Por Héctor Medina Varalta
“¡Triste época la nuestra!
Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.”
Albert Einstein
Desde que abrí los ojos Historias que salen del arcoíris y llegan al corazón, es un libro que está escrito a cuatro manos, es decir, lo escribieron dos autores comprometidos con la obra. Fue un proceso que duró dos años. Ramón Vallejo es amigo de Rayo Guzmán desde hace dos años, son muy unidos y es uno de sus amigos gays, de los más valientes y más preparados; estaba listo para trabajar al unísono unas historias. Cuando Vallejo le comenta acerca del proyecto a Rayo le gustó la idea porque él sabe que es una escritora que a través del relato breve ha narrado todo tipo de experiencias que tienen que ver con los padres, las madres, mujeres, hombres, etcétera. Por lo tanto, Vallejo le dijo que ¿por qué no tocar el mundo de la diversidad sexual? Como a la hermosa y talentosa escritora y especialista en desarrollo humano, le agradó el tema, se dieron a la tarea de escribirlo. Son veintidós historias de hombres que aman a otros hombres, veintidós historias que caminan por la diversidad sexual, en específico, de homosexuales.
Historias de lucha
Rayo Guzmán trató de conservar la misma línea que tiene en sus otros libros de relato breve, en las que son historias dignas, honestas, una literatura que logra hacer el relato fino, que no sea demasiado agresivo o violento para el lector; al contrario, es un lenguaje del corazón. Por esa razón, se llama Desde que abrí los ojos Historias que salen del arcoíris y llegan al corazón. Rayo hace hincapié de que no es un libro para los gays, es para cualquier persona, es un texto que lo puede leer cualquier persona, que quiera pasar un rato agradable y ameno y que quiera tener contacto con las historias de la diversidad sexual; no es un libro para decirnos si está bien o está mal. Como escritora, lo que hiso Rayo, fue contar historias de seres humanos. De esta forma, el lector encontrará al gay de clóset, el que se abre; también encontrará la voz de la mamá, del papá, de los hermanos, historias de lucha, de aceptación, frustración, rechazo, de violencia, de agresividad, de dolor, así como también de goce, de cómo salir adelante, de triunfo, historias como las de cualquier ser humano, porque al final de cuentas eso es. Todos somos seres únicos y con experiencias únicas, semejantes, pero únicas, y que todos luchamos desde nuestra propia trinchera por la plenitud, la armonía y la felicidad.
Para los oriundos de Juchitán Oaxaca tener un hijo muxe es un tesoro
Lo que el lector encontrará, será un libro maravilloso, escrito a cuatro manos con un solo corazón, de la amistad que la une con Vallejo y que lo van a gozar increíble. Es un texto que lo puede leer cualquier persona que le tocará el corazón, porque está la voz de la madre, del padre, de los hijos, hablando de la aceptación de ese proceso. En este libro hay un relato titulado El positivo, es un himno, un homenaje a un amigo que Rayo quiere muchísimo, que es cero positivo, pues para ella era muy importante cerrar el libro que deje al lector con un mensaje alegre, de vida. El libro se titula Desde que abrí los ojos, porque cuando inició la investigación, y se le preguntaba a los entrevistados, desde cuando te consideras gay, siempre respondían “desde siempre.”
Rayo Guzmán considera que, en la mayoría de los casos, los homosexuales son los mejores hijos, son los que más cuidan a los papás, los que más están al pendiente de ellos. Para no ir tan lejos, en Oaxaca, tener un hijo así, es un regalo del cielo, pues para esta etnia, es que Dios te escogió para tener un hijo que te va a cuidar siempre. Por eso a los muxes (gays de Juchitán, Oaxaca) les hacen sus rituales, pues esos hijos son un tesoro, pero para mucha gente ignorante, no lo entienden. Cabe resaltar que Desde que abrí los ojos Historias que salen del arcoíris se presentó en la Feria Internacional del Libro (FIL).
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