Este 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes y la retinopatía diabética es una de las complicaciones más graves de la diabetes mellitus, debido a que el inadecuado control de los niveles de glucosa limita la oxigenación de las células oculares, lo cual deteriora la circulación sanguínea en la retina alterando su función. En México, se calcula que tiene una prevalencia de 31.5% y es la principal causa de ceguera (1).
De acuerdo con el Dr. Charles Wykoff, vicepresidente de Oftalmología del Blanton Eye Institute del Hospital Houston Methodist comentó que, “la diabetes es un problema médico común que se ha convertido en una epidemia mundial por el número creciente de personas que están siendo diagnosticadas. Uno de los problemas microvasculares más comunes que desarrollan los pacientes con diabetes, ya sea de tipo 1 o tipo 2, es algo llamado retinopatía diabética.”
Agregó que, “los altos niveles de azúcar en sangre afectan los pequeños vasos sanguíneos dentro de la retina, que es la parte del ojo sensible a la luz. Cuando esos pequeños vasos se dañan, provocan múltiples problemas en la parte posterior del ojo y eventualmente pérdida de la visión. De hecho, si se piensa en la retinopatía diabética de manera amplia, es la causa más común de pérdida de visión y ceguera en población adulta en edad laboral, en muchos países.”
Además de la ceguera o la disminución de la vista, la retinopatía diabética está íntimamente relacionada con la depresión, el cual es un trastorno del estado de ánimo que puede ir en detrimento de la vida de la persona que vive con esta condición.
A la pregunta expresa de cuál es la relación entre la depresión y la retinopatía diabética, el Dr. Wykoff, explicó que, “cualquier tipo de discapacidad visual puede tener un impacto en el bienestar mental de una persona. Vivimos en un mundo muy visual y cuando los pacientes no tienen una función ocular óptima, esto puede afectar su capacidad para realizar las actividades normales de la vida diaria e interactuar socialmente, a menudo haciéndolos sentir aislados y solos. Por lo tanto, la discapacidad visual en general puede tener un impacto sustancial en la salud mental.”
Respecto a la forma en que la enfermedad se presenta o progresa con el tiempo, el experto del Hospital Houston Methodist afirmó que, “la retinopatía diabética conduce a la pérdida de la visión a través de tres mecanismos principales, el más común es el edema macular diabético, en el cual el paciente presentaría hinchazón de la retina. La segunda se llama retinopatía diabética proliferativa, en la que el crecimiento de vasos sanguíneos anormales y el tejido cicatricial asociado pueden distorsionar y desprender la retina; y el tercero es simplemente la pérdida de los vasos sanguíneos retinianos subyacentes o la isquemia, todo lo cual puede causar pérdida de la visión”.
"Esta pérdida de la visión se convierte en un gran reto para la salud y el bienestar mental. Entonces es fundamental que una vez que un paciente recibe un diagnóstico de diabetes, se realice las pruebas de detección de retinopatía diabética, porque muchas veces el paciente puede ser asintomático, por lo tanto, es importante que los pacientes comprendan que no deben esperar hasta que tengan la visión borrosa para ir a ver a un oftalmólogo.”
“Los pacientes deben saber desde el principio que existen muy buenos tratamientos para estos procesos patológicos que causan pérdida de visión y ceguera, y la clave es tener acceso a esos tratamientos de forma temprana. Por eso es tan importante que todos los pacientes con diabetes se realicen pruebas de detección al menos una vez al año, para evitar que sufran una pérdida sustancial de la visión,” concluyó el Dr. Charles Wykoff, especialista del Hospital Houston Methodist.
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