En México, el cáncer de cabeza y cuello representan el 17.6% de la totalidad (108 mil 064 casos) de las neoplasias malignas; algunos factores de riesgo son: incremento en el consumo de tabaco y alcohol, Virus del Papiloma Humano (VPH), inmunosupresión y susceptibilidad genética (1).
A la parte de la piel que recubre las diferentes estructuras del área de cabeza y cuello por dentro, es decir, dentro de la boca y garganta, se le conoce como mucosa de vías aerodigestivas superiores y es ahí donde se origina el 85% de los cánceres de la cabeza y el cuello, de los cuales el 90% son de un tipo denominado carcinoma epidermoide; el 15% restante está constituido por tumores en glándula tiroides, piel, huesos del esqueleto facial, cartílagos, glándulas salivales y áreas de tejidos blandos.
Se define como cáncer de cabeza y cuello al grupo de tumores malignos que aparecen en la cabeza y en la región del cuello. Entre los lugares más frecuentes en los que pueden localizarse se encuentran los senos paranasales, la nasofaringe (parte superior de la faringe detrás de la nariz), la orofaringe (amígdala, paladar blando, base de lengua), la garganta, la laringe, la cavidad oral (mucosa oral, encía, paladar duro, lengua y suelo de boca), la lengua y las glándulas salivales (2).
Explica la Dra. Nadia Mohyuddin, oncóloga quirúrgica especialista en cabeza y cuello del Hospital Houston Methodist, que “la confirmación de este y otros tipos de cáncer requerirán de una biopsia, sin embargo, el examen físico en el consultorio puede mostrar un crecimiento anormal en la boca o donde se origina el tumor que, a menudo, es visible y genera la primera sospecha para realizar más estudios. A veces hay ganglios linfáticos involucrados y es ahí cuando debemos hacer una biopsia del ganglio linfático en el cuello para obtener el diagnóstico o no de cáncer.”
De acuerdo con la especialista, la tasa de supervivencia en este tipo de pacientes es mayor entre más temprano se detecte el cáncer, ya que en etapa temprana generalmente evoluciona mejor que los que se detectan en un estadio mayor.
La Dra. Nadia Mohyuddin explicó que la mejor forma de tratar a los pacientes que presentan cáncer de cabeza y cuello es por un equipo integral y multidisciplinario que incluye médicos oncólogos, oncólogos radiólogos y cirujanos oncólogos.
“En el Hospital Houston Methodist tenemos la oportunidad de contar con cirugía robótica. Este tipo de cirugía se puede realizar en tumores, en etapa temprana, de la amígdala o la parte posterior de la garganta y la base de la lengua,” aseguró la también otorrinolaringóloga del Hospital Houston Methodist.
Con este tipo de cirugía, “a veces, podemos disminuir la cantidad de tratamiento de radiación que recibirán los pacientes. Asimismo, tenemos personas con diferentes cánceres en etapa avanzada que pueden calificar para ensayos clínicos particulares. Cada caso se presenta en la junta de especialistas y se le da un plan de tratamiento personalizado.”
Sobre los cuidados posteriores para un paciente con cáncer de cabeza y cuello, la especialista, aseguró que, “una vez que un paciente ha pasado por el tratamiento, ya sea sólo cirugía o en combinación de quimioterapia o radioterapia, pueden presentar problemas adicionales relacionados con la deglución, el habla y el lenguaje, así como con la producción de saliva.”
“Pueden presentar rigidez o tener hinchazón en el cuello mejor conocida como linfedema y fibrosis; en algunos casos es posible que necesiten sondas de alimentación durante un período de tiempo, incluso pueden requerir tubos de respiración llamados traqueostomías. Por esto, es tan importante acompañar al paciente, a través de un grupo de terapeutas especializados, en cada etapa para no sólo tener una recuperación integral sino una buena calidad de vida”, concluye la especialista en oncología del Hospital Houston Methodist.
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