jueves, 7 de diciembre de 2017

Laura Martínez- Belli, presentó Carlota, la emperatriz que murió de amor


Por Héctor Medina Varalta




Como cada año, la Editorial Planeta nos sorprende con obras tan selectas, como es el caso de este libro: 1863. Carlota, la emperatriz que murió de amor. Carlota toma las riendas de un Segundo Imperio que se desvanece por momentos y no descansará hasta lograr el apoyo de las fuerzas tradicionalistas de Europa, a pesar de que esto contradiga sus ideales. Sin embargo, es otra la carga que soporta su corazón. Su matrimonio es una farsa: Maximiliano la deja marchitarse poco a poco, sin dedicarle jamás un solo gesto de complicidad o pasión. Carlota rebelada contra la desdicha que trata de imponerse como su destino, se deja arrastrar por un amor desbocado hacia otro hombre sin prever las consecuencias. Constanza Murrieta, elegida entre todas sus damas como su confidente, es la púnica persona que conoce este oscuro secreto y, cuando decide jugar sus cartas a conveniencia, traicionará sin escrúpulos a Carlota participando en el plan para enajenarla, y tendrá en sus manos el futuro de la emperatriz y del Imperio.

La india bonita
La talentosa escritora, Laura Martínez-Belli, sostiene que existe la sospecha por los indicios que existen que, Maximiliano era bisexual u homosexual, de clóset, dirían ahora. Lo cierto es que tenía un amante en la corte que lo acompaño durante toda su vida. Lo conoció en Europa y cuando visita México vino con él; al pueblo no le agradó para nada este hombre. Es un hecho comprobado. Incluso, cuando iba a recorrer el territorio de México para conocerlo dejaba a Carlota y se iba con esa persona. Es muy probable que así fuera, pues no sería ni el primero ni el último. Existe la teoría de otros investigadores, en la cual plantean que Maximiliano sostenía relaciones sexuales con la esposa del jardinero. Esa fue la gran duda de Martínez- Belli, pues cuando empieza a revisar los documentos, se da cuenta,  que Maximiliano era homosexual. Pero su gran duda, era, cómo tuvo un hijo con la india bonita. No entendía qué había podido pasar para que rechazara tanto a Carlota y sostuviera relaciones íntimas con la india bonita siendo afeminado, no por el hecho de rechazar a Carlota, sino porque si no le gustaban las mujeres porque le gustó la otra.

Carlota apoyó a los indígenas
En la novela, Martínez- Belli maneja una hipótesis lógica, qué arrastra a Maximiliano a caer en las redes de la india bonita. Todos tienen sus razones. Lo que la escritora hace con sus personajes es intentar comprenderlos, ya que se pregunta: “¿qué pensarían?”, “¡qué sentirían?”, intenta comprenderlos casi como psicóloga. Por otra parte, Carlota hizo muchas reformas para beneficio de los indígenas, pues quería apoyar a los menesterosos. Basta imaginar a esa mujer que llega de Europa y se encuentra con estas disparidades que había en México y sigue habiendo, sobre todo, que las clases indígenas estaban al borde de la esclavitud. Carlota vio venir una revolución y pensó que no se podía tener a los indígenas en esas condiciones, los apoyó muchísimo y decretó leyes que a los conservadores no les gustaron en absoluto, porque ellos detentaban el poder y habían querido traer a alguien conservador y católico para que les apoyara en esas cosas. Acababa de ser la Guerra de Reforma y no tenían interés de que las a Leyes de Reforma progresaran. En pocas palabras, Maximiliano y Carlota eran grandes liberales de idea y concepto.

Maximiliano adopta a los nietos de Iturbide
La escritora opinó que si el imperio de Maximiliano y Carlota hubiesen sido los triunfadores, todo seguiría igual en México, pues cuando después vino el porfiriato, lo único que hizo fue afianzar y continuar con las ideas imperialistas solo que bajo el porfiriato. Pero las ideas de gobierno eran muy parecidas; realmente, el imperio fue un momento fundacional. El pecado de los emperadores fue que no eran mexicanos, pero las ideas que tenían después se echaron adelante. No fue algo que se truncó. A Maximiliano y Carlota si se les truncó la vida, pero sus ideas proliferaron de alguna manera, ya que era un cauce natural al que se iba a llegar. Pasando a otro asunto, cuando Maximiliano y Carlota llegan a México, una de las cosas que tienen por contrato, es que tienen, es que tienen que dar un heredero a la corona en tres años. Eso estaba firmado en un documento. Martínez- Belli se inquietó, pues si se tiene un documento firmado por compromiso, por qué Maximiliano no tiene un hijo con su mujer, un heredero al trono de su sangre. También por esa razón surge la teoría de que el monarca tenía sífilis y que la quería proteger evitando la intimidad con Carlota. Por motivos literarios a la escritora no le importaba si Maximiliano tenía sífilis o no, sino que fuera el rechazo de otra índole. No obstante, se pone a adoptar a los nietos de Iturbide llevándoselos a vivir a Chapultepec, sin importar que se los quitaron a la madre, después ella empieza a pelear por ellos para que se los regresaran. En fin, estos niños terminaron en Europa. Asimismo, había gente que  adoraba a Carlota, pero también había quienes la rechazaban.   

Carlota víctima de las murmuraciones
Después, Maximiliano encuentra a un niño indígena, recién nacido, lo adopta y le da su apellido con un nombre muy rimbombante, pero el niño muere a los pocos días de nacido. Todo esto se publicó en la prensa de la época. Tal vez por eso proliferó la teoría de que Carlota era estéril, ya que la gente creía que el bueno era él, que quiere adoptar niños y darles el cetro, pero ella se niega o no puede y la tildaban de estéril, cuando tuvo un hijo que fue bastardo y sobrevivió muchos años, pero la razón era otra. Una buena parte de México aceptó a los emperadores, otra parte colgó banderas tricolores, echaron flores a su paso, hicieron arcos de triunfo y otro tanto de los mexicanos los quiso fusilar. De hecho, si Carlota se hubiera quedado también la hubieran fusilado. El porcentaje de la población que estaba a favor de los emperadores no era fuerte, ni tampoco México se sostenía en ese momento por sus propios medios. Eso hiso que se retiraran las tropas de Napoleón.

Las damas de compañía empiezan a morir envenenadas
El subtítulo de la novela La emperatriz que enloqueció de amor, se debe a que enloquece de amor a México, amor a una idea, no necesariamente el amor hacia una persona. También es un subtítulo de la editorial, pues en la edición colombiana se publicó; Carlota, la princesa belga que reinó en América latina. Carlota creía que la iban a envenenar. Cuando ella empieza a ver que la gente que tenía a su alrededor muere en extrañas circunstancias, pues sus damas de compañía, que eran mujeres muy sanas, aparecían muertas de un día para otro. Ella se da cuenta que la querían matar y la que sigue es ella. Por lo tanto, Carlota empieza a tener paranoia, miedo, piensa que conviene estar más muerta que viva porque es un incordio para Napoleón y empieza por no comer. En la corte había cata venenos, desde hacía muchos siglos atrás, es decir había alguien que cataba la comida de los reyes antes de que ellos la probaran. Era una costumbre real de la que ella creció. Ella empieza a creer que la van a envenenar. De hecho, una de sus damas de compañía de confianza muere envenenada. Por esa razón, no quería probar nada a no ser que se preparara delante de ella y pasaba muchos periodos sin comer.

Carlota enloquece debido al estramonio de un espía juarista
De acuerdo a la historiadora e investigadora, cuando Carlota pasó a los aposentos del Papa, él estaba desayunando chocolate con pan y ella como tenía mucha hambre y como se encontraba embarazada, se desvaneció y lo que hizo fue meter los dedos a la taza de chocolate para subirse el azúcar. Obviamente, esta actitud era algo indecoroso para una princesa, ya tenía matices de locura, pues a ojos de los demás, se volvió loca, pero probablemente no estaba tan loca o respondía a otras razones o al menos así lo ha querido ver en su novela. Después parece ser que a Carlota la envenenaron, es decir, eran fundadas sus sospechas y la envenenaron con algo parecido al estramonio, que en pocas cantidades enloquece y en grandes dosis mata. Ese pudo ser el motivo de su locura, pues, Carlota era una mujer completamente sana, joven, cuerda, que acaba de dar a luz, estaba en la plenitud de sus 25 años, inteligente, que gobierna, hace leyes, y de repente empieza a enloquecer, sin motivo aparente. Se maneja la teoría de que probablemente fue envenenada por un espía juarista.

Carlota gobernaba mejor que Maximiliano
Por otra parte, el personaje de Constanza Murrieta es ficción; lo que sucede, es que los personajes anónimos le sirven a Laura Martínez- Belli para narrar la historia, ya que necesitaba un testigo que estuviera con la emperatriz para contar los momentos de intimidad; la ficción en esos momentos la ayudan para crear personajes que narren la historia, que son maravillosos para la trama. La trama comienza cuando Carlota de 26 años se va a Europa y que nunca más regresa.
Eso es lo que yo pretendo contarle a los lectores: ¿qué había pasado cuando ella se fue? Y cómo se fue volviendo loca, una mujer así-como ya se había mencionado-, tan sana, tan cuerda. Era una mujer adelantada a su época, fue una mujer muy moderna, que hoy sería una mujer común y corriente, poco intensa, a lo mejor, pero una mujer normal, moderna, con grandes dotes de mando, una líder nata y creo que hubiera encajado muy bien en el siglo XXI. Por desgracia, le tocó nacer antes y esa fue la desdicha de su vida. Ella estaba educada para reinar, educada en el deber ser. La cría su abuela, pues quedó huérfana a los 5 años de edad, era la menor de cinco hermanos, su hermano mayor era Leopoldo II, el que hizo barbaridades en el Congo Belga, quien pasó a la historia por ser un tirano y un salvaje. Por eso, hay que ver también el contexto, para ver dónde estaba ella parada. Leopoldo, además,  era un marido déspota, tirano, machista, misógino, que corrió a su propia mujer porque solo le dio hijas. Luego tiene un marido, que es tibio, sin pantalones, que no estaba hecho para el polvorín que le tocó llegar. Esto lo dicen todas las fuentes, por ejemplo, el Mariscal Bazaine decía: “El emperador se ausenta mucho de palacio, pero eso no importa demasiado, porque cuando pasa eso, gobierna Carlota y nos va mejor”-puntualizó nuestra hermosa entrevistada.

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