- El artista y director Artemio Narro juega con los roles de género en su ópera prima colmada de brutalidad y desenfreno
La violencia vive latente en todos los seres humanos. Sus detonantes, sus raíces y repercusiones probablemente no tengan una explicación única ni coherente. Me quedo contigo (2014), una ópera prima que ha cosechado reacciones radicales y por demás polémicas en su trayectoria por lo más diversos festivales internacionales, explora este tema partir de un inusual y brutal drama que no da cabida a la indiferencia.
En conferencia de prensa en la Cineteca Nacional, el también artista visual mexicano Artemio Narro habló acerca de la concepción y reflexiones de esta cinta, una producción independiente y su primera incursión en el cine, que llega a la sala 10 de la Cineteca a partir del próximo 13 de mayo.
La trama de Me quedo contigo parte con la historia de Natalia, una joven española que llega a la Ciudad de México para vivir con su novio. Mientras espera el regreso de éste de un compromiso de trabajo, ella decide aceptar la invitación de sus nuevas amigas mexicanas a pasar el fin de semana en una ciudad al norte del país. Entre juegos y excesos, se verán involucradas en una serie de eventos que desembocarán en actos de violencia irracional e irreversible.
Para el director era importante que la cámara fuera un testigo silencioso. Señaló que la idea fue mantener cierta lejanía con la acción y dar al espectador el espacio y la distancia para reflexionar: “La cámara no está para seguir a ninguno de los personajes sino para registrar las acciones, por eso los personajes entran y salen de cuadro sin que la cámara este forzada a seguirlos. La fotografía de ninguna manera esta ahí para generar artificios o forzar las situaciones y no es otro protagonista”.
De acuerdo con el artista, el desarrollo de este filme surgió de su inquietud por explorar desde el lenguaje cinematográfico los temas que siempre le han interesado y que han permeado su larga trayectoria como artista visual. La violencia, su origen y su irracionalidad, así como las estructuras del poder y los roles de género fueron esos elementos que definieron el guión que desarrolló junto a Antonio de la Rosa.
“La película se me ocurrió a partir de un proyecto de exposición en Ciudad Juárez donde 15 artistas hombres trabajamos en torno al tema de la violencia de género. Antonio de la Rosa y yo discutimos mucho sobre el tema de los feminicidios y sobre qué pasaría si hiciéramos una historia en la que se invierten los roles”, agregó.
Sin embargo, según señaló el director, Me quedo contigo no es una película que esté planteada para hacer un comentario sobre los feminicidios, más bien busca hablar sobre las estructuras de poder, planteando que el poder es violencia y el ejercicio de ambos se entrelazan: “Yo partí de la idea de que lo único que nos hace distintos como especia a los otros animales es nuestra constante búsqueda por el poder”, puntualizó.
Con el fin de tener la mayor libertad creativa, Narro optó por una producción totalmente independiente que fue financiada gracias al apoyo de más de 50 artistas del arte contemporáneo internacional pues, según compartió, “sabía qué historia quería contar así que decidí saltarme el proceso de conseguir los medios comunes y recurrí a amigos artistas que donaron cada uno obras propias que se subastaron para obtener los recursos”.
La cinta tuvo su estreno internacional durante la edición 44 del Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR) y ha recorrido decenas de festivales como el BAFICI de Argentina, el Festival de Cine de Horror de Estonia (HOFF) y el Festival de Cine Latino de Vancouver donde se hizo con el Premio del Jurado Joven.
A decir de Narro, las reacciones del público y la crítica en estos festivales siempre han sido controversiales. Definió a la vida que ha tenido la película como muy extraña pues fue aceptada en muy distintos festivales que van desde cine porno hasta cine queer, de horro ro festivales muy serios sobre cine de autor.
Agregó que en cualquier sede en que ha sido proyectada su cinta las reacciones han sido de lo más diversas, con gente escandalizada pidiendo reembolsos o muy divertida porque la ve como una comedia extrema. “Entre otras, cosas, para mí lo importante era construir un muro que golpeara al espectador, que no lo dejara indiferente y que se generara cierta discusión en torno a estos temas como la impunidad por ejemplo. En ese sentido la cinta ha cumplido bastante bien su cometido”, expresó.
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