar la situación de cada paciente en su individualidad; es la experiencia de un médico con más de 45 años de práctica, usando plantas medicinales, pero en un enfoque muy rigoroso de diagnóstico y la experiencia de la paciente Marie-Laure de Clermont-Tonnerre, coautora del libro de cómo llevo a acudir con ese médico y cómo ha ido evolucionando. Asimismo hay ejemplos, por citar alguno, hay un capítulo de cómo esta medicina es integradora, tiene ya espacios explicativos. Lo interesante de estos dos libros-el otro es Tratado de Fitoterapia Clínica. Medicina y endobiogenia-, es que están hablando de una propuesta práctica que ya está en operación. De hecho, se habla de otros espacios donde se está practicando en la Ciudad de México donde la Secretaría de Salud de esta ciudad impulsa un programa de medicina integrativa, ahí se usan plantas medicinales en este marco en un servicio público, lo cual es interesante.
Formando foros sobre salud y atención
En el caso de las personas que acuden a los mercados a comprar hierbas para sus dolencias, es inaudito porque hay una paradoja: quienes somos facultados como médicos en este país por las universidades, desconocemos el principal recurso terapéutico de la medicina popular, que es el de las plantas medicinales, sobre todo en un país con una riqueza biocultural tan importante; por lo tanto, sí, se está tratando de llenar este hueco y la historia de cómo es que se da este servicio público. Asimismo también es interesante porque va de la mano con el proceso de democratización, que no está consumado en su totalidad, pero que parte a fines de los años 90 cuando se hace por primera vez la elección de un jefe de gobierno en la capital de la república. Quienes no conocen desde afuera a nuestro país, se extrañan mucho de que, por tantos años el gobernante de la capital del país no era electo, pues era definido por el presidente, es decir, a dedazo. Esta situación cambió desde 1997 o 1998; en el momento que se elige a un jefe de gobierno también se inaugura la figura de la asamblea legislativa de la Ciudad de México, en esa asamblea algunos de los legisladores proponen formar foros sobre salud y atención.
El problema es el acceso a la tecnología
En esos foros públicos la gente fue y planteó que quería una atención médica de calidad, recursos suficientes, pero también pidió que se diversificara la terapéutica, que se incluyera acupuntura, homeopatía y, también, por supuesto, que se incluyera el uso de plantas medicinales y de ahí viene el origen de esta experiencia que el Dr. Lapraz relata en este libro, de que se abre al público en el año 2011 una clínica que está ubicada en la colonia San Rafael en la Ciudad de México y que se ha estado aplicando de manera continua desde el año mencionado. Estamos hablando de una propuesta replicable, de una propuesta que está llamada a crecer. Por esta razón, estos libros son muy importantes porque presentan al público estas alternativas y las presenta no como una panacea; las presentan en el marco de un proceso donde es muy importante, si vamos a hablar de Medicina Personalizada, rescatar la dimensión de ciudadanos de los pacientes. Ese es otro problema que tenemos en la biomedicina: no estamos descartando que se requiera los avances científicos y tecnológicos biomédicos; ahí, en todo caso, el problema no es la tecnología, el problema es el acceso a eso. En ese sentido, la biomedicina usualmente concibe al paciente como una persona esencialmente ignorante, que necesita para sanar, ser obediente.
Epistemicidio
Estamos hablando de otra figura de paciente que sea corresponsable de su salud, que no delegue el cuidado de su salud en un profesional o en una institución, que, por supuesto es una cuestión de salud pública, el estado tiene que asumir esto. Pero también tenemos que asumir que el paciente puede ser un paciente ciudadano, no un paciente ignorante o pasivo. Esa es parte de la Medicina Personalizada en este marco. Por otra parte, hay una situación, inclusive racista y una situación de desprecio de los propios saberes de los pueblos, no se trata de idealizarlos. El problema básico, es que ha habido lo que se llama un epistemicidio, es decir, han matado los conocimientos de la gente porque se le ha considerado a la población, ignorante, en el sentido de que sus conocimientos son infantiles, son de segunda calidad, son transitorios. Esa es una parte de una herencia de un modelo de ciencia que no reconoce que hay una multiplicidad de goces y de maneras de aproximarse a la realidad. Por lo tanto, tiene que haber una apertura para tratar de comprender, estamos hablando de adecuar la metodología a la realidad y no de tratar de forzar a la realidad a nuestra metodología. Estamos hablando en esta propuesta de La Medicina Personalizada y de Fitoterapia Clínica, que hay una base referencial, que es la de los haberes de la población. No lo decimos demagógicamente, tampoco es un discurso.
La salud proviene de las condiciones de vida
Uno se encuentra con muchísimas amas de casa en este país, sea en la ciudad o en el campo, ellas ya saben de los beneficios de las plantas, tienen una experiencia que no deben desdeñarse; no se ha de idealizar, pero tampoco se puede descalificar. Entonces, sobre esa base, hay un montón de elementos que nos permiten ir a una propuesta más incluyente, más respetuosa y más inteligente y eficaz. Entonces, el valor de estos libros radican en que se basan en una metodología y no desprecian el diagnóstico, porque ese es otro problema, ya que las medicinas alternativas a menudo forman un retorno a la naturaleza, pero a menudo es un retorno a la naturaleza mercantil, es decir, no hay una visión más integrada, que se entienda que la salud no proviene de los remedios; la salud proviene de las condiciones de vida.
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