El mercado móvil mexicano destaca por contabilizar más de la mitad de los ingresos totales del sector en su conjunto y el mayor número de suscripciones entre los segmentos de telecomunicaciones. En este mismo, se registra aún un ligero ascenso en la contratación de líneas móviles, a pesar de su elevada penetración entre la población, aunado al incremento significativo (y al alza) del consumo y demanda de servicios móviles, especialmente de banda ancha móvil, que requiere un soporte suficiente, además de un robustecimiento y ampliación de las redes móviles.
En este sentido, un componente fundamental para la conformación de estas redes son las torres, infraestructura pasiva sobre la cual se instala la infraestructura activa (antenas, equipos de transmisión/recepción de señales) que permite la comunicación inalámbrica al usuario final.
De esta forma, el despliegue y eficiente distribución de torres en el territorio de cobertura por una red de telecomunicaciones móviles resultan factores determinantes para una provisión óptima de servicios por parte de un operador. En este mercado, participan múltiples empresas en la construcción, despliegue y arrendamiento de este tipo de infraestructura pasiva a los operadores de telecomunicaciones móviles. Específicamente, se tiene registro de la presencia de ocho grupos que ofrecen estos servicios: Telesites, American Tower, Centennial, Torrecom, Mexico Tower Partners, IIMT, Intelli Site Solutions y Uniti Towers; con una contabilidad agregada de más de 27,000 torres instaladas en el país.
Sin embargo, esta contabilidad debe ser justipreciada con el tamaño de la población mexicana. A partir de ello, se identifica un déficit de infraestructura pasiva para la provisión de servicios móviles que provoca límites de cobertura de los operadores oferentes. Este hecho se manifiesta en la cobertura de personas por torre. En el caso de México, cada uno de estos elementos provee servicios a 4,120 personas, número muy superior al registrado en países desarrollados e incluso entre aquellos de la región de Latinoamérica.
Esta métrica cobra relevancia ante las necesidades de despliegue de torres en los próximos años, ante la aún creciente penetración de las telecomunicaciones móviles, el crecimiento exponencial en los próximos años del tráfico de datos móviles y el incremento en la demanda por servicios de valor agregado y nuevas tecnologías de provisión de servicios.
Tan sólo en el último año, con cifras del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) al segundo trimestre de 2017, las líneas móviles totales ascendieron a 111.7 millones, 2.6% más que en el mismo periodo del año anterior, mientras que los accesos a banda ancha móvil aumentaron en una razón de 16.8% para alcanzar 76.9 millones. En lo respectivo al consumo de servicios móviles, el tráfico de minutos de voz incrementó 19%, el de SMS 40%, y el de datos más que se duplicó (105%).
Todo ello se traduce en una mayor demanda por el despliegue de torres que den soporte a los componentes de infraestructura de servicios móviles para una provisión eficiente de los servicios en términos de capacidad, velocidad, cobertura, calidad y tecnología de acceso.
Se estima que hacia 2021 este escenario se materialice en una contabilidad de más de 31,000 torres instaladas equivalente a un incremento de alrededor de 15% con respecto al registro actual.
Con todo, al tratarse de un sector intensivo en infraestructura, las telecomunicaciones (especialmente aquellas móviles) requieren de suficientes y constantes adiciones de recursos de capital, como son las torres celulares, que no sólo abonen a cubrir el déficit de infraestructura que aún caracteriza a la industria mexicana, sino que permitan alcanzar los mejores estándares de provisión de servicios para la población.
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