sábado, 4 de mayo de 2019

Rosa Barocio presentó Los abuelos, una segunda oportunidad para amar

Por Héctor Medina Varalta

Como abuelos tenemos cierta distancia de los nietos, en el sentido, de que, ya no tenemos las expectativas de los padres, ya nuestra tarea no es seguir educando. Es más, disfrutamos más a los nietos, acompañarlos y, de vez en cuando, jugar con ellos, porque con los años tenemos cierta sabiduría que nos permite darle importancia a lo que merece importancia. Por consiguiente, el amor de los abuelos es generoso; y cuando es un amor maduro, es un amor responsable. Rosa Barocio invita tanto a los padres de familia como a los abuelos mejoren su relación a través de este libro: Disciplina con amor para abuelos. Algo muy importante que nuestra entrevistada mencionó que es maravilloso acompañar a los nietos y los disfrutan y juegan con ellos; es un amor más libre y un amor incondicional, que nos permite ver a nuestra nieta o nieto como la maravilla que es, porque los nietos son maravillosos. Considero que tener la experiencia de un abuelo que miran con ojos de amor a los nietos, es un verdadero regalo.
Abuelos de tiempo completo
Escribí este libro porque tuve una abuela fantástica. Recuerdo ese amor que me vio como regalo, porque eso es lo que es un nieto, un regalo. Este libro te invita a explorar todas las distintas situaciones que puedes vivir con los abuelos: hay abuelos de a ratitos, que ven a los nietos una vez a la semana y hay abuelos de tiempo completo. Los abuelos de tiempo completo son quienes están ayudando a la madre o al padre porque trabajan, es decir, como vulgarmente se dice “hacerles el quite a los padres: puede ser porque recogen a los nietos en la escuela, los llevan a casa, hacen la tarea con ellos; algunas veces hasta cenan en casa de los abuelos hasta que llegan los padre a recogerlos. Los abuelos de tiempo completo, de alguna manera están sustituyendo a los padres y están también a cargo de su educación; es muy diferente del abuelo que lo ve sólo un rato en la tarde y a la mejor puede consentirlo. No es grave, pero qué sucede cuando los padres están a cargo de ellos. Es una situación que uno tiene que entender: los abuelos están haciendo un favor.
Los padres son los que tienen que cargar con la responsabilidad

Estoy a que recordarlo y considerarlo: los abuelos que se hacen cargo de los nietos están haciéndoles un favor a los padres. No es su obligación, porque a veces los hijos tienen una manera de exigir a los abuelos el cuidado de los nietos como si fuera responsabilidad de estos últimos.  También, en ocasiones, hay padres muy paseadores que quieren seguirse divirtiendo como si fueran solteros. Entonces, quieren que sea el abuelo o la abuela que se haga cargo de los nietos para que los padres puedan seguir en la pachanga. Ahí los abuelos tienen siempre que pensar, qué es lo mejor para el nieto y también qué es lo mejor para los padres. No hay que sustituir a los padres; el abuelo es el abuelo y el padre es el padre; está bien que los abuelos apoyen, pero no hay que quitarles su lugar a los padres. Los padres son los que tienen que cargar con la responsabilidad; y cuando estos le están cargando la mano a los abuelos, hay que saber que los abuelos tienen la obligación de poner un límite y decir no, pues qué pasa cuando el padre comenta en voz alta: “este fin de semana tenemos boda”, y el abuelo o la abuela dicen: “pero hija, yo no puedo cuidarlos porque también tengo una comida.” Aunque parezca increíble, la hija o el hijo suelen decir: “hay, pues, cancélala.” Es decir, los padres piensan que la vida social de los abuelos no es tan importante como la suya. Se les está pasando la mano. Cuando dicen: “cancélalo”, el mensaje es: “tu vida social no es como la nuestra” o “es tu obligación”, incluso, hasta le ponen a uno cara de vinagre.
No hay que cargarles tanto la mano a los abuelos
Es muy importante que los abuelos aprendan a poner límites muy claros, que se cuiden a sí mismos, que midan sus fuerzas, que uno diga: “sí hija me puedo quedar con el nieto, pero sólo tres horas”, pero no tienes que quedarte todo el día, si estás agotada o si no te estás sintiendo bien. Tampoco tienes que quedarte con los nietos todos los fines de semana y si tomas la decisión de ayudarlos de tiempo completo, es decir, porque ambos trabajan y no pueden pagar una guardería y tú te haces cargo, la medida para saber si la relación está bien, es qué tanto te agradecen esos padres. Si ellos no e lo agradecen, quiere decir que no valoran tu trabajo, que ya lo dieron por hecho y que es una obligación. Ahí es donde la abuela o el abuelo tienen que poner un límite y decir: “aquí algo está fuera de lugar”. “No es la obligación de los abuelos, es la obligación de los padres y estoy haciéndote un favor. Por lo tanto, la medida de agradecimiento de los padres es lo que puede indicar si la relación es sana y está bien. Por citar un ejemplo, si los padres tienen una nieta con diabetes y se le tiene que estar midiendo los niveles de azúcar en la sangre todo el tiempo; los padres les piden a los abuelos que se queden un fin de semana con la nieta por equis compromiso. Los abuelos se quedan con la nieta y le están checando el nivel de glucosa todas las noches, turnándose para revisarla. Es una responsabilidad tremenda.
Los abuelos tienen que poner límites
Regresan los padres del viaje después de un fin de semana en la que los abuelos casi no durmieron y los hijos les traen de regalo una caja de chocolates como si se la hubieras dado a la vecina. Esos padres no se dan cuenta del esfuerzo de los abuelos al estar cuidando la vida de esa niña porque si se hubieran descuidado, la niña podría haber perdido la vida. Por esa razón, hay que revisar a nuestros hijos que tanto están valorando lo que uno está haciendo con nuestros nietos; y si no valoran lo suficiente, los abuelos tienen que tomar medidas claras, pues no tienen que dar por hecho que uno está ahí para resolverles la vida cuando les hace falta. Lo ideal para los padres es que los abuelos se retiren y dejen que los padres se ubiquen y tomen sus responsabilidades. Hay muchos aspectos que se revisan en este libro; este es un lado de la moneda: cuando los abuelos tienen que poner límites porque a los hijos se les está pasando la mano, sin embargo, el otro lado de la moneda, que es al contrario, es decir, cuando los abuelos se meten de más, quieren controlar la vida de los hijos, cuando no reconocen su autoridad, cuando los contradicen frente a los nietos, en pocas palabras: abuelos metiches. De este lado de la moneda, los padres  muy claramente son los que tienen que marcar su raya. Si los abuelos se están metiendo de más, tienen que hablar con ellos y decirles que no pueden contradecirlos frente a  tus nietos.
Abuelos Santa Claus
Los abuelos tienen que reconocer que, ahora les toca a los padres educar a sus hijos. Por consiguiente, Rosa Barocio revisó en Disciplina con amor para abuelos, una segunda oportunidad para amar todas las situaciones distintas que se dan, por ejemplo, qué pasa cuando los padres manipulan a los abuelos: “ya no vas a ver a los nietos.” En lo particular he conocido casos de abuelos “castigados” por algún desacuerdo que tuvieron; hay que saber que esto es una manipulación muy dolorosa y muy vengativa e injusta. Qué pasa también cuando los abuelos entran en competencia, es decir los abuelos paternos y los abuelos maternos: “¿A quién quieres más?”-suelen preguntar a los nietos. Por esa razón, algunas abuelas y abuelos les compran cosas al nieto y lo consienten a morir para que sean más queridos por el nieto. Hay que saber que estamos usando a los nietos y que son actos muy inmaduros, porque finalmente a quien lastiman es al nieto porque le están compre y compre. ¿Qué pasa con los abuelos Santa Claus que compran juguetes u otras cosas al nieto a pesar de que los padres les dicen: “Por favor, no le vayas a comprar un celular, pues casi no estudia y está muy mal en la escuela y ya les dijimos que no puede tener un celular,” y los abuelos se lo compran.
Cuando el nieto manipula
En ocasiones cuando la abuela o abuelo están ocupados, el nieto quiere jugar con alguno de ellos, pero como están concentrados en lo que están haciendo, le dicen que no. Al poco rato, aparece de nuevo el niño y dice: abuela, ¿ya no me quieres? A eso se le llama manipulación. Ahí los abuelos tienen que tener respuestas muy bien hechas para no caer en la manipulación, por ejemplo, Luciano, yo te quiero mucho y siempre te voy a querer, pero en este momento no te puedo atender. No se puede traficar con el amor. Por esta razón, en casos como este, hay que responder con tranquilidad “siempre te voy a querer”, pero en este momento no te puedo hacer caso; que sepan que uno puede empatizar, asegurar el amor, pero por el otro lado, muy claro se le dice: “no te puedo dar lo que quieres en este momento,” y no tener miedo a perder el amor del niño. Si uno tiene miedo de que el nieto ya no nos va a querer, lo que se tiene que trabajar es nuestra inseguridad. Por esa razón, es muy importante que, nosotros como adultos revisemos nuestra inseguridad, pues solemos pensar “mi nieto va a querer más a su otro abuelo” o “ya no me va a querer más a mi” o “mi hija ahora ya no va a estar contenta y ya no me va a dejar ver a mi nieto.” Nosotros tenemos que darnos esa seguridad a nosotros mismos y decirnos: “yo tengo que hacer lo que considero correcto; si creo que no puedo comprarle a mi nieto lo que me está pidiendo, no se lo compro. El nieto puede zapatear, amenazar, pero yo sé porque lo estoy haciendo y a confiar en porque tomamos las decisiones; siempre elegir lo que es mejor para el nieto y lo que es mejor para los padres. Esa es la medida. En resumen, el libro es excelente, lo tienen que leer los abuelos y los padres para tener una buena relación. Es una ayuda muy práctica, muy concreta para que los abuelos estén muy bien ubicados y los padres también. Entonces, conjuntamente están actuando de la mejor manera para beneficiar a los nietos-puntualizó la escritora. 

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