En México, la insuficiencia venosa crónica (IVC) tiene una incidencia de 70 % y se relaciona en un 90.4% con una actividad laboral mayoritariamente de pie.
Factores predisponentes, determinantes y agravantes, entre otros, son los de mayor riesgo para desarrollar IVC o várices
El Catalogo Maestro de Guías de Práctica Clínica de la Secretaría de Salud Federal, urge a unificar estos criterios para mejorar la calidad de la atención y disminuir la morbilidad ocasionada por IVC.
Ciudad de México, 18 de abril de 2017. Como parte de la campaña #RetoPiernasSaludables, Armstrong Laboratorios, a través de su terapia preventiva para Insuficiencia Venosa Crónica, Venastat, llevaron a cabo la firma del “Acuerdo Armstrong para Fortalecer los Esfuerzos de Cooperación en Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Insuficiencia Venosa Crónica”, con la participación del Dr. Luis Carlos Canto, angiólogo y autor de la Guía de Práctica Clínica: Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Insuficiencia Venosa Crónica, coordinado por el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC).
En ocasión del #Aniversario18 de #Venastat, se busca mover a la acción y promover la prevención de várices, principalmente a las mujeres mexicanas que, de no buscar y llevar a cabo un método integral de prevención adecuada, podrían llegar a ser limitante e incapacitante en material laboral, trayendo como consecuencia significativas repercusiones económicas y psicosociales.
En ese sentido, Cuauhtémoc Paredes, gerente senior línea OTC en Armstrong Laboratorios, dijo sentirse motivado al conmemorar 18 años de #Venastat en México, una noble terapia coadyuvante enfocada en que las mujeres no tengan que llegar a dolorosos procedimientos correctivos tras una IVC mal tratada. “En Armstrong, creemos firmemente en que la clave es la prevención, capacitación y educación, en donde, la adopción de un método integral puede hacer la diferencia entre vivir con limitaciones motrices y dolor en las piernas y desarrollarse plena y productivamente a lo largo de la vida”, comentó.
La insuficiencia venosa crónica (IVC), es una enfermedad en la cual las venas son disfuncionales para transportar la sangre unidireccionalmente hacia el corazón, con un flujo que se adapte a las necesidades de drenaje tisular, la regulación de la temperatura y la reserva hemodinámica, independientemente de su posición y actividad[1]. La patología es más común en mujeres que en varones, en proporción de 9:1, enfatizando su relación entre la bipedestación y la sedestación prolongada. La mayoría de los pacientes afectados consideran a la enfermedad sólo como una alteración estética, por lo que suelen no acudir a consulta médica[2].
En el año 2001, Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica, ubico a la insuficiencia venosa como la enfermedad número 14 en México, en la tabla de las principales causas de enfermedad a nivel nacional.
No obstante, en 2009 se llevó a cabo a través del Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC), el Catalogo Maestro de Guías de Práctica Clínica “Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Insuficiencia Venosa Crónica, México: Secretaria de Salud”, en un esfuerzo por estandarizar las acciones nacionales para:
- Establecer medidas de prevención de insuficiencia venosa crónica primaria en la población con factores de riesgo
- Precisar los criterios de referencia de pacientes con insuficiencia venosa crónica primaria del primer al segundo nivel de atención
- Adaptar y actualizar las recomendaciones de diagnóstico y tratamiento para los pacientes con insuficiencia venosa crónica primaria.
Lo que favorecerá la mejora en la efectividad, seguridad y calidad de la atención médica, contribuyendo de esta manera al bienestar de las personas y de las comunidades, que constituye el objetivo central y la razón de ser de los servicios de salud.
Al respecto, el Dr. Luis Carlos Canto Jonguitud, angiólogo y autor de la Guía de Práctica Clínica: Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Insuficiencia Venosa Crónica. Evidencias y Recomendaciones. Catálogo Maestro de Guías de Práctica Clínica: IMSS – 175 - 09, de CENETEC, precisó que, “La IVC es una enfermedad de evolución crónica, ocasiona un deterioro progresivo y significativo de la calidad de vida de los pacientes que la padecen, es causa también de sintomatología limitante e incapacidad laboral con importantes repercusiones económicas debido al número de bajas laborales e ingresos hospitalarios que genera”.
Estudios han mostrado que la incidencia de IVC se relaciona en un 90.4% con una actividad laboral mayoritariamente de pie. Se calcula que el 90% de una población puede padecer el síndrome de insuficiencia venosa en cualquier momento de la vida.
Factores de riesgo:
a) Predisponentes: historial familiar con antecedentes.
b) Determinantes: embarazos, donde el factor endócrino (progesterona y distensibilidad causante por sobrecarga gestacional), mecánico (aumento de volemia circulante y compresión que el útero grávido ejerce sobre la vena cava inferior) y el nutricional (aumento de peso que agrava la estasis circulatoria).
c) Agravantes: el sexo femenino es quién sufre la enfermedad con más intensidad relacionada obesidad.
d) Otros: estreñimiento, sedentarismo, la utilización de prendas que oprimen la base de las piernas o de la cintura y la exposición al calor.
Asimismo, el Dr. Canto informó, que ahora las várices pueden presentarse en promedio desde los 18 a 20 años de edad, principalmente por el estilo de vida actual de las y los mexicanos. Por otro lado, exhortó a la población a dejar de lado los mitos en torno a este padecimiento. “Se suele pensar que las várices o arañitas únicamente se presentan en adultos mayores, que es sólo un problema estético y demeritan la asistencia médica especializada. Lo ideal es optar por un método integral de prevención adecuada que evite llegar a la Enfermedad Venosa Crónica, la etapa más avanzada de la enfermedad”.
Un método integral de prevención adecuada para várices incluye medidas de alivio venoso[6]:
1.- Corregir obesidad
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2.- Realizar actividades físicas, especialmente natación y deambulación
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3.- Utilizar prendas y calzado cómodo y fresco, con tacón de menos de 3 cm de altura
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4.- Evitar el sedentarismo
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5.- Corregir el estreñimiento
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6.- Uso de terapias preventivas coadyuvantes como Castaño de Indias (Venastat®)
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Finalmente, los especialistas concluyeron que la insuficiencia venosa o várices, puede ser atacada desde muy temprana edad, siempre que sea a través de métodos preventivos y no correctivos. Por tal motivo, exhortaron a dejar de lado los mitos sobre este padecimiento y actuar a tiempo con medidas preventivas.
Puedes tener várices y no saberlo
¡No te acostumbres a vivir con ellas!
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