lunes, 22 de enero de 2018

Brandom Seale, presentó en la FIL, El inmortal vaquero Quigley


Por Héctor Medina Varalta


Alegre pero ambicioso, El Inmortal Cowboy Quigley relata las aventuras de un canalla de Texas enloquecido que se atreve a cruzar el Río Grande y enfrentarse a la tierra de los hombres malos: México. Quigley, como corresponde a cualquier héroe loco, está acompañado por su leal compañero, Chucho, quien lo acompaña en su Odisea a través de las aterradoras tierras del vecino del sur de Texas.Escrita en un estilo picaresco, la obra se desborda con el tipo de personajes pintorescos y encuentros humorísticos que con tanta frecuencia produce la frontera entre Texas y México. Esta novela de Brandon Seale desafía y entretiene. Es literatura que te hace reír y te hace reflexionar. Es, en resumen, un gran libro.

Un quijote en el siglo XXI
El vaquero Quigley se asemeja bastante a la obra de Cervantes, Don Quijote de la Mancha: “El vaquero Quigley se bajó de su camioneta y se adentró en la plaza de una ciudad mexicana de frontera de cuyo nombre no quiere acordarse. Hace varios años, Seale estuvo leyendo el Quijote y se puso a pensar quién sería Don Quijote hoy en día, dónde estaría, cómo sería, y llegó a la conclusión, basada en su experiencia, que sería un texano medio loco en la frontera. Por fortuna, como trabajo en la industria petrolera, conocí a muchos hombres así, quiero mucho a mis colegas, mis compañeros en la industria petrolera, pero sí, muchos están medio locos. De ahí fue muy fácil empezar a desarrollar a este protagonista, porque si pensamos en un quijote moderno, es5te estaría obsesionado con las redes sociales. De seguro, Don Quijote tendría su página en Facebook, Twitter, Instagram, entre otras.

Su acompañante Chucho López
El vaquero Quigley también está pensando en temas de la celebridad, de la fama de uno, pero también en el balance, que a veces no mantiene bien el vaquero Quigley, pues es alguien que está pensando en su fama y a la vez obsesionado con ella, pues es egoísta y empieza a impactar la vida de otros, inocentes, en algunos casos. El sentido del libro debe ser cómico y muy ligero, pero es un sentido de humor, más mexicano que norteamericano; tiene sus elementos, quizá más trágicos, mezclados con las partes más cómicas, pues Chucho López, su acompañante, es como el escudero, Sancho Panza de Cervantes. Cabe resaltar que tanto el vaquero como Chucho están basados en personas que el autor conoció, a Seale le gustó el nombre de Chucho porque suena como a Sancho y tiene unas similitudes que a él le gustan.

La locura del vaquero Quigley
Poniéndome en las botas del vaquero Quigley, él está motivado en las percepciones falsas que tiene de México, es decir, con ciertos prejuicios, eso es lo que lo motiva a tratar de hacerse héroe por medio de salvar a México de sí mismo; obviamente, es una locura. Ese es el antecedente de la serie de aventuras pícaras que suceden después. A decir vedad, Chucho es el protagonista más interesante, porque es obvio que el vaquero está medio loco, pero Chucho no, sin embargo va en línea con el vaquero, encantado, en algunos momentos por la magia de la locura del vaquero Quigley. Sin embargo, surgen la interrogante, de por qué algunas personas siguen a los locos, es una pregunta para todos, pues es una parte de los temas universales que se aborda muy bien en Don Quijote, pues una parte de nosotros tenemos envidia de los que están medio locos, por qué ellos pueden vivir así y nosotros no, pues nosotros pagamos impuestos, la luz, el agua, cambiamos pañales y cuidamos a los hijos y ellos no. Esa es la parte que nos ha fascinado durante varias épocas y varis culturas en este tipo de historias.

Un personaje medio loco
No obstante, en el dibujo de la portada, el vaquero Quigley tiene una mirada serena que transmite paz. Seale comenta que eso es lo complicado de este personaje: esta medio loco, no loco totalmente, porque también es muy competente y muy bueno en su trabajo, es parte de su carácter, es quizás lo que lo hace peligroso en algún sentido, pues los locos que no son competentes no hacen nada. Pero los locos que son competentes son otra cosa, pues hasta nos pueden encantar, esa es la parte de la pregunta que está en el libro: Por qué, a veces, nos encantan las personas medio locas, quizás vale la pena tratar de vivir un poco loco un poco, no todo el tiempo, algunas veces quizás, otras no. La historia tiene su propio ritmo, su propio momento y energía. Y cuando uno empieza a escribir un libro tú como autor no puedes controlarlo, tú no puedes impedirlo. La verdad es que no hay ningún mensaje atrás, es un intento de interpretar una historia muy clásica, la historia de Don Quijote de la Mancha, tiene un contexto moderno y también trata de entender este tipo de personas que de seguro conocemos en nuestras vidas. No obstante, el vaquero tiene sus momentos en que puede decirse que es bueno, pero no lo es, el vaquero es muy complicado, es peligroso para sus amigos y para quienes lo rodean, pero en cada instante tenemos que investigar la genialidad de este tipo de personas.

Día de Muertos
Por otra parte, tenemos a Chucho-chaparrito y algo obeso- quien es méxico-americano, que es más razonable, sus papás son mexicanos y ha vivido en Texas y habla español, pero no muy bien y tiene su contexto muy mexicano, por ejemplo, la historia se desarrolla en un Día de Muertos. No obstante, Chucho está un poco afuera de las dos culturas, quizás más representante de la zona de la frontera. Por el contrario, el vaquero quiere hacerles caricaturas a los mexicanos, ponerlos con el clásico zarape, sombreros y bandoleros como Pancho Villa, ya que él tiene esa imagen del país, pero no funciona; pero como es muy terco sigue insistiendo, esa es la parte del humor del libro: seguir insistiendo en hacer reales las caricaturas de los mexicanos. Por esa razón, la historia se desarrolla en un Día de Muertos, porque si se quiere tomar algo en que la cultura norteamericana y la cultura mexicana, tienen una diferencia muy grande, pues los gringos no hacen chistes con la muerte, pero en los mexicanos tienen otro sentido. Por dicha razón, Brandom quiso poner ese contraste en la cara del vaquero, pues a cada momento está viendo calaveras, Catrinas e imágenes de la santa muerte que lo ponen muy nervioso. Cuando esto sucede, se pone más loco y más bravo.

La santa muerte
Parte de mi chamba-agrega Brandom Seale-fue tratar de interpretar a Don Quijote de la Mancha de una manera más accesible, ya que en la actualidad casi no leemos obras clásicas como la de Cervantes. Por eso quise hacer algo más accesible, incluso es más breve que la primera parte del Quijote original, sin embargo, traté de ser muy visual tanto en mis palabras como en el estilo, ya que no pensamos como en el siglo XVII, pues pensamos de una manera más visual por el impacto del cine; también el vaquero Quigley lo tiene en cada momento en su “radar”: siempre está pensando en el cine y cómo va a aparecer él en la película de su vida. La santa muerte es una figura que confunde mucho al vaquero; a los norteamericanos en general no hay un concepto así, ni quiero tratar de describirlo porque es muy complicado, pero es un símbolo perfecto de lo que asusta al vaquero Quigley, pues se está dando cuenta de que él va a morir algún día.

Pablo Escobar
En cierto sentido el Quijote de Cervantes también trata eso. Por esa razón, el fin del Quijote es tan increíble, pues de vivir loco, muere cuerdo. Fue muy elegante esta vuelta que le da Cervantes. Respecto al vaquero Quigluey, puse a la santa muerte como símbolo de todo lo que él está luchando. Cuando cruza la frontera, él no entiende que le asusta, en algunos momentos inventa a los “bad men” u hombres malos como Pablo Escobar, nadie entiende porque está obsesionado con dicho personaje, después es un compañero con el que trabajaba, luego el símbolo de la santa muerte. La verdad es que no entiende bien qué le asusta, la lección es identificar qué es lo que nos asusta, sino lo sabemos no lo podremos enfrentar. En cierto modo, Chucho es más importante que el vaquero Quigley; mi petición a los lectores es que se enfoquen un poco más en él para tratar de entender  también sus motivaciones.

Un gringo muy mexicano
Este es el tercer libro que escribe nuestro entrevistado, dos en inglés y este en nuestro idioma. Está muy orgulloso de su obra, pues considera que la versión en español está mucho mejor que en inglés, pues el sentido del humor está basado en basado en el tiempo que Brandom vivió en México. Considera que los chistes van a aterrizar mejor en los lectores mexicanos. El libro tuvo mucho éxito en Estados Unidos, pero Brandom opina que tendrá más éxito en México, porque tienen la tradición de Cervantes y podrán apreciar más los detalles de Don Quijote y el humor de los prejuicios que lleva al vaquero Quigley a sus aventuras. Quiero pensar que va más en línea con el sentido del humor mexicano, pero también quise aprovechar el sentido del humor norteamericano. Como este vaquero viene de la cultura texana, no podía faltar La Batalla del Álamo, pues en su momento trata de recrear esta batalla tal como él la entendió, pero causa un tremendo desmadre, pues en su afán de convertirse en héroe, en realidad lo que causa es mucho daño. Por otra parte, escribo con humor mexicano para ayudarme a entender más la cultura mexicana y además me divierto muchísimo-finalizó.

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