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FRANZ KAFKA ILUSTRACIONES DE LUIS SCAFATI El castillo La centralidad de Franz Kafka en el canon literario del siglo xx y la alargadÃsima sombra que proyecta en la posteridad tienen muchas explicaciones. Quizá él mejor que nadie supo diagnosticar los traumas de la época que le tocó vivir y se atrevió a lanzar una mirada a los horrores por venir. Sus visiones alienadas, paranoicas y pesadillescas, sus infernales laberintos burocráticos (y su sinsentido racional) daban forma a una nueva clase de soledad y de indefensión, inequÃvocamente modernas. El desamparo metafÃsico, la anulación del individuo bajo el peso del Estado, paralizado en una maraña de leyes y designios opacos, incomprensibles, en las redes de un poder anónimo, difuso y siempre omnipresente, irrebasable… todo ello expresaba a la perfección no sólo el sombrÃo advenimiento de las sociedades totalitarias, sino el carácter esencial de nuestro tiempo. En este sentido, El castillo no puede dejar de ser una novela completamente kafkiana, absorbente y desconcertante: un mal sueño sublime. El castillo relata la historia del agrimensor K, que acude a la llamada de un pueblo adscrito a un castillo para que realice trabajos profesionales. Para ello, abandona su patria, su trabajo y su familia. Pero cuando llega allà le hacen saber que no hace ninguna falta, se siente marginado por la comunidad desde el primer momento y comienza una lucha a ciegas para conseguir una entrevista con la administración, pero encontrará que se le cierran todas las puertas. Las hermosas y sofocantes ilustraciones de Luis Scafati ahondan en la atmósfera sórdida y onÃrica de la obra y le sientan como un guante al universo asfixiante y turbador de Kafka. | | | | | | |
| | | | | | | | | | | |  | | Colección: PoesÃa Traducción: Esperanza Ortega Formato: 13 x 20 cm.
Género: PoesÃa Páginas: 72 ISBN: 978-84-15601-87-6 Precio: 165.00 pesos
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| | AMELIA ROSSELLI La libélula Amelia Rosselli es una de las poetas más importantes del siglo xx. La crÃtica la compara con Paul Celan, Wislawa Szymborska, Joseph Brodsky, John Ashbery o Sylvia Plath. Sin embargo, debido a su acentuada singularidad, durante mucho tiempo fue ignorada por todos. Rosselli nace en ParÃs, pero crece en diferentes paÃses y en diferentes lenguas: inglés, francés e italiano. Su obra estará marcada por esa errancia. Escribirá siempre desde la condición de «extranjera», en un balbuceo, en una lengua plagada de errores voluntarios y de neologismos, sumida en la alegrÃa suprema de quien ignora toda regla. La libélula es un poema fundamental, pues es la llave de entrada a toda la obra de Rosselli. AquÃ, por primera vez, aparece una obsesión que la perseguirá hasta su muerte: la creación de un «delirante fluido de pensamiento occidental». La libélula es la búsqueda de un nuevo modelo métrico, de una música nunca antes escuchada en la lengua italiana, la invención de otra respiración, de otro ritmo. Es el poema de la revuelta, del lirismo extremo, de la liberación y de la libertad absoluta. Avanza en un movimiento rotatorio semejante al movimiento de las alas de una libélula, sobrevolándolo todo, liberándolo todo: la gramática, la tradición literaria, las imágenes, los pronombres, el ritmo, pero también el alma y el cuerpo de los lectores, en una espiral delirante de belleza, en una ebriedad mÃstica, como el encuentro cara a cara con un dios en un tiempo de nihilismo. Rosselli dijo «rimar para otro siglo», uno mucho más atento a la nueva lengua, a la nueva música que habÃa creado. Ese siglo, sin duda, es el nuestro. | | | | |
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