sábado, 13 de julio de 2019

Guillermo Guerrero, presenta #Soy retro porque…

Por Héctor Medina Varalta

El año pasado, Guillermo Guerrero presentó con mucho éxito El Gran Libro de la Caca. Esta vez, nos sorprende con  una obra fuera de serie: #Soy retro porque…, en coautoría con Luis Sopelana Palomino y prologado por Fernando Rivera Calderón. Es un libro escrito para personas de 50 años, ya que en sus páginas encontrarán sus años maravillosos; también para las personas de 40 años, de acuerdo a Guerrero: “¡Vas a llorar! Te lo aseguramos;” para quienes tienen 30 años, pues “Le vas a entender a la perfección” y para los más jóvenes: “¡No sabes lo que te espera!”  El libro es muy atractivo, incluso la frase “Prólogo de Fernando Rivera Calderón,”  tiene el mismo diseño de la película “Volver al futuro”, en el lenguaje de la letra F,  que era muy común en la década de los años 80 para que la chaviza se comunicara en clave. En la actualidad, está de moda los años 80; porque, evidentemente, la fuerza productiva en este momento son las y los treintañeros y los que tienen 40 años, pues son los que tienen mayor poder adquisitivo y recuerdan aquella época que era muy difícil, ya que la crisis económica era muy fuerte. Guerrero nació en 1975 y le tocó la crisis económica cuando López Portillo era presidente de México, la crisis de Miguel de la Madrid, fue una época muy complicada, pero se les recuerda con cariño.       
Lo retro está de moda
Considero que aquellas cosas que teníamos en los años 80, como los pantalones Sergio Valente o las mujeres que usaban pantalones Dayana, Ola lá Zafón; los pantalones California, eran muy caros y los usaban las muchachas. Como eran costosos,  los cuidaban más, los atesoraban, porque no había más chance de comprar otras cosas. Por otra parte, el cabello se usaba con “kilos” de spray Aquanet y la ropa era muy característica por las hombreras grandes, esta moda la impuso Lady Di. Sus blusas rojas con hombreras fueron la envidia de los diseñadores que las incorporaron en suéteres, gabardinas, sacos, vestidos y hasta chales; las mujeres también usaban calentadores debido a que Olivia Newton John y su canción “Physical”de 1981, que puso de moda hacer ejercicio y ensayar las tablas gimnásticas en la primaria. Asimismo, las cosas que utilizábamos en la primaria: el Resistol de elefantito, el Resistol de forma de boliche, portafolios de rejas, lapicero de puntas intercambiables, lapicera con pianito, Colores Blanca Nieves. Por otra parte, en la capital teníamos cuatro o cinco canales de televisión y en otras ciudades tenían únicamente dos, tal vez el Canal 2, el Canal 13 y el local, pero nos chutábamos todos a Raúl Velazco y a Óscar Cadena con su cámara in fraganti, a Verónica Castro con programas que duraban mucho: Mala noche… ¡no!, Aquí está y La Movida en donde desfiló toda la pléyade de cantantes de Televisa a quienes entrevistaba con su estilo populachero y desenfadado (¡cómo olvidar el programa con Juan Gabriel que duró toda la noche!!, ¡qué aguante!-refirió Guerrero.
Cigarros John Player Special Black

En la actualidad, lo que estamos viendo es que todos tenemos diferentes gustos, pues hay para todos los gustos: los chicos ven YouTubeFacebookInstagramNetflix, pero antes todo era distinto, pues todos veíamos los mismos programas. Retomando de nuevo la época escolar: cuando nuestros padres tenían dinero, nos compraban lápices Prismacolor de doble punta, bonitos, de los caros, pero cuando no había dinero compraban colores de Blanca Nieves con su clásica bruja en la parte de atrás. Los padres de algunos compañeros de clase que tenían dinero, usaban mochilas Samsonite y los que no tenían dinero, les compraban mochilas en el tianguis. En cambio los portafolios Samsonite, había unos muy delgados y otros muy gruesos, pero por la cantidad de libros en la secundaria los hacía muy pesados. Por otra parte, hay muchos temas que dejamos de lado para una segunda edición. Tampoco están incluidas las bebidas alcohólicas como el brandy Bobadilla 103que era muy famoso o el ron Bacardí con la frase “agarra la jarra” con Héctor Bonilla, que hacía los comerciales; lo que sí se publicó son los cigarros, esos comerciales que ya no se ven porque son políticamente incorrectos. Se anunciaban marcas de cigarros como el Baronet, Del Prado, Fiesta, los cigarros John Player Special Black, una marca de cajetilla negra que eran muy famosos.
El Tamagochi
Asimismo, había dulces como Las Palelocas, que en los dos extremos tenían dulce, los chicles Motita, que sabían a plátano, la bota Tutsi, que los papás en el día de Reyes si no tenían mucho dinero la dejaban. En el libro se encuentra un capítulo de juguetes que los niños de esa época los tenían como el Fabuloso Fred, un juguete electrónico de colores, también conocido como Game Robot, que tenía múltiples juegos como memoria, ruleta y submarino, el Tamagochi, la primera “mascota virtual”, era un llavero con forma de huevo contenía un simpático animalito hecho de pixeles al que se tenía que alimentar, entretener, limpiarle sus cacas y básicamente dedicarle muchos momentos de tu vida hasta que se terminara la pila o tu paciencia. En la actualidad, hay muchas marcas de juguetes que dejaron de existir como los triciclos Apache, las muñecas Lily Ledy y los Juguetes Esueño. Los juguetes mencionados, eran marcas mexicanas, de tal forma que, cuando entró el Tratado del Libre Comercio nos llenaron de marcas norteamericanas que entraron de repente, que hizo quebrar a muchas marcas mexicanas, por ejemplo, había muchas marcas de tenis de marcas mexicanas, de la cual únicamente existe la Panam, “Los campeones de la moda”, era el eslogan y la única marca mexicana que existe de aquellos tiempos.
El Tío Gamboín
Quisimos hacer este libro de casi todos los temas de aquellos años maravillosos, mi coautor Luis Sopelana, es de Torreón, Coahuila, él vivió cosas diferentes, a lo que vivimos en la Ciudad de México. Muchas de las cosas del libro están basadas en todo lo que se vivían en todos los Estados, por ejemplo, todos querían asistir al programa de Chabelo, pero también era muy difícil, al igual que ser sobrino del Tío Gamboín (su nombre verdadero era Ramiro Gamboa), que todos los niños querían ser sus sobrinos. Era muy gratificante ver cómo presentaba sus juguetes en cada programa, como Pacholín y Salchichita, que eran los juguetes que mostraba antes de que comenzaran las caricaturas. El Tío Gamboín usaba un saco rojo con parches de sus personajes y era un honor estar en su lista con todos los que los mandaban sus datos. El Tío Gamboín tenía un amigo invisible que espiaba a los niños  y le iba con el chisme si te portabas mal, con la posible amenaza de ser… borrado de la lista. Hay muchos personajes emblemáticos de aquella época que aparecen en el libro, por ejemplo, el ilusionista, David Copperfield, que desaparecía aviones o atravesó la Gran Muralla China.
Linda Hamilton, una bella muy bella
En el libro aparecen varias trivias para que los lectores se acuerden de las cosas que había en esa época, logotipos para que también los recuerden como seguramente los veía y ya no los recuerdan, como la ardilla de las botanas Barcel o el logo deVideo visa, esos videos clubes que había por todos lados. Asimismo, había unos Mini Chicléts, unos cuadritos de chicle confitado tan pequeñitos que era inevitable echarte toda la bolsita de un jalón. Como muchos se los comían directo del empaque, si te convidaban había el riesgo de recibirlos bien babeados. También estaban Los Piedrulces, unas deliciosas bolitas de caramelo de colores, que si se dejaban al sol se hacían una bola. También hay un capítulo de héroes y villanos de aquellos tiempos como Iván Drago, el ruso que retó a Rocky BalboaCatalina Creel, la villana de la telenovela Cuna de LobosEnrique de Martino que era Enrique Alonso de la telenovela El Maleficio, era un hombre muy malvado; los héroes de esa época eran MacGyverSarah O’ Connor, la heroína de Terminator o John McClane, protagonizado por Bruce Willis.
Puente de comunicación entre los padres e hijos
Guillermo Guerrero comenta que fueron a presentar el libro a una feria en Querétaro y había muchos chicos entre 14 y 18 años. Entonces, lo que se encontraron es que los papás están usando este libro para enseñarles a los hijos como era la vida antes; este libro ha servido como puente de comunicación entre los padres e hijos. Los papás les enseñan a sus hijos que antes teníamos que usar un walkman; también que aprovecharon para llevar algunos casetes y descubrieron que los niños de hoy no saben cómo usarlos. Antes era mucho más sencilla la vida, por ejemplo, salíamos a jugar a la hora del recreo carreteritas con cochecitos o a las canicas y terminaba uno con olas rodillas raspadas. Además, jugábamos a las luchitas, pues teníamos como ídolos en los 80 a Fischman y en los 90 a OctagónMáscara Sagrada, eran los luchadores que veíamos en la televisión. Nosotros teníamos una televisión en blanco y negro-menciona Guerrero-Telefunken enorme, del edificio donde vivíamos éramos los que tenían la tele más grande y no se compara con ninguna televisión de la actualidad, eran muy pesadas y eran de bulbos. El libro está lleno de recuerdos, son 160 páginas de puros recuerdos y nos ha ido muy bien con la promoción. A la gente le encanta recordar todas esas cosas. La Editorial SÉLECTOR nos ha dado la gran oportunidad de hacer libros en el que el lector pase un buen rato leyéndolos, que se rían, porque distraerse es lo que necesita la mayoría de las personas.
Otro gran éxito: El Gran Libro de la Caca
El libro le hará recordar los años 80 y 90y, más aún, con el capítulo Love is in the air ¡Las parejas nacionales!, como Bibi Gaytán y Eduardo Capetillo, Rebeca de Alba y Ricky Martín, Diego Shoening y Thalía, Diego Verdaguer y Amanda Miguel, Lucero y Mijares, Raúl Velasco, India María y Doña Lencha. Love is in the air ¡Las parejas internacionales!, como Beigitte Nielsen y Sylvester Stallone, Madonna y Sean Penn, Demi Moore y Bruce Willis, Nicole Kidman y Tom Cruise, Michael Jackson y Bubless (un chango). Pasando a otro tema, Guerrero comenta que tiene en mente escribir para el 2021 un libro muy grande acerca de los 500 años de la conquista de México.  #Soy retro porque… y El Gran Libro de la Caca son libros muy divertidos, que están llenos con datos muy interesantes y muy entretenidos para que los lectores se diviertan y se rían un rato.    

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