Antes del COVID-19 el 10% de las empresas en México implementaban el home office, la pandemia llevó a la teleactividad hacia ámbitos como la educación y la salud. Expertos CETYS analizan el futuro, ventajas y desventajas de esta modalidad
Además de sus afectaciones en el ámbito de la salud, el nuevo coronavirus ha revolucionado la forma de llevar a cabo las actividades cotidianas, principalmente en los ámbitos laboral, académico y empresarial. Antes de la pandemia, sólo el 10% de las empresas con presencia en México implementaban el teletrabajo o home office al menos un día de la semana laboral.
Luego de la propagación del COVID-19, la estadística prácticamente se ha revertido, pues la mayoría de los centros de trabajo de toda índole están implementando estrategias de trabajo a distancia, para salvaguardar la salud de sus empleados.
Algunos de ellos se han visto favorecidos, por ejemplo los dedicados a la consultoría y gestión de negocios, indicó la Dra. Faviola Villegas Romero, Docente de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali.
“Con la modalidad online, los gastos de traslado y viáticos se han reducido y por ello, algunos consultores que antes parecían no estar al alcance de las compañías por lo oneroso de sus servicios, ahora están disponibles, en esencia, con los mismos beneficios de la consultoría presencial: diagnostican problemas, señalan soluciones y orientan a su implementación”.
La prestación de estos servicios de especialidad junto con las consultas clínicas, psicológicas y la teleterapia, se están adaptando de manera que una vez que el peligro se reduzca, podrán retomar la modalidad presencial, continuar con la modalidad a distancia, y en el mejor de los casos, ofrecer un espacio híbrido que logre obtener las ventajas de ambas, señaló el Dr. Josman Espinosa Gómez, Docente de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Sin embargo, previó, en el ámbito académico las cosas serán distintas.
“Seguiremos privilegiando la pasión de compartir conocimiento en la presencialidad. Definitivamente nos apoyaremos en las herramientas tecnológicas que aprendimos a utilizar en el confinamiento, pero seguiremos disfrutando de estar frente a un grupo, y seguramente, asumiremos como un buen hábito que la búsqueda de información en línea deberá de ser tratada con ética, criterio y responsabilidad”.
Desde la perspectiva empresarial, la Organización Mundial del Comercio ya habla sobre la era digital, reconociendo que las empresas digitales son escalables, buscan el mercado global y lo alcanzan mucho más rápido. “Esto indica que negocios y emprendedores deben adoptar tecnologías emergentes rápidamente, invirtiendo en tecnologías de comunicación e investigación aplicada con uso de innovación abierta o de licencias libres”, indicó el Mtro. Ulysses Moreno López, Director de la Incubadora de Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Para México, añadió, el nuevo panorama representa la oportunidad de obtener integración y visibilidad en el globalizado mundo de los negocios, y que las propuestas de sus emprendedores puedan ser implementadas por empresas internacionales, generando cadenas de valor desde la economía del conocimiento e integración de jugadores locales y regionales al comercio internacional.
La teleactividad en la esfera empresarial, basado en el reporte de empresas como Amazon que durante los primeros tres meses de la emergencia anunció ingresos de 75 mil millones de dólares, y Mercado Libre Latinoamérica, la cual aumentó sus ingresos interanuales en un 70.5%, “hará necesario que sean redefinidas las relaciones comerciales entre países para que en los tratados internacionales se identifiquen plenamente acciones como el trabajo digital, la generación de investigación y desarrollo con recursos externos, así como el diseño y la creación de nuevos productos en un entorno remoto”, pronosticó el director.
Aunque los beneficios de migrar al entorno digital han quedado comprobados por millones de profesionales que están demostrando ser más productivos, capaces de atender varios proyectos a la vez y una mayor eficiencia en el manejo de su agenda, la teleactividad también presenta grandes obstáculos y desafíos.
Por ejemplo, la marcada exclusión que viven las personas sin acceso a dispositivos electrónicos y a la red de internet, lo cual está generado brechas entre la población, debido a que beneficios como el acceso a la educación, a la salud mental y al empleo formal están siendo aprovechados sólo por una minoría.
“Esto se puede traducir en pérdida de competitividad para las empresas emergentes en temas de alcance, innovación y desarrollo de nuevas tecnologías”, señaló el Mtro. Ulysses Moreno.
Otra desventaja a mediano plazo es la vulnerabilidad que se ha presentado en ámbitos como el de la salud mental, expuso el Dr. Josman Espinosa. “Posiblemente a mucha gente le falten recursos para establecer una realidad lo más parecida a la que conocíamos, provocando con ello una oleada de trastornos, síndromes y enfermedades”.
Sin embargo, “la mayor desventaja podría ser el que no hayamos aprendido nada y queramos regresar a un mundo donde las preguntas han cambiado y las respuestas que teníamos hasta antes de marzo del 2020, ya no sean para nada vigentes”, concluyó.
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