jueves, 22 de junio de 2017

Corrupción del sistema político corrupto y podrido de la élite política en México

Gobierno de Peña Nieto autoritario y represor

 El retorno del PRI: un aumento abismal de la pobreza y miseria por todo el país, promesas incumplidas, mentiras descaradas, robos, saqueos y despilfarro de las arcas de la nación.


La Corrupción en México ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como uno de los principales problemas políticos y económicos del país. Además las encuestas a principios del siglo XXI, señalan que el grado de corrupción existente ha afectado negativamente a la legitimidad política, transparencia de la administración y eficiencia económica en cuanto a rendición de cuentas del país hacia el interior y exterior de sí mismo.

La gran mayoría de estas prácticas corruptas han ido desarrollándose y sentando sus bases a lo largo de varios siglos de historia, fueron dejadas como herencia de la gran élite política para la consolidación de una oligarquía mediante un gobierno autoritario y represor.

En el año 2014 durante la realización delÍndice de Percepción de la Corrupción –una medida entre 0 (Muy Corrupto) y 100 (Muy Transparente) de los niveles de corrupción percibidos por el sector público en 175 países y territorios evaluados– México obtuvo una calificación de 35, y ha sido catalogado como uno de los 70 países más corruptos en el mundo, así como el país más corrupto de los 34 estados que conforman la OCDE. 


Factores que favorecen la corrupción en México

Corrupción Política en México

La Hegemonía del PRI

Partido Revolucionario Institucional

A pesar de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegó al poder por primera vez en 1928 a través de la vía democrática y pacífica por medio del sufragio y la celebración de elecciones bajo el nombre del Partido Nacional Revolucionario (PNR), esté se logró perpetrar en el poder por casi 71 años consecutivos (de 1929 a 2000) mediante el establecimiento de una red de patrocinios y acciones populistas. Con la llegada del PRI al poder el sistema político-electoral del país comenzó a funcionar como un régimen totalitario y unipartidista en el cual un solo partido concentraba el control sobre la gran mayoría de las instituciones de gobierno e impartición de justicia y en el que se volvió costumbre el que los políticos que competían por cargos públicos de todos los niveles en el país por el PRI siempre ofrecieran sobornos a sus electores y clientelismo (favores políticos) a grupos y élites de poder (en caso de que resultaran electos) a cambio de apoyo, financiamiento para sus campañas políticas y votos para su reelección. Este sistema de operar construyó en la política mexicana una plataforma y clima perfectos en los cuales la corrupción política tuvo la oportunidad de florecer y crecer fuertemente, y en el que la competencia y oposición política por fuera del partido no existía, si es que se llegaba a formar alguna candidatura independiente está era suprimida, y se volvió un requisito el pertenecer al partido para poder contender y ser votado para algún cargo de elección popular. Con el pasar de los años, y sin nada ni nadie que le estorbara, el PRI ganaba las elecciones una y otra vez, su red de corrupción, impunidad y tráfico de influencias fue creciendo y en consecuencia el partido logró aferrarse al poder a toda costa.

La jerarquización se volvió la norma hacia dentro y fuera del partido, en el que se volvió común el que los políticos, servidores públicos y/o amigos de estos designaran al sucesor que más les conviniera en el cargo por medio del "Dedazo". Fue también durante las administraciones priístas que la figura del presidente tomó mucho poder y control sobre los otros poderes del estado, esto debido a que la figura del poder ejecutivo federal logró acumular todo el poder formal e informal para ejercer la autoridad extralegal y voluntad suprema del PRI sobre los otros dos poderes del gobierno mexicano: el judicial y el legislativo. Fue así como el poder total se logró consolidar en las manos de una pequeña élite de poderosos e influyentes que siempre imponían sus intereses personales sobre la voluntad y necesidades del pueblo de México y que se comenzaron a enriquecer ilícitamente a costa de estancar el desarrollo de la nación y sumirla en la pobreza y la desigualdad. Más allá de esto, al no existir ningún órgano que auditara y/o evaluara el desempeño, gestión y trayectoria de los servidores públicos en México, las administraciones priístas se caracterizaron además por una casi nula rendición de cuentas y baja legitimidad. 70 largos años de reinado ininterrumpido del PRI en todos los niveles de poder fueron más que suficientes para que se gestara una red monstruosa y muy bien articulada de corrupción, tráfico de influencias e impunidad desmedida que al final logró apoderarse por completo del sistema y someter a las instituciones de impartición de justicia y al gobierno mexicano a la voluntad máxima e intereses personales de la élite política, los cuales, con todo el cinismo del mundo comenzaron a hacer y deshacer cuanta cosa les viniera en gana con el país, y evidentemente, sin consecuencia alguna y sin nadie que los detuviera fueron convirtiendo a la corrupción en un problema bastante complejo e institucionalizado como para ser eliminado efectivamente.

Con este nuevo tipo de corrupción institucionalizada presente desde hace más de medio siglo, la trayectoria y en particular el sistema político de México ha ido tomando unos aires muy turbios y oscuros, desgraciadamente, la sociedad civil fue aceptando inconscientemente a la corrupción como parte del sistema político-electoral que existe y que siempre ha existido en el país, lo anterior gracias a el largo tiempo que el partido se logró perpetrar en el poder y que a través de la manipulación de los medios de comunicación se encargo de ir generando lentamente una ideología de apatía, mediocridad y conformismo en la población. Estas cuestiones profundamente arraigadas a la cultura política de México han seguido generando, institucionalizando y acentuando aún más el problema de la corrupción y laimpunidad en el México contemporáneo.


Transición hacia el PAN

Partido Acción Nacional

La creciente prevalencia y la diversificación del crimen organizado esta en muchas maneras ligada con los cambios políticos queMéxico enfrentó iniciando el siglo XXI. En el año 2000 se celebraron elecciones federales en el país, y por primera vez en más de 70 años el PRI perdió las elecciones y la presidencia de la república frente al otro gran partido político de México, el Partido Acción Nacional (PAN). Al llegar al poder, el PAN tuvo que lidiar con la gran estructura de poder corrupta que el PRI había logrado instaurar en el sistema político durante los largos años que gobernó el país, y la cual le permitió en mayor o menor medida a las redes declientelismo y a las grandes organizaciones del crimen organizado operar sin mayor problema o inclusive infiltrar y apoderarse de los más altos niveles de gobierno en el país. Dicha estructura de poder se vio enfrentada con la transición política y la entrada del PAN al poder, quien en un principio trato ineficazmente de frenar la violencia y la actividad ilegal que había imperado con total impunidad en el gobierno mexicano por más de medio siglo.

El PAN inició su administración con uno de los índices de popularidad y aceptación más altos en la historia reciente de México, pues la población esperaba un cambio verdadero con la transición política y la llegada de un nuevo partido al poder, sin embargo, muy pronto su popularidad se fue mermando poco a poco, principalmente por terminar cayendo en muchas de las prácticas corruptas y fraudulentas que tanto caracterizó a las administraciones priístas. El PAN, partido que nunca antes había ocupado el poder fue inexperto en muchos aspectos durante los 12 años que gobernó al país, y las organizaciones del crimen organizado se aprovecharon de estas debilidades del nuevo gobierno para seguir operando e infiltrándose dentro del mismo. A pesar de la transición política que experimentó México en el año 2000, el sistema político corrupto y podrido que se había gestado durante décadas ya era demasiado fuerte y se había apoderado de las más altas cúpulas de poder en el gobierno mexicano como para desaparecer con el simple cambió de partido político a la cabeza del poder ejecutivo, sin mencionar que el PRI logró mantener bajo su control a la amplia mayoría en el congreso y el senado en elpoder legislativo y a prácticamente todas las gubernaturas y congresos locales del país, por lo que al final el PAN no pudo luchar en contra del monstruoso sistema oligárquico y terminó por ceder y caer, en la mayoría de los casos, en las mismas prácticas y conductas de fraude, simulación y corrupción para pasar a formar parte del sistema ya instaurado en la política mexicana.


Presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006 - 2012)

Administración de Calderón

Durante la administración panista del presidente Felipe Calderón Hinojosa, entre el 2006 y 2012 México sufrió una escalada en la violencia impresionante, producto de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, el cual se fortaleció exponencialmente, ya que durante su sexenio, muchas organizaciones criminales y cárteles de la droga afianzaron su relación con muchas instituciones de gobierno donde la corrupción aun seguía imperante, como la Policía Federal y el Ejército Mexicano, pues muchos de sus miembros ayudaron a estas organizaciones en mayor o menor medida en el tráfico de drogas y abusos contra la ciudadanía. Esta grave condición se acentuó sobre todo en la zona fronteriza con los Estados Unidos, donde la violencia fue escalando hasta llegar a niveles muy elevados. En un intento por combatir esta situación el presidente Calderón ejecutó la“Estrategia Nacional de Seguridad”, en la que se ordenó desplegar a miembros y fuerzas del ejército y la marina mexicana a lo largo de la frontera y en diversos estados clave de la república, como Michoacán, Chihuahua, Nuevo León,Tamaulipas, Guerrero y Morelos, sin embargo, en vez de reducir los índices de violencia en la zona y combatir efectivamente a el narcotráfico los problemas en la zona se acentuaron gravemente con la llegada de miembros de la Armada de México, pues la delincuencia, las ejecuciones y la violencia se vieron profundizadas. Muchos ciudadanos afirman que con la llegada de las fuerzas armadas y de la policía federal se sentían más inseguros que antes, pues se llegaron a reportar casos de miembros de la policía y el ejército que, conectados con los cartéles de las drogas y del crimen organizado iniciaron diversos abusos hacía la ciudadanía, como cateos ilegales, detenciones injustificadas, golpes, robo, violación y tortura.

La estrategia de seguridad empleada por el presidente Calderón en la zona y en general en todo el país resultó en un rotundo fracaso, pues solo sirvió para evidenciar la desintegración de las instituciones de gobierno, la corrupción imperante dentro de las fuerzas armadas y de muchos gobiernos estatales coludidos con el crimen organizado y la arraigada cultura de la deshonestidad y la ilegalidad en los sistemas de impartición de justicia de México.

Para contrarrestar la imagen ante la ciudadanía de los efectos negativos por su empleo de las fuerzas armadas, Calderón decidió cambiar su estrategia hacía una de reconstrucción de los cuerpos de seguridad. Se procedió entonces a reformar los cuerpos policíacos del país, transformando a la Policía Federal, haciendo que el departamento pasara de contar con 6 mil elementos en 2006 a 36 mil en 2012, aumentando además las actividades técnicas y operativas de dicho departamento y adoptando un proceso de reclutamiento de personal, al menos en teoría, más minucioso y selectivo, implementando exámenes de control y confianza más transparentes y estrictos. Si bien estas medidas lograron reducir un poco los niveles de corrupción que se habían gestado bajo su administración, muchos sectores del gobierno mexicano siguieron estando en garras de la misma y de la impunidad.

El retorno del PRI


Presidente Enrique Peña Nieto (2012 - )

Administración de Peña Nieto

Durante su campaña como candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto se vendió a si mismo como "El salvador de México", argumentando que él representaba una fuerte figura de recambio en el "nuevo" PRI, dando a entender que su partido había aprendido la lección y que ya había dejado atrás sus conductas corruptas, fraudulentas y autoritarias durante los doce años que estuvo exiliado de la presidencia. Según el mismo Peña, el "nuevo" PRI estaba comprometido firmemente con la creación de un gobierno honrado, legítimo y eficiente. Sin embargo, para los muchos mexicanos que no se tragaron su cuento, las palabras de peña sonaban a un discurso vacío, carente de sustento moral y lleno de mentiras descaradas, pues alegaban que el retorno del "Viejo Gran Partido de México" era un mal augurio y representaba más bien el revivir una vez más la cultura de la corrupción imperante, los fraudes desmedidos, el cinismo desvergonzado y la impunidad extendida. Más tarde, al finalizar la administración del presidente Calderón y llegar las elecciones federales de 2012, el PRI, en coalición con el Partido Verde, logran derrotar a la oposición y asegurar de nuevo su ascenso al poder por medio de un tremendo fraude electoral, ya que se le acusó de una compra masiva de sufragios, tergiversación y coacción de la intención de voto de la ciudadanía y del uso de recursos de procedencia ilícita para el financiamiento de la campaña electoral de su candidato estrella, el ex-gobernador del Estado de México y ahora presidente electo Peña Nieto. Con el fraude cometido durante las elecciones se desmoronó la mentira que Peña tanto presumió en campaña, y se evidenciaron las auténticas y oscuras intenciones del PRI: el partido, sediento de poder, no estaba dispuesto a arriesgarse a perder ni un segundo más la silla presidencial, por lo que se aseguró de hacer lo que hiciera falta para imponer a toda costa a su candidato en la cabeza del Ejecutivo Federal.

Ya en 2013 y al iniciar de lleno la administración priísta de Peña, los problemas que asolaron al país durante la administración anterior del presidente Calderón no solo continuaron, sino que se vieron acrecentados exponencialmente, la violencia de las organizaciones del crimen organizado se vio al alza, así como el tráfico de drogas y la presencia y actividad de los cárteles también se vio incrementada en la mayor parte del territorio nacional, en la mayoría de los casos solapados con el apoyo y autorización de las cúpulas de poder del mismo gobierno. El retorno del PRI al poder significó lo que muchos se temían: un aumento abismal de la pobreza y miseria por todo el país, promesas incumplidas, mentiras descaradas, robos, saqueos y despilfarro de las arcas de la nación, violencia descontrolada y una economía estancada en lo más bajo.

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