By Héctor Medina
Guadalajara, México, septiembre de 2016. Después de que los maestros han sido cesados por no querer realizar el examen de la supuesta reforma educativa, están haciendo plantones-en Guadalajara, llevan más de tres meses en la Plaza de la Liberación- pacíficos en diferentes puntos de la república mexicana, manifestando así su inconformidad y desacuerdo con las también supuestas órdenes de Enrique Peña Nieto, el presidente más nefasto que ha tenido México, después de Antonio López de Santa Anna.
Guadalajara, México, septiembre de 2016. Después de que los maestros han sido cesados por no querer realizar el examen de la supuesta reforma educativa, están haciendo plantones-en Guadalajara, llevan más de tres meses en la Plaza de la Liberación- pacíficos en diferentes puntos de la república mexicana, manifestando así su inconformidad y desacuerdo con las también supuestas órdenes de Enrique Peña Nieto, el presidente más nefasto que ha tenido México, después de Antonio López de Santa Anna.
Citando a John M. Ackerman en su obra “El Mito de la Transición Democrática. Nuevas coordenadas para la transformación del régimen mexicano”: Quienes quieren las escuelas vacías y los maestros en la calle no son los valientes profesores que protestan, sino los líderes empresariales, mediáticos y políticos que defienden la contrarreforma educativa de Enrique Peña Nieto. Las reformas al artículo 3 constitucional así como la nueva Ley General del servicio Profesional Docente (LGSPD) tienen el propósito de dejar literalmente en la calle, bajo la excusa de salir “reprobados” en evaluaciones sesgadas y hechas a modo, a una multitud de destacados maestros formados en la docencia, entregados a sus alumnos y comprometidos con el desarrollo nacional. Estaríamos así ante un enorme desperdicio de capital humano que dañaría gravemente al país. Pero lo más preocupante es que después de esta purga magisterial las aulas pueden quedar vacías. Pocos jóvenes querrán aceptar los bajos salarios y las precarias y anticonstitucionales condiciones laborales incluidas en la LGSPD, sobre todo con la intensidad de la dedicación profesional emocional y física, y las largas jornadas laborales que se requieren para ser un buen maestro.
La farsa de EPN
La maestra María del Refugio Gutiérrez Tostado es uno de los miles de docentes que han sido afectados por la supuesta reforma educativa. Lo que Enrique Peña Nieto asegura que es una reforma educativa, en realidad no lo es. Lo que se pretende es despedir a los maestros, porque el argumento de que el examen es para beneficiarlos es una falsedad, porque el examen ya lo hicimos y no se ha visto que les hayan dado capacitación a ninguno de los maestros. Inclusive, Peña Pintado asegura que sus compañeros no saben en qué salieron mal. Si realmente fuera la intención de mejorar, primero hubieran capacitado a los maestros y luego hubieran hecho la evaluación. El problema es que la evaluación la hacen con el fin de que los maestros reprueben el examen y que los despidan injustificadamente. Muchos compañeros se dieron cuenta de este problema y se negaron a hacer el examen; al negarse a hacer el examen, los cesaron. Si al gobierno le importara realmente la educación, ¿por qué cesaron a los compañeros? Lo que sucede es que el gobierno está buscando la manera de poder eliminarlos porque les estorbamos. Realmente lo que quiere es reducir la planta docente. Ya lo anunció Nuño: ‘cualquier licenciado en cualquier área va a poder hacer examen para ser maestro. No es posible que un licenciado en turismo va a poder estar enseñando a niños de edad preescolar, de primaria y secundaria. Ese es el plan que tiene Peña Nieto: deshacerse de los maestros.
Grupos numerosos=educación sin calidad
La docente también expuso que el gobierno ya no quiere jubilar a los maestros, por ejemplo, a los compañeros que tienen diez años y les hicieron el examen y no salieron idóneos, estarán trabajando cuatro años sin saber si se van a quedar o se van. La pregunta que le hago a EPN, es ¿todo el tiempo que trabajaron dónde va a quedar? Por eso los compañeros se negaron a hacer el examen, porque a la hora de presentarlo se está perdiendo la plaza base, por lo tanto empieza un contrato por cuatro años, al término de este se hace otro de cuatro años, así cuándo se va a generar antigüedad, y la antigüedad que ya tenían ahí se va a quedar. Es decir, si un maestro tenía diez años de antigüedad y le hicieron el examen ahí quedaron, pues tienen un contrato por diez años y al terminar firmarán otro contrato por cuatro años. Es un plan de doble filo: afectan al maestro y afectan a la educación. En la actualidad hay escuelas sin maestros, en Jalisco y en todos lados. Los grupos de los maestros cesados están sin cubrir. Los de la calidad de educación nos digan por qué. También en muchas escuelas faltan maestros y aunque las aulas están sin ellos no los cubren, y el gobierno lo sabe. Lo que hacen es repartir los grupos, o entre los demás maestros, un ratito uno y otro ratito el otro. Eso no es ninguna calidad educativa. Además, si el gobierno realmente quisiera calidad, harían los grupos de 20 alumnos o a sumo 25. Pero los grupos son de 39, 43, 45, eso no es calidad.
Los maestros no tienen la culpa
“Hay escuelas unidocentes y bidocentes, es decir, en algunas escuelas donde dos maestros imparten clases: uno da primero, segundo y tercero y el otro cuarto, quinto y sexto; y hay escuelas donde un solo maestro atiende los seis grados, más aparte el papeleo de la dirección. Por lo tanto, si el gobierno habla de calidad, tienen que quitar eso, es decir, vigilar que en todas las escuelas haya suficientes maestros para los alumnos. Si al gobierno le importara realmente la educación, eso haría. Cuando empezó todo este relajo de la supuesta reforma educativa, se empezó a hacer examen a los muchachos de tercer grado, luego de segundo y después primer grado. Además, se les hizo examen a todos los de sexto grado y a los de secundaria. Vuelvo a insistir, si al gobierno le importara realmente la educación, tomarían los resultados de los muchachos y ellos podrían elegir si un alumno de secundaria se regresa a primaria o viceversa. Los resultados que se obtenían era que el alumno no era apto para seguir aprendiendo los conocimientos nuevos, pero el gobierno no hizo nada. Ellos dijeron que los maestros tenían que corregir el problema. Se está hablando de calidad y quieren que uno corrija. Por decir algo, yo recibí a un alumno de secundaria que tenía muchas deficiencias por todas las situaciones; no les echo la culpa a los maestros anteriores sino que el mismo medio ha absorbido a los muchachos y no les interesa estar en la escuela. Pero cómo yo, en primer año de secundaria le voy a dar los seis años anteriores. Así empezaron, trataron de mentalizarnos de que los maestros teníamos la culpa de lo que estaba pasando cuando sabemos que no es así.”
Al gobierno nunca le ha importado que los alumnos aprendan
Desde los grupos numerosos, por ejemplo, en primer año en que se les enseña a leer y a escribir, si son grupos de 40 alumnos; eso no es calidad educativa. Realmente al gobierno no le importa la educación del pueblo, siempre ha visto sus números y sus papeles. Lo hacen llenar a uno infinidad de documentos, pero que no son útiles para que los alumnos sobresalgan. Según mi punto de vista, al gobierno lo que le importa es que los alumnos cada vez estén menos preparados, pues de acuerdo a como han estado modificando los programas de estudio, hace 15 años lo que abarcaba el programa era el doble de lo que abarca hoy, pues a los estudiantes les damos una embarradita de una cosa y de otra. Eso no es calidad educativa. Nosotros los maestros no hacemos el programa educativo, los hace el gobierno. En los programas que nos da, eliminan los contenidos que se daban hace 15 años. Exigen a uno que de lo que está en el programa. Por supuesto, habemos maestros que nos brincamos un poco el programa y les enseñamos cosas que son útiles para ellos, pero no así. Entonces, han sacado todos esos contenidos, no es porque nosotros no los queremos dar; el gobierno los ha sacado, porque el único que hace el programa es el gobierno o la Secretaría de Educación Pública (SEP). Nunca les ha importado que los alumnos aprendan. Les dan más distractores para que la niñez y juventud no se interese por prepararse. Por otra parte, a los maestros se les está atacando por todos lados culpándolos de todo lo que ocurre. Eso no es cierto, porque si al gobierno les interesara que subiera el nivel, educativo sería otro el panorama. El problema no está en la escuela, el problema empieza en las casas donde hay muchachos que no les ajusta el dinero, ya que tanto el padre como la madre trabajan. Por lo tanto, los muchachos hacen lo que quieren, pues ¿a qué hora los padres cuidan a los hijos?
Peña Nieto está negando la educación
De hecho, los maestros mandan llamar a los padres y estos no acuden, ya que se encuentran trabajando. Uno los comprende, ya que si no van a trabajar les descuentan el día, y se encuentran entre la espada y la pared. El problema no se genera en la escuela, el problema está desde antes de la escuela. Sólo que el gobierno quiere señalarlos como los causantes del problema. Eso no es verdad. Al gobierno no le interesa la educación de los niños, sólo les interesa quedar bien con quienes están exigiéndoles que entre la “reforma educativa” que únicamente tiende a privatizar la educación. Por otra parte, en el estado de Jalisco hay 72 maestros de educación básica y en el Colegio de Bachilleres son 105 que fueron cesados por no hacer el examen. No lo quisieron hacer no porque se nieguen a ser evaluados, pues los alumnos y los padres de familia los están evaluando día con día. El problema es que a la hora de presentarse el examen, automáticamente pierden su plaza base. Por esa razón EPN dice que no tolerará a los maestros que no quieran hacer el examen para crear el miedo en los maestros, ya que muchos maestros hicieron el examen por temor de perder el trabajo. Lo que no se dan cuenta es que aunque hagan el examen van a perder el trabajo porque ese es el proyecto del gobierno: dejar a los maestros sin empleo. Nada más está buscando la manera de sea avalado por la sociedad: “Los despido porque no están preparados”, “los estoy corriendo porque no dan clases”. En pocas palabras EPN está negando la educación a los niños y a la juventud. La educación costó la vida de muchas personas. El pueblo le exigió al gobierno que nos diera educación, y ahora, hábilmente encontraron la manera de lavarse las manos y decir: “Si quieren educación, páguenla”. No se alcanza todavía a ver el trasfondo de la privatización educativa.
EPN va a privatizar la educación
Eso de las escuelas al 100 o al centro es la pura privatización, ya que va a ser una deuda que van a adquirir los padres de familia, y los empresarios van a ser dueños de ella. Los padres de familia van a pagar en cuotas y se les va a exigir que la paguen. Cómo es posible que de la noche a la mañana, si tuenes estudias, sino, no. Esto no lo alcanzan a ver muchos o no lo quieren ver porque parece imposible, si en tantos años hemos tenido educación, cómo es posible que retrocedamos cien años. El gobierno está proyectando hacer una deuda para que las paguen los padres y ellos para pagarla.
John M. Ackerman, escribe: Otro grave problema es el enfoque punitivo de la LGSPD. En lugar de apoyar a los maestros a sobresalir en condiciones difíciles, sobre todo en las zonas más abandonadas del país como Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán, la ley busca castigarlos por las fallas generalizadas del sistema de educación pública. La columna vertebral de la ley es el despido automático después de tres exámenes fallidos (el clásico theree strikers and you’re out), o de manera inmediata si el maestro se rebela en contra del sistema de evaluación en su conjunto. Pero para realmente mejorar la calidad educativa, el proceso de evaluación tendría que concebir al maestro como una parte de un sistema integral que incluya a las escuelas y a las autoridades educativas correspondientes. Cuando un maestro reprueba un examen, reprueba el sistema educativo en su conjunto. La respuesta tendría que ser atender las raíces estructurales del problema en lugar de buscar chivos expiatorios y castigos ejemplares. Y si se trata de facilitar despidos, muchas veces se logra más con la separación de su cargo del secretario de Educación correspondiente que con el despido de los miles de maestros a quienes los funcionarios han fallado al no prepararlos correctamente.
En México, los maestros no ganan salarios dignos
Finalmente, la nueva LGSPD también viola flagrantemente el artículo 123 constitucional al permitir al gobierno despedir a los maestros, en una variedad de situaciones, supuestamente sin responsabilidad legal alguna por la autoridad. Con estas disposiciones se busca limitar al máximo la intervención tanto de las Juntas de Conciliación y Arbitraje como del poder Judicial. Se busca cancelar los derechos laborales y sindicales de los maestros al reducir sus contratos a meros acuerdos administrativos.
Citando una vez más a John M. Ackerman: Los maestros deberían estar en las aulas no en la calle. En lugar de buscar pretextos para despedir a los profesores que generosamente han consagrado sus vidas a la enseñanza de nuestros hijos, habría que aumentar sus salarios, mejorar sus condiciones laborales, renovar la infraestructura escolar y desmontar el autoritarismo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Afortunadamente, un nuevo movimiento social en favor de la humanidad y contra el neoliberalismo crece en el sur del país entre los maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), y de la CNTE en Oaxaca y Chiapas. La mejor muestra de que la lucha de los maestros independientes no está motivada por intereses particulares, sino por grandes ideales, es la naturaleza de sus demandas. En México, los maestros de educación básica no ganan salarios dignos, equivalentes a la enorme importancia de su labor social. Sus siete u ocho mil pesos mensuales no alcanzan para mantener a sus familias e invertir el tiempo necesario para impartir clases como desearían, y no en salones con graves problemas de mantenimiento y con grupos sobrepoblados que muchas veces rebasaban los 30 niños. Pero en lugar de exigir el sueldo que merecen, los maestros han decidido poner sus necesidades personales a un lado y luchar por mejorar la calidad de la educación pública.
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