Por Héctor Medina
Varalta
Mario Escobar ha dedicado su vida a la investigación
de los conflictos humanos, sus libros han sido traducidos a más de dos idiomas
con gran éxito de ventas en países como Estados Unidos, Brasil, China,
Argentina, México y Japón. Cabe destacar que en la presentación del libro lo
acompañó el periodista y locutor Alfonso Collignon, este último detalló la vida
de los personajes principales, ya que es descendiente de ellos. Por lo tanto, el
sábado pasado, ambos presentaron Nos
Prometieron la Gloria. La publicación de esta obra se debe a la causalidad,
resulta que Collignon hace algunos años estaba cubriendo el evento de la Feria
Internacional del Libro (FIL) Guadalajara conoció a Mario Escobar en la
presentación del libro La Canción de cuna
de Auschwitz que habla sobre el campo
de concentración de ese lugar y estuvieron conversando. Resulta que Collignon
le relató una anécdota a Escobar: el primero en una visita que realizó a Europa
su padre le manda unas fotografías para que se las entregue a unos compañeros
de él.
Ritter, soldado
alemán ejemplar
Collignon
se encontraba en Stuttgart, Alemania y tuvo que viajar hasta Hamburgo, cuando
le entrega las fotografías a uno de los compañeros de su padre, un hombre de
más de 1.90 de altura, fornido, de aproximadamente 60 años, de pronto estalla
en llanto. Ya más calmado, le explica a Alfonso que la foto que acababa de ver era
para la reunión que iban a tener la semana siguiente los ex compañeros de la
preparatoria, ese día los juntó el papá de Alfonso a Ernest y a Ritter (la
persona a quien le entregó la foto) y ahí se hicieron amigos y gracias al papá
de Alfonso, Ernest le salvó la vida a Riter en la guerra. Resulta que Ritter
estaba de soldado en Auschwitz, y cuando tomó Rusia a Auschwitz los detuvieron
y Ritter estaba de seguro sentenciado a la pena de muerte por haber trabajado
en ese campo de concentración, sin embargo, Ernest interviene habla de Ritter
muy bien en el juicio, gracias a esa actitud salió libre. Por consiguiente, Ritter
le debe la vida.
Narrativa en cinco
vertientes
Luego
en la dichosa comida, estaba el otro compañero y le cuenta su historia: “estoy
vivo porque estaba en Auschwitz en los campos para los hornos y llegó este
muchacho y me cambia a trabajos forzados y nos compartía de su comida, gracias
a eso me salvó la vida”. De esto hace tres años-relata Alfonso-. Luego fui con
mi primo Eduardo para que me pasara más información sobre la estancia de mi
papá en Alemania. De ahí surgió este maravillosos libro Nos Prometieron la Gloria en el que relata las peripecias de Mario
y Eduardo Collignon de la Peña, ambos finados. Ya metiéndonos a la historia
aparece Hanna, Ernest y Ritter, en la que se basa la historia, en la que Mario
Escobar la convirtió en una maravillosa novela. En este libro su narrativa la
hace en cinco vertientes, con cinco voces diferentes, que son los cinco
personajes principales y las va llevando desde las peripecias de Mario y luego
las de Eduardo, en seguida la parte maravillosa, por la amistad, y trágica por
la parte de Auschwitz. El libro contiene varias fotografías.
El libro estará en portugués
en septiembre
Mario
Escobar le puso a la novela esa parte del alma humana, que por supuesto, en
todas sus obras la pone, pero en esta le metió más sentimiento que oficio. Los
que ya leyeron el libro, habrán notado que los va llevando muy agusto con estos
cinco personajes. El autor comentó que, “es un momento especial, pues tanto Alfonso
como yo hemos soñado con la publicación
del libro, que empezó mucho antes que su escritura y, sobre todo, era
imprescindible que lo presentaran en la Ciudad de Guadalajara, lugar donde son
originarios sus protagonistas. Entre los presentes estuvieron familiares de la
familia Collignon; la novela se presentó primero en España, luego en Estados
Unidos y se acaba de presentar en la Feria del Libro en Lima, Perú y luego en
México. El libro también estará en portugués en septiembre.
La FIL, el cielo de
los escritores
La
historia de Eduardo y Mario, esa experiencia de vida, esa experiencia de
amistad pudieron reflejarse en un libro. “Cuando conocí a Alfonso no me pude
imaginar que me iba a hacer este
maravilloso regalo de esta historia increíble de su padre y de su tío. Por lo
tanto, para mí es un regalo. Por otra parte, me encontraba en la Feria
Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, era para mí un gran honor, ya que
para todos los escritores, la FIL Guadalajara es como el Cielo de los
Escritores, donde a todos nos gusta estar porque por instantes nos sentimos un
poco estrellas del rock, cosa que no es muy habitual, ya que, a diferencia de
algunos músicos, pocas veces o ninguna, conocen los rostros de los escritores.
La FIL Guadalajara es ese sitio especial, y no podía ni imaginar, que Alfonso
me iba a cambiar la vida, en ese sentido con esta novela. Incluso, había tenido
una reunión con mi editor una hora antes de conocer a Alfonso, comentándole de
otro libro muy distinto que iba a escribir para este año. Curiosamente, el
destino nos unió doblemente porque el tema que iba a tratar es una novela que
habla sobre Gilberto Bosques, cónsul mexicano en Francia que salvó a miles de
personas del Holocausto, gracias a su voluntad de ayudar tanto a judíos como a
republicanos españoles. Iba a escribir ese libro, pero por un hecho misterioso,
el destino no estaba para mí ese libro porque abordó ese tema una
escritora-destacó Escobar.
La mujer, parte
importante de esta novela
No
obstante, Mario Escobar se enamoró de la historia o anécdota de los amigos del
padre de Alfonso en cuanto este se la contó. Habló con sus editores y les
encantó la idea, a partir de ese momento estuvieron comunicándose durante todo
este tiempo. Escobar visitó Berlín, Múnich, visitando los sitios que Eduardo y
Mario recorrieron y fue muy emocionante pensar que muchísimos años antes, ellos
vivieron esa aventura increíble en aquellas ciudades. El autor subrayó que era imprescindible
que en la novela hubiera una mujer, por la edad en que algunos la hemos tenido
o que otros todavía la tienen, es una edad en la que es normal tener relaciones
amorosas y me extrañaba mucho, después de lo que Alfonso me había contado, que
Eduardo y Mario, nos las hubiesen tenido, sobre todo el último, que era el más
joven, pero sobre todo, que Mario no tuviera un amor por ahí de alguna alemana,
habiendo tantas rubias y el autor quería reflejar la visión femenina.
El Tercer Reich y las
mujeres
“Como
bien decía Alfonso, hay cinco voces, cinco narradores, que también tuve dudas
en cómo plantear la historia que describen sus experiencias de manera
cronológica en la novela; y quería que la voz de una mujer pudiera reflejarse.
Es muy importante para mí la voz de las mujeres. De hecho, en todas mis novelas
hay un protagonismo especial de las mujeres. Con la novela que Alfonso y yo nos
conocimos, es Canción de cuna de
Auschwitz; la trama central es el de una madre que acompaña a su familia al
terrible lugar de Auschwitz, porque hay una orden de Himmler de que todos los
gitanos tienen que ingresar a ese lugar. Como ella está casada con un gitano y
sus hijos son mestizos acaba en ese lugar, siendo primero una madre agobiada y angustiada,
que quiere salvar a sus hijos y después es la que va a crear una guardería para
proteger a todos los niños gitanos. De ahí surgió que Alfonso y yo nos conociéramos.
Nunca pensé que podíamos estar hoy aquí. Por eso cree el personaje de Hannah.
La situación de las mujeres en el Tercer Reich fue terrible, ese tema casi no
se aborda, si los aquí presentes han leído algunas novelas sobre esta temática
o han visto películas, verán que casi siempre los protagonistas son hombres.
Sumergiéndose en la
historia
“Como
que la mayoría considera que la guerra es cosa de hombres, pero por desgracia,
la guerra es más cosa de mujeres que de hombres, porque son ellas las que más
sufren las consecuencias de la guerra: maltratos, violaciones, pérdida de
hijos, pérdida del marido; muchas quedan desamparadas tras la guerra, y quería
que todo eso se reflejara en Hannah, el único personaje ficticio que hay en la
novela, es un personaje maravilloso, que en el fondo, crea esa tensión, ese
triángulo o casi un cuarteto amoroso, que a veces es necesario para que haya
ese suspense de qué va a pasar entre todos los personajes. Para mí ha sido un
gran placer ir describiendo cada uno de ellos. Para poder conocer la mentalidad
de unos jóvenes de los años 30 del siglo pasado, me tengo que sumergir en la
historia como si fuera un buzo y para aprovechar, sobre todo, el material
emocional: ¿qué siente un mexicano al llegar a Berlín en los años 30? ¿Cómo era
Berlín? ¿Cómo era el viaje?, pues basta imaginar lo que era un viaje en esa
década del siglo pasado por barco hasta Inglaterra, luego de Inglaterra a
Hamburgo, luego el viaje en tren, lo primero que se quejó el chico que era un
adolescente, era la comida, pues echaba de menos la comida que preparaba su
madre, que es lo normal en un adolescente.
Escobar, chef
literato
“El
libro es una mezcla de diarios que he leído de otras personas que relatan su
experiencia al llegar a Alemania, pues, por desgracia ya no tenemos a los
protagonistas para que nos la contaran en primera persona, así que también mezclé
la historia con recuerdos de mi adolescencia, cuáles eran mis inquietudes; uno
va uniendo todos los detalles para crear a los personajes u otras personas que
yo conocí. Hay una descripción de los tranvías; y hay una comparación con los
tranvías mexicanos y los tranvías alemanes. Esa comparación la hace un escritor
norteamericano cuando viaja a Berlín en los 1936 y yo la aprovecho porque
describe muy bien cómo eran los tranvías y leí a otro escritor cómo describía a
los tranvías mexicanos. Así fui construyendo toda la ambientación, porque
quiero, sobre todo es que cuando lean el libro se olviden de que hay letras y
páginas y empiecen a verlo, a sentirlo, no sólo con el pensamiento y con la
vista, incluso, a olerlo, que vean los alimentos que comían, los sitios que
estaban de moda, porque es la mejor parte de que nos sintamos como uno más de
la historia. Por esa razón, la idea de narrarlo en primera persona, cómo si los
protagonistas nos estuvieran contando a nosotros, cuando en realidad, Alfonso
me contó la historia.”
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