En la actualidad, la mujer puede disfrutar de su vida sexual sin la preocupación de un embarazo no planeado. Las opciones que existen para la planificación familiar son muy variadas y uno de los métodos más usado es la píldora anticonceptiva. Alrededor del mundo, más de 100 millones de mujeres la usan.
En torno a los métodos anticonceptivos existen muchas historias sobre los efectos, consecuencias o reacciones que las mujeres pueden tener al utilizarlos. Estos mitos o dudas pueden influir en la decisión de cada mujer a la hora de elegir un método anticonceptivo. Para evitar tomar una mala decisión, la información es fundamental, se deben tomar en cuenta múltiples factores desde situaciones físicas hasta el estilo de vida, pero sobre todo, es importante acudir con un especialista para recibir orientación profesional y elegir el método que más se adecue a las necesidades personales de cada quien.
En este artículo resumimos los mitos más comunes relacionados con los métodos anticonceptivos, con el objetivo de derribar las barreras más frecuentes que evitan que las mujeres se acerquen a la protección anticonceptiva. Acercar a las usuarias información precisa, clara y sustentada contribuirá a que tomen el control de su reproducción sin preocupaciones.
MITO 1: ¿Es cierto que el uso de la píldora se debe iniciar hasta pasado el primer año de menstruación y se debe extender hasta máximo los 35 años?
Falso, la píldora se puede comenzar a tomar desde que la mujer desee prevenir un embarazo o cuando su médico la sugiera como tratamiento para algún padecimiento.
MITO 2: ¿Es necesario hacer descansos en la toma de la píldora?
Ya no es necesario, esto era recomendable con las primeras píldoras que se formularon, las que usaron nuestras abuelas, ya que las dosis de hormonas eran muy altas. Actualmente las píldoras contienen una dosis mínima y ya existe la píldora que combina un progestágeno altamente selectivo y estructuralmente similar a la progesterona y un estrógeno que es biológicamente idéntico al estrógeno endógeno que produce la mujer, es decir, una píldora con hormonas muy similares a las que produce el organismo femenino.
MITO 3: ¿La píldora provoca cambios en el ciclo menstrual?
Cierto, algunos de estos cambios son percibidos como positivos por las usuarias, como tener ciclos regulares, más cortos y ligeros.
MITO 4: ¿La píldora provoca aumento de peso y acné?
Con la nueva generación de píldoras anticonceptivas que contienen una menor dosis de ingredientes activos para prevenir la concepción esto ya no sucede. La píldora con hormonas bilógicamente idénticas a las que produce la mujer ha demostrado tener un efecto neutro en peso y acné.
MITO 5: ¿La píldora puede provocar infertilidad?
No es posible, el efecto de la píldora en el sistema reproductivo de la mujer no es acumulativo, es decir, al dejar de tomar la píldora se reactiva la posibilidad de quedar embarazada en el siguiente ciclo.
MITO 6: La píldora disminuye la líbido
Algunas mujeres comentan que disminuye el apetito sexual pero esto puede ser debido a desbalances hormonales, sin embargo es muy raro que suceda. También depende de los compuestos incluidos en la pildora, por lo que la nueva pildora que contiene hormonas biologicamente identicas no presenta manifestaciones de este tipo.
MITO 7: La píldora provoca cáncer
No es verdad, los anticonceptivos no provocan cáncer por sí mismos, pero sí están contraindicados en algunos tipos de cáncer, en especial aquellos que están relacionados a hormonas, como el cáncer de mama. Por otro lado, la píldora puede contribuir a prevenir ciertos tipos de cáncer como el de endometrio y reduce la incidencia de quistes en los ovarios y de enfermedades benignas del seno, entre otras.
Para la mujer actual es necesario poder contar con un anticonceptivo confiable, ya que le da la oportunidad de planear el tiempo y número de embarazos que desea tener a lo largo de su vida permitiéndole alcanzar su desarrollo personal y profesional.
Para elegir el método adecuado no hay que olvidar que cada organismo es diferente y puede reaccionar de manera particular a un método específico. Ante cualquier duda es importante acudir al ginecólogo y recibir la orientación adecuada. La decisión sobre el anticonceptivo elegido debe estar sustentada en las características personales y necesidades de cada mujer, bajo la supervisión constante de un médico especialista.
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