Por Héctor Medina Varalta
El perro Rafles, hijito del alma y el corazón de Natacha, sigue haciendo travesuras y protagoniza graciosos episodios de su llegada a su casa y a la vida en familia. En este libro, además, encontrarás los “Balances de Rafles” que Natacha escribe para medir los progresos educativos de su perro. Este es el décimo libro de una colección en torno a este personaje, es decir, el contenido del libro, en sí, es la llegada de un perro a la casa de Natacha y de la convivencia en una familia, es decir, como negocias con tu mujer o cómo negocia tu hijo con ustedes dos la llegada de un perro.
La vida está llena de negociaciones
Di todos te hicieran caso porque eres un papá mandón y nada más dando órdenes, pues en algún momento nos las cobran así: nos va a tocar un hospicio más “malito.” Pocas veces se habla de cuánto hay en la vida de negociación, siempre la familia es el seno de donde crecen los niños, la pareja y el amor. Pero, pocas veces se habla de que en realidad la familia, la pareja, la crianza están hechas de un montón de negociaciones, por ejemplo, “si haces la tarea, tienes permiso de hacer tal cosa.” Papá, ¡quiero un perro!” “Pero, ¿quién lo va a cuidar” o “si te traigo al perro tú tienes que limpiar lo que haga.” Y son negociaciones las que hay a lo largo de nuestras vidas; esto es hablar de cómo es la vida cotidiana de una familia por la anécdota de la llegada a casa de un perro.
Tienes que aprender a negociar
Este libro habla del proceso de aceptación de un perro en la familia, pues uno como padre de familia vemos a nuestros hijos, que de repente, tienen actitudes paternales, pues uno ve a nuestro chamaco hacer el papel de papá del perro. Recuerdo que mis hijos me decían: “papá, la perra no me hace caso,” a lo que contestaba: “Así es, hijo. Tienes que aprender a negociar para que ella te haga caso.” En pocas palabras, tienen que aprender un lenguaje más emocional no verbal. Un lado animal que tiene la vida es muy lindo. En México tuve un perro, pero en realidad él me escogió, porque yo pasaba y le daba de comer. Cierto día hubo una tormenta y me buscó en el lugar en el que yo vivía. De esta forma, el perro vivía de día en la calle y de noche en mi casa.
El libro está dirigido a niños de 7 años en adelante, pero sobre todo, a la familia. Es una colección de diez libros de Rafles.
0 Comments:
Publicar un comentario