by Ernesto Piedras
En la nueva administración presidencial de Trump, las expectativas para el sector tecnológico se dividen entre un enfoque desregulatorio que buscarÃa potenciar la competitividad global y los riesgos de un entorno que podrÃa minar la equidad en la innovación e incluso la asequibilidad de los dispositivos electrónicos.
Un Recuento del Primer Mandato. El enfoque de Trump hacia las empresas tecnológicas en su primer mandato estuvo marcado por un discurso y acciones que oscilaban entre la confrontación (incluso geopolÃtica) y la colaboración.
Por un lado, hubo una firme posición antagónica hacia gigantes como Google y Meta, particularmente en temas de moderación de contenido y su supuesta parcialidad polÃtica.
No obstante, también se dio un impulso significativo a la innovación nacional con incentivos fiscales que facilitaron la repatriación de capital de grandes corporaciones tecnológicas y fomentaron la manufactura local.
Un punto clave fue la eliminación de la neutralidad de la red, que se intentó restaurar durante la administración de Biden y que beneficiarÃa a los grandes actores de telecomunicaciones y tecnológicas, pero generó inquietudes sobre el acceso equitativo a la infraestructura digital para startups y pequeñas empresas.
Adicionalmente, las tensiones comerciales con China desencadenarÃan una revaluación de las cadenas de suministro tecnológicas globales.
Perspectivas Actuales: Colaboración e Innovación Desregulada. Con la reelección de Trump, las señales apuntan hacia un entorno menos regulado para el sector tecnológico, con énfasis en el crecimiento económico y la innovación competitiva.
La presencia de los dirigentes de las principales empresas de tecnologÃa en la segunda toma de posesión del Presidente Trump refleja una clara intención de fomentar la colaboración entre la administración y los lÃderes tecnológicos, asà como para aliviar la presión antimonopolio y la transparencia en los mercados digitales.
En paralelo, la derogación de la orden ejecutiva de la administración Biden que buscaba regular la inteligencia artificial (IA) es un paso más hacia la desregulación. Si bien esto podrÃa acelerar la innovación en IA, también incrementa los riesgos éticos y de seguridad asociados a su implementación.
La postura de la administración hacia las criptomonedas y la tecnologÃa blockchain también es un aspecto que amerita destacar. Con una probable relajación en la normatividad, Estados Unidos podrÃa posicionarse como un lÃder global en este ámbito, atrayendo talento y capital extranjero. Sin embargo, la falta de controles claros podrÃa aumentar la vulnerabilidad frente a actividades ilÃcitas y burbujas especulativas.
Por otro lado, el impacto de las tensiones comerciales con China no debe subestimarse. La imposición de aranceles y las restricciones en tecnologÃas clave como los semiconductores obligarán a las empresas a rediseñar sus cadenas de suministro, lo que podrÃa derivar en costos más altos y afectar la competitividad de los productos estadounidenses en mercados internacionales.
Implicaciones sobre la Competitividad en Mercados Digitales. A pesar de las oportunidades que genera la colaboración con los lÃderes, es vital reflexionar sobre cómo garantizar que el entorno tecnológico siga siendo inclusivo y equitativo.
Las grandes empresas no pueden ser las únicas beneficiarias de estas polÃticas; se deben implementar salvaguardas que permitan a las startups y pequeños innovadores prosperar en igualdad de condiciones.
La cercanÃa con lÃderes tecnológicos, como Elon Musk y otros CEOs, refleja un interés mutuo por colaborar en la intersección de polÃticas públicas, la regulación y la innovación. Este acercamiento, aunque prometedor, debe evitar que los beneficios se concentren únicamente en los gigantes del sector.
En este nuevo mandato, la balanza entre innovación, regulación y equidad competitiva será crucial para definir el futuro de la industria tecnológica en Estados Unidos y su impacto global.
0 Comentarios