lunes, 10 de abril de 2017

Felipe Ríos Baeza, presentó Clowns


By  Héctor Medina Varalta

“El payaso es un poeta en acción.  “Es” la historia que representa.
Es la misma historia una y otra vez: adoración,  devoción, crucifixión.
Henry Miller


Guadalajara, México, abril de 2017.  Artaud salta al escenario. Jano al frente con su guitarra, canta canciones que no pudo haber escrito él solo y que sin embargo, encarna perfectamente. Blas detrás de su batería marca el ritmo, mientras escucha voces de famosas estrellas de cine para adultos hablando en su cabeza. Y en medio de los dos, Mona, tocando el bajo; Mona oscura y oculta, cerrada en sí misma, misteriosa, huyendo de casa para vivir en un cuarto de hotel, como los grandes escritores. La obra de Ríos fue publicada por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP). Tuvo su bautizo de fuego entre tantas cartas de rechazo en mi primera novela. lo importante, es que ya se publicó-resaltó el escritor.

Un trío de rock
Felipe Ríos, expone que  Clowns, nos lleva a un Chile del siglo XXI donde una atmósfera llena de guitarras eléctricas se carga además con el drama de tres jóvenes que entrarán de lleno al huracán del rock y de la fama para no volver jamás a ser los mismos. Lo que a él le interesaba lograr mucho con la novela era explorar las interacciones entre los distintos personajes, es decir, cómo los grupos humanos se van incorporando y hasta que medida van tensionando su relación.  Además de ser un trío de rock,  que termina siendo un trío amoroso. Ese es el entremés de lo que trata. Esta es la primera obra de ficción de Ríos Baeza, que se publica por parte del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla. Anteriormente, Ríos había hecho publicaciones de crítica literaria y de ensayo literario, más orientado al público universitario estudiantil, lo que no significa que eso haya sido lo primero que realizó en términos de producción.

Una novela para todo tipo de público
No obstante, la escritura de ficción ocurrió primero, antes que la escritura de ensayo o de crítica, pero obviamente las proyecciones de la escritura con las proyecciones editoriales son dos caminos distintos. Lo primero que Ríos escribió fue ficción. De hecho, estuvo escribiendo constantemente cuento y novela de  ficción durante 20 años. En cambio, ensayo literario ha publicado durante los últimos diez años.
En un principio creí que el libro sólo iba a tener afinidad a un público joven, ya que los protagonistas son veinteañeros, pero primero un círculo muy cercano de amigos que tienen mi edad, tengo 35 años, estos-entre 35 y 40 años- se lograron identificar un poco con estos sueños interrumpidos o truncos de juventud. Esta novela se le ocurrió escribirla, porque en un momento dado, a los 20 años de edad trató de formar una banda de rock, sin embargo, no prosperó, pues tuvo 5 minutos de fama en Santiago de Chile. La novela la comencé a escribir en 2011, cuando vio a un grupo de estudiantes con la misma fuerza, la misma energía y las mismas ganas que tuve en un momento de formar la banda. Creo que esta novela, para mi gran sorpresa y mi admiración ha llegado a esos dos públicos: los estudiantes que están saliendo de la preparatoria y entrando a la universidad. Es una novela que llega a todo tipo de público.

El payaso es el único personaje que se sale del libreto
El escritor mencionó, que justo cuando estaban escogiendo la portada, surgió la noticia de los asesinatos de payasos, ya que tanto en México como en Estados Unidos, mucha gente se disfrazaba de payasos y salía a la calle a asustar a los transeúntes y había personas que no les agradaba y mataba a los payasos. Fue muy graciosa esa parte, pues algunos amigos de Ríos le dijeron que era casi una estrategia publicitaria para su novela, pero el libro sólo da esa impresión. Tiene que ver, en cierto nivel, con personajes que adoptan ese arquetipo del payaso que por dentro está haciendo un mar de tormenta, pero finalmente tiene que salir a hacer reír a su público. Es la máxima de todo artista de escenario; hay otro personaje que sí toman ese atuendo, pero no son payasos circenses; en específico es una chica que se viste de payaso y hace malabares en los semáforos y pide dinero. En la escena final del libro hay una escena con la nariz del payaso que es muy significativa. A varios niveles está infiltrado el payaso, pero él no es el protagonista, sino los tres jóvenes que forman una banda.
En el espectáculo circense hay un payaso triste y un payaso que hace reír, pero hay ciertas figuras que combinan ambas características, la idea de un personaje muy anómalo, pues es el único que se puede salir del libreto, es quien se acerca al público a hacer tonterías; el trapecista está donde tiene que estar, el domador tiene que estar en su lugar, pero aunque el payaso tenga la expresión de tristeza tiene que salir a hacer reír. Por lo tanto, la postura de una banda de rock o de un cantante extenuado por las giras, la prensa, por toda la actividad que conlleva al hecho de no estar creando música, sino exhibiéndose.

Clowns en zancos
La novela está ambientada a principios del siglo XX, cuando yo era un chico veinteañero; en un momento en el que hubo una crisis político social en Chile. Luego llega la quiebra democrática en Chile. Allende en su campaña se comprometió con la cultura, las artes y el fomento al cine. Incluso, una de sus promesas de campaña fue eliminar la censura cinematográfica. Pero resulta que cuando empieza a ejercer su mandato, los de mi generación nos dimos cuenta que el fomento a las artes y el fomento a la cultura, en los parques sacaban clowns en zancos. Entonces uno pensaba cómo defraudan todos en el plano de la cultura. Por lo tanto, los tres protagonistas de mi novela que son muy oscuros, que tienen conflictos internos, me parecía que ponerlos en ese contexto los agudizaba todavía más la personalidad. Sin embargo, está esa idea del clown como lo que entiende el estado que tiene que ser el fomento a la cultura, es decir, es el tipo, que al final hace un espectáculo circense, no enraíza, no logra cimentar, un real acercamiento a la lectura, un real acercamiento al teatro, un personaje que hace crítica a principios del siglo XXI. El embrión de esta novela fue haber visto a estos alumnos como el día de la universidad o en el día de la facultad. Es una idea que tiene la universidad pública, prima hermana del estado, que tiene una idea de cómo exhibir algo que para ellos es cultura, pues más que cultura es espectáculo o exhibición.

Un suelo hecho realidad
El empujón a las letras se la dio un taller literario en la Ciudad de Puebla en la que vivió casi nueve años y desde hace un año está viviendo en Querétaro. Por lo tanto, conocía a la gente que estaba involucrada que están en este circuito de la cultura; en Puebla había un taller muy bueno de la escritora Isabel González y su método era muy riguroso en términos, más que de corrección y de crítica, era en términos de entrega. Cada semana uno tenía que llevar un capítulo, eso fue lo que le motivó a escribir. Luego ya fue en dos procesos que surgen después de haber terminado la novela: la corrección y la autoedición, además, la parte de la publicación que no es nada sencillo llegar con una obra primeriza y tocar puertas.
En realidad, Felipe Ríos no estudié literatura, sino periodismo, pero luego realicé un posgrado de literatura, más en análisis literario y siento un  poco que eso, a lo mejor los diez años que estuve estudiando y trabajando en este cargo burocrático, me desviaron de lo que yo realmente deseaba: quería escribir ficción.

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