El Subdirector
de Extensión y Servicio de la
Universidad Autónoma Chapingo, Pedro Ponce Javana y los investigadores de la
UACh, Gerardo Noriega Altamirano y Humberto Castro García así como Flavio
Aragón Cuevas investigador del INIFAP, dieron un rotundo no a la siembra de
maíz transgénico pues ni México ni su población lo requieren como
insistentemente piden permisos para la siembra comercial de semillas
genéticamente modificadas las empresas
transnacionales Monsanto, Syngenta, Dow AgroScience y PHI, filial de Dupont.
Dio a conocer el Subdirector de Extensión y
Servicio de la UACh, que “hemos tratado de reunir a todos los investigadores
que trabajan maíz y les hemos pedido generen una propuesta de política pública
para la conservación, el rescate y la producción de los maíces nativos porque
necesitamos rescatar nuestra autosuficiencia alimentaria, no necesitamos los
transgénicos. Lo decimos desde nuestra universidad, conjuntamente con los
productores”.
Planteó Pedro Ponce Javana que el 22 de febrero
de 2018, fecha en la que se conmemoran 164 años de existencia de la Universidad
Autónoma Chapingo, se lleve a cabo un encuentro con representantes de las
diversas comunidades del país para el rescate de los maíces nativos y dar a
conocer una propuesta de Política Pública para el rescate y producción de maíz
nativo.
El investigador de la UACh, Gerardo Noriega
Altamirano indicó, en entrevista, que existen 2.9 millones de hectáreas en el
Sur – Sureste del país potenciales en las que se puede conservar el germoplasma
y aumentar la productividad.
En tanto, Humberto Castro García, también
investigador de la UACh, declaró en entrevista que debe existir una estrategia
nacional de mejoramiento genético y protección de la semilla nativa toda vez
que éstas existen en comunidades de poca accesibilidad como en laderas de la
sierra oaxaqueña.
Con respecto a la insistencia de las
trasnacionales que piden permisos para la siembra comercial de semillas
genéticamente modificadas y que un Juez Federal negó la petición, dijo “no
basta con prohibir el uso de maíz transgénico, es necesario un acompañamiento
con los productores para que la producción de maíz nativo eleve su potencial de
rendimiento que actualmente es un punto débil por la falta de un Programa de
Desarrollo Integral de nuestro maíz”.
Este trabajo, subrayó, se debe hacer en
coordinación con las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno,
instituciones académicas y productores para impulsar un Sistema Nacional de
Recursos Genéticos del maíz donde estén incluidos los custodios de este grano
junto con sus comunidades ya que hace falta ir por todos los nichos raciales de
las 62 razas que existen de maíz.
Los académicos de la UACh y el investigador del
INIFAP fueron entrevistados en la 7ª. Feria Estatal de la Agrobiodiversidad
“Conservación e intercambio de semillas nativas”, exposición donde los campesinos oaxaqueños muestran el
germoplasma de la milpa.
En ese escenario, el investigador Gerardo
Noriega Altamirano, adelantó que la propuesta de UACh de Política Pública para
el rescate y aumento en la producción de maíz, la Universidad Autónoma Chapingo
desarrolla ya una tecnología para mejorar los rendimientos de los maíces
nativos como una estrategia para la
conservación de las razas y maíces criollos mexicanos así como para fortalecer
la economía campesina, la que garantiza la alimentación y el empleo a las
familias de los campesinos pobres de México y ofrecer alimentos al mercado
interno.
“Chapingo, desarrolla ciencia y tecnología, así
cuenta con una propuesta tecnológica que incluye: diagnóstico de la fertilidad
de suelos; inoculación de bacterias promotores de crecimiento, micorrizas y
otros; aplicación de minerales no metálicos, materia orgánica y nutrientes;
energía de baja frecuencia; fertilización foliar con nutrientes, aminoácidos,
enzimas; manejo biológico de plagas y enfermedades”, explicó.
Gerardo Noriega Altamirano, profesor
–investigador de Chapingo, señaló que el
67% de los suelos oaxaqueños equivalentes a 5.2 millones de hectáreas
manifiestan algún nivel de acidez; 53% del recurso suelo tiene niveles bajos de
materia orgánica, lo que significa que en 4,9 millones de hectáreas se tiene
que restaurar dicho nivel de humus; en 80% de los suelos oaxaqueños urge
mejorar la capacidad de intercambio catiónico.
La economía campesina, de esos hombres que de
la milpa obtienen sus alimentos, su empleo, sus ingresos económicos, requiere
que se restaure la fertilidad física, química y biológica del suelo, eso
mejorará la productividad, generará excedentes que los campesinos podrán
comercializar y es una vía para perpetuar la conservación de la
agrobiodiversidad.
En entidades como Campeche, Chiapas, Guerrero,
Oaxaca, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán se siembran 2.94 millones de
hectáreas de maíz, donde el rendimiento medio de grano de maíz blanco es de 900
kilos por hectárea, comentó.
Con esta tecnología la restauración del
patrimonio suelo nos llevará a mejores rendimientos, perpetuar nuestra riqueza
genética, garantizar la seguridad alimentaria y reducir las importaciones actuales
de este grano básico, aseguró.
Ante ello, Gerardo Noriega Altamirano, dijo que
corresponde a los diferentes niveles de gobierno invertir: en la organización
campesina para la producción, que incluye la capacitación, la transferencia de
tecnología y la producción de insumos a bajo costo; impulsar el financiamiento
para la producción; promover la comercialización de los productos agrícolas
propios de México.
Flavio Aragón Cuevas, Investigador en Recursos
Genéticos del INIFAP en Oaxaca, afirmó que los tomadores de decisiones deben reconocer
la diversidad biológica que tenemos con los agricultores, pues en Oaxaca pueden
verse diferentes razas de maíz nativo, fríjol, calabaza que es importante
conservar y que tienen alta productividad y además calidad.
“Con la biodiversidad que tenemos de materiales
no es necesario de transgénicos, no necesitamos los transgénicos, con los
maíces nacionales que tenemos y en las 6 millones de hectáreas que existen en
el país si le metemos innovaciones tecnológicas al campo triplicamos la
producción sin necesidad de estar comprando maíces en el extranjero ya que
tenemos muchos maíces amarillos nativos en diferentes regiones y en caso todas
las razas de maíz”, destacó el investigador del INIFAP.
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