Hombres de letras
Por Héctor Medina Varalta
El origen de las problemáticas sexuales es nuestra incapacidad para contactar íntima y profundamente con el otro. Más allá de las técnicas, los síntomas, y de lo que sucede en la cama. Francisco Fernández nos invita a trabajar con nuestra capacidad de vincularnos con los demás. Desde la psicoterapia sexual, esta obra proponer intervenciones terapéuticas humanistas y relacionales para tratar las disfunciones sexuales y el abuso sexual; al mismo tiempo nos incita a repensar conceptos como sexualidad, ética erótica, cuerpo, diversidad y género. La prologuista, Myriam Muñoz Polit, escribe: “Este libro, además del magnífico contenido, tiene la virtud de ser ameno y de fácil lectura. Es verdaderamente un placer consultarlo, como agua ligera que se toma a sorbos, produciendo deleite y saciedad.”
La terapia Gestalt nace en 1952
Referente a Lo que pasa entre nosotros; Terapia sexual con Gestalt, el autor considera que hay intentos (de terapia sexual con Gestalt, pero son pequeñitos; en algunos libros de terapia Gestalt hay algunas cosas sobre sexualidad, pero es muy poco, por lo menos en español. Hay artículos, pero no libros, de ahí le nació el interés. Romero es sexólogo y terapeuta Gestalt, son dos ramas con las que ha trabajado, además, considera que su trabajo en estos años ha sido justo de intentar las dos miradas. Por otra parte, la terapia Gestalt se ha movido mucho de la terapia Gestalt original. Este tipo de terapia nace en 1952 y lo que ha cambiado ha dejado de ser una terapia de técnicas para volverse una terapia relacional, muchos terapeutas Gestalt en la actualidad usan pocas técnicas como la silla vacía u otras parecidas y trabajan más con la relación.
La terapia Gestalt pone mucha atención a las relaciones
Trabajar con parejas es, en muchos sentidos, ideal porque hay un entre evidentísimo, es decir, lo que está ocurriendo en una persona y la otra, entre un miembro de la pareja y el otro. La terapia Gestalt elige mirar ahí, se ha ido alejando de las técnicas individuales para tener modos distintos. La terapia Gestalt de los ejercicios, de gritar de golpear a la silla vacía, de expresar y sacar las emociones, es una terapia Gestalt que se ha dejado de usar hace mucho tiempo. En la actualidad, la terapia Gestalt pone mucha atención a las relaciones; muy posiblemente el tema del duelo, el terapeuta Gestalt, por lo menos Francisco Fernández y los colegas que conoce nunca trabajaría con la silla vacía. Muy posiblemente, Fernández pondría mucha atención a la experiencia que ocurre entre paciente y terapeuta al exponerle su duelo. ¿Qué sucede cuando deja de estar algo dentro de uno en silencio y lo compartes con el terapeuta?, ¿qué te sucede con la reacción que tiene el terapeuta cuando nos escucha?
No se respetan los derechos humanos en el Hospital San Juan de Dios en Zapopan
¿Qué pasa cuando un duelo que es de uno al exponerlo junto al terapeuta?, al menos por unos momentos es de los terapeutas. Es una mirada distinta, pero es la mirada que se usa mucho hoy. En la terapia Gestalt hay una incisión o separación que ocurrió muchos años atrás, en las que hubo dos escuelas y luego se separaron: la Escuela de California y la Escuela de New York. La Escuela de California se parece más a la terapia de la silla vacía: muchos gritos, mucha ira hacia afuera; la terapia de New York era mucho más sutil, mucho más suave; es la que hoy está ocupando mucho más espacio. Al preguntar a nuestro entrevistado acerca de los hospitales psiquiátricos que están tan deshumanizados, como el Hospital San Juan de Dios en Zapopan, en el que atiborran con fármacos en la noche a los pacientes y son despertados bruscamente para el desayuno y al terminar les ofrecen otro coctel de medicamentos, sin permitirles entra a dormir a sus habitaciones y caminan como zombis en el amplio jardín, además, los pacientes están revueltos con otros con enfermedades mentales tan graves como la esquizofrenia, la bipolaridad, entre otras, Fernández Romero, considera que las terapias son un reflejo de lo que pasa en el mundo y vivimos en un mundo así, en el que asumimos en que la respuesta de todo lo tendrá la tecnología, incluyendo la tecnología farmacológica.
Un reflejo de la cultura en la que vivimos
Un poco las prisas y la errónea decisión de tomarse una pastilla, creyendo que va a ser la solución de todo, y que todo funcione rápido y que no tenga echarme un clavado para mírame a mí mismo. Es un reflejo de lo que está pasando en el mundo. En este sentido creo que hay modelos terapéuticos humanistas, entre ellos, la terapia Gestalt, que un poco levanta la mano para intentar que las cosas no sean así, es decir, qué opciones hay para estar mejor que no implican llenarnos de drogas, qué tanto la relación cura. Una idea en la terapia Gestalt es que los que los cura, es decir, la relación; el vínculo con otros, un vínculo auténtico con otro. Y eso, de algún modo se opone a la medicalización absoluta. Estamos peleados, en algunas circunstancias, que haga falta el medicamento, pero se ha vuelto la única respuesta inmediata para todo. Es un reflejo de la cultura en la que vivimos.
Abuso sexual
Los problemas sexuales con las que con más frecuencia acuden a terapia y con las que Fernández trabaja mucho más en términos sexuales, un tema increíblemente recurrente, por desgracia es el de las personas que llegan con secuelas de abuso sexual; es impresionante la cantidad de personas que vive abuso sexual de muchas formas. Una gran cantidad de pacientes llega a terapia directamente para hablar de su abuso sexual o por ciertas dificultades sexuales que tienen su origen en el abuso. Otro tema básico, son las disfunciones sexuales: problemas con el orgasmo, con la eyaculación, con la erección, con el deseo, sigue siendo un tema muy recurrente y últimamente, Fernández tiene pacientes que llegan con el tema de la identidad de género; cada vez hay mayor apertura a personas que se asumen como ni hombres ni mujeres y eso les genera una dificultad importante para estar en el mundo. Por consiguiente, van a terapia a trabajar esos temas.
Personas asexuales
Hay todo un movimiento de pensar en la asexualidad (no les interesa tener relaciones sexuales) como una de las posibilidades dentro de la diversidad sexual. Lo que habría que tener cuidado es que esa asexualidad, justamente no es a consecuencia de una herida, porque fue una opción dentro de la diversidad, no es un síntoma. Hay mucha discusión al respecto. Yo creo que hay personas a las que la sexualidad les importa muy poco, por lo menos la sexualidad erótica coital; ahí no creo que haya seres humanos sin sexualidad, si asumo que la sexualidad es el impulso por encontrarnos con otros. No creo que haya seres humanos sin sexualidad, todos necesitamos encontrarnos con otros y esa parte de la sexualidad me parece que es innata en los seres humanos. Creo que los que se llaman asexuales hablan más bien del tema con el coito, con las relaciones eróticas en concreto y, creo que las hay, posiblemente siempre las ha habido. Lo que creo es que hay que revisar con mucho cuidado, si es una opción de vida, un posible resultado de una herida. En ese sentido, cada historia sexual es única, considero que se resuelve o no en terapia.
Tabú en los problemas sexuales
Fernández Romero sugiere que las personas que tengan problemas sexuales: uno, es que tenemos una enorme cantidad de información, quizá el riesgo es que hay tanta información en tantos lugares y estamos bombardeados por ella. A veces es difícil elegir entre tanta información, que es lo que realmente vale la pena. Me parece que acercarse a una editorial como PAX u otras editoriales con la misma seriedad, ayuda a lo que lees o que la información que llega esté actualizada y profesional por un lado; y por otro, está la posibilidad de acudir a la terapia sexual. Creo que con mucha facilidad acudimos a un médico cuando son temas físicos, y no pasa eso con los temas sexuales, es como si hubiera un tabú o en un gran problema de asumir mi sexualidad que no es lo que quiero. Invito a los lectores de este medio, a informarse en medios útiles y también acercarse a la terapia cuando haga falta.
Poliamor
Por último, yo creo que cada día están apareciendo distintas a la de la pareja monogámica tradicional y no me parece casual; creo que en muchos sentidos, la pareja monogámica está en crisis: están las parejas swinger, las parejas abiertas, el poliamor, se están creando posibilidades nuevas. Lo que creo es que hay que tener mucho cuidado en cómo se toma una decisión así. Conozco parejas swinger en que la experiencia les ha servido como pareja, que les ha sido útil, pero también diría que son una minoría. Creo que mucha gente que yo veo, que está en el ambiente swinger a veces lo hacen más porque uno de los dos quiere; uno va obligado, no hablaron lo suficiente de las posibles consecuencias o fueron buscando una respuesta medio mágica a un problema mucho más profundo. No estoy peleado con la opción mientras surja de una comunicación abierta y tengan en cuenta los riesgos que hay.