- La implementación de una clínica de catéteres ha demostrado el control y reducción de complicaciones relacionadas a la Terapia de Infusión.
- Las tasas de bacteriemia (bacterias en la sangre) se han reducido de un 6.1 a un 2.9 de acuerdo a los informes reportados de enero de 2013 a marzo de 2018.
Ciudad de México, 20 de junio 2019.- La práctica diaria del profesional de enfermería está relacionada con la Terapia de Infusión, la cual consiste en la administración de sustancias líquidas (utilizadas para la hidratación, la administración de fármacos o nutrición), directamente en una vena a través de una aguja o tubo (catéter), permitiendo el acceso inmediato al torrente sanguíneo. Comparada con otras vías de administración, la vía intravenosa es el medio más rápido para aportar soluciones y fármacos, siendo, además, la única vía de administración para algunos tratamientos, como es el caso de las transfusiones1.
Es por ello, que el uso de la terapia de infusión intravenosa es imprescindible en el manejo de la persona hospitalizada, sobre todo en pacientes críticos, crónicos, oncológicos y/o con cuidados paliativos y cada vez más en el manejo del paciente ambulatorio1.
La Terapia de Infusión Intravenosa representa un importante apoyo durante el proceso asistencial de los pacientes, independientemente de la complejidad del problema de salud. Diferentes publicaciones y otros documentos, revelan que en México entre el 80 y el 95 % de los pacientes hospitalizados reciben tratamiento por vía endovenosa y que en Estados Unidos se colocan anualmente más de 5 millones de catéteres venosos centrales y más de 200 millones de catéteres periféricos2.
Es el procedimiento invasivo utilizado con mayor frecuencia en hospitales, sobre el cual la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, informó la aparición de 250 tipos de diferentes complicaciones relacionadas con la administración de la misma, señalando principalmente infección, oclusión, trombosis, flebitis (inflamación de las venas), extravasación, desplazamiento accidental, múltiples punciones al paciente e incluso punción accidental al profesional de la salud1.
La presencia de dichas complicaciones se debe, fundamentalmente, a la variabilidad en los criterios de indicación, de mantenimiento y sustitución de catéter, medidas de higiene o preparación de la zona de punción, entre otras. Esta variabilidad en la práctica clínica conlleva, además, sufrimiento del paciente, deterioro de su sistema venoso, riesgo de sufrir infecciones locales y sistémicas, así como el incremento de costo tanto para el sistema de salud como para el paciente.
En el marco del 1er Summit Internacional en Accesos Vasculares: Innovación en líneas centrales y seguridad del paciente, organizado por BD para médicos y personal de enfermería de la ciudad de [Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México], la Dra. Patricia Volkow, Coordinadora Médica del Equipo de Terapia Intravenosa y Médico Adscrito al Servicio de Infectología en el INCAN, señala que en los procesos de atención médica están presentes factores y elementos que contribuyen a la seguridad del paciente, sin embargo, se han identificado riesgos que propician la ocurrencia de eventos adversos que lo dañan.
Existen herramientas para obtener mejoras en las tasas de infecciones nosocomiales, reducir estancias prolongadas, reducir costos por efectos adversos atribuibles a la terapia intravenosa y en general, mejorar la seguridad del paciente.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, la estrategia de implementación de una clínica de catéteres ha demostrado el control y reducción de complicaciones, ya que a 6 años de trabajo continuo en la vigilancia y registro sistematizado de los dispositivos de acceso vascular o catéteres, las tasas de bacteriemia (bacterias en la sangre ) en las unidades que cuentan con el equipo específico y especializado, se han reducido de un 6.1 a un 2.9, de acuerdo con los informes reportados de enero de 2013 a marzo de 2018 en la plataforma de clínicas de catéteres de la Dirección de Enfermería de la DGCES.
La Secretaría de Salud señala que el objetivo de crear clínicas de catéteres es3:
Es por ello, que el uso de la terapia de infusión intravenosa es imprescindible en el manejo de la persona hospitalizada, sobre todo en pacientes críticos, crónicos, oncológicos y/o con cuidados paliativos y cada vez más en el manejo del paciente ambulatorio1.
La Terapia de Infusión Intravenosa representa un importante apoyo durante el proceso asistencial de los pacientes, independientemente de la complejidad del problema de salud. Diferentes publicaciones y otros documentos, revelan que en México entre el 80 y el 95 % de los pacientes hospitalizados reciben tratamiento por vía endovenosa y que en Estados Unidos se colocan anualmente más de 5 millones de catéteres venosos centrales y más de 200 millones de catéteres periféricos2.
Es el procedimiento invasivo utilizado con mayor frecuencia en hospitales, sobre el cual la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, informó la aparición de 250 tipos de diferentes complicaciones relacionadas con la administración de la misma, señalando principalmente infección, oclusión, trombosis, flebitis (inflamación de las venas), extravasación, desplazamiento accidental, múltiples punciones al paciente e incluso punción accidental al profesional de la salud1.
La presencia de dichas complicaciones se debe, fundamentalmente, a la variabilidad en los criterios de indicación, de mantenimiento y sustitución de catéter, medidas de higiene o preparación de la zona de punción, entre otras. Esta variabilidad en la práctica clínica conlleva, además, sufrimiento del paciente, deterioro de su sistema venoso, riesgo de sufrir infecciones locales y sistémicas, así como el incremento de costo tanto para el sistema de salud como para el paciente.
En el marco del 1er Summit Internacional en Accesos Vasculares: Innovación en líneas centrales y seguridad del paciente, organizado por BD para médicos y personal de enfermería de la ciudad de [Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México], la Dra. Patricia Volkow, Coordinadora Médica del Equipo de Terapia Intravenosa y Médico Adscrito al Servicio de Infectología en el INCAN, señala que en los procesos de atención médica están presentes factores y elementos que contribuyen a la seguridad del paciente, sin embargo, se han identificado riesgos que propician la ocurrencia de eventos adversos que lo dañan.
Existen herramientas para obtener mejoras en las tasas de infecciones nosocomiales, reducir estancias prolongadas, reducir costos por efectos adversos atribuibles a la terapia intravenosa y en general, mejorar la seguridad del paciente.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, la estrategia de implementación de una clínica de catéteres ha demostrado el control y reducción de complicaciones, ya que a 6 años de trabajo continuo en la vigilancia y registro sistematizado de los dispositivos de acceso vascular o catéteres, las tasas de bacteriemia (bacterias en la sangre ) en las unidades que cuentan con el equipo específico y especializado, se han reducido de un 6.1 a un 2.9, de acuerdo con los informes reportados de enero de 2013 a marzo de 2018 en la plataforma de clínicas de catéteres de la Dirección de Enfermería de la DGCES.
La Secretaría de Salud señala que el objetivo de crear clínicas de catéteres es3:
- Estandarizar y monitorear el cuidado de los pacientes con terapia de infusión intravenosa.
- Reducir las complicaciones clínicas y el impacto en la morbilidad/mortalidad de los pacientes con terapia de infusión intravenosa.
- Mejorar la práctica clínica de los cuidados de enfermería.
Por su parte, la Mtra. Gabriela Cortés, Jefa de Enfermeras en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, reafirma la importancia de actualizar la Norma Oficial Mexicana NOM -022-SSA3-2012, que instituye las condiciones para la administración de la Terapia de Infusión en México.
Finalmente, el Dr. Jack Ledonne, del Greater Baltimore Medical Center · Vascular Access, señala que es importante establecer las técnicas y procedimientos que deberán utilizar los establecimientos en el Sistema Nacional de Salud para la selección y uso de los accesos vasculares periféricos.
El uso de catéteres centrales de inserción periférica (PICC) se ha incrementado exponencialmente desde que se utilizaron por primera vez para administrar terapia intravenosa en la década de 1980, especialmente en los últimos años. Hoy en día, los PICC son las segundas vías venosas centrales más implantadas, sólo superadas por los catéteres venosos centrales tunelados (TCVC) para tratamientos agudos4.
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