lunes, 22 de febrero de 2016

Mujeres que dejan huella


Lorna Santín, una psicóloga que nos enseña qué son las emociones

Por Héctor Medina Varalta

Guadalajara, Jalisco, 22 de febrero de 2016. Muchas personas opinan que todos estamos neuróticos, o, para no caer en un error de generalización, acuerdan decir, que, cuando menos, la mayor parte de la humanidad padece de dicho mal. No obstante, si preguntamos en qué se basan para decirlo a quienes tan categóricamente sostienen tal afirmación, fácilmente advertiremos que no poseen criterios muy definidos para llegar a tal decisión. Posiblemente consideren aspectos como la propensión que uno tenga para complicarse la vida, para vivir insatisfecho, para crearse conflictos con uno mismo y con los demás. Por otro lado, con cierta frecuencia solemos decir o pensar que alguien está loco, simplemente porque difiere de nuestro punto de vista. Y aun cuando estos términos se utilizan a la ligera, cabe la siguiente pregunta: ¿Qué pautas distinguen a una persona equilibrada de otra que no lo está?

Lorna Santín refiere que, en lo particular Erik Fromm le encanta, por un tiempo era lo único que leía, recuerda que en uno de sus libros, él dice que lo que nos hace verdaderamente humanos es la esperanza. La autora estudió pedagogía y después estudió una maestría en psicología. Desde que estaba en la carrera, que su misión en la vida era transformar a México y luego me di cuenta de lo difícil que es, pues se encontró muros por todos lados. Precisamente, con uno de los muros con los que se encontró fue su propia insuficiencia; no le alcanzó el propio perfil para el objetivo que se hubo trazado. Para ella era muy importante educar a la familia, enseñarlas a tener hijos que cambiaran el mundo, que lo transformaran. “Cuando tuve a mis tres hijos me di cuenta de lo difícil que era, sobre todo, la segunda que nació, fue bastante difícil. Aquí en el libro también comento que, los especialistas afirman que hay aproximadamente un 15 por ciento de niños que son difíciles, y mi nena era una de ese porcentaje.

Las emociones y la creatividad

“En el libro Cambiando la adversidad en bienestar emocional comento que, cuando los padres de familia no recibimos la información adecuada la podemos “regar” muy fuerte y poder conducir a un niño que es desafiante y negativista como era mi nena, fue bastante difícil. Yo tenía a mi favor que soy pedagoga y que había entrado a psicoterapia muy jovencita. Por lo tanto, cuando tuve a mi nena, yo ya había avanzado un poco. Ahora me encanta que mis hijos me agradecen, pues me han dicho ‘que cómo los eduqué para ser como son´.

 “Eso es muy bonito. Es verdad que hay mucha adversidad en el mundo, pero cada uno de nosotros contribuimos con lo que somos para hacer un mundo mejor.

Para Lorna, su felicidad es la espiritualidad, es decir, la creencia en que somos más que esta naturaleza física. Erik Fromm decía que ‘formamos parte de la naturaleza, pero no le pertenecemos.’ A Fromm le gustaba mucho jugar con las palabras, él acostumbraba decir: ´te amo porque te necesito ‘a te necesito porque te amo. La primera frase, es de las personas inmaduras que necesitan de otro para poder vivir, en cambio el ‘te necesito porque te amo es porque me preocupa tanto tu felicidad, tu bienestar, tu crecimiento y casi somos uno, tú y yo’. Fromm hablaba de la esperanza y conversaba de la espiritualidad aunque era ateo; él no creía en un Dios, sin embargo era muy espiritual y era muy apasionado por regular nuestro propio comportamiento para poder dar un sentido a nuestra existencia contradictoria y es ahí donde metía ese juego que decía ‘porque formamos parte de la naturaleza pero no le pertenecemos, somos más que eso.

Trastornos del ánimo, del pensamiento y del comportamiento

De acuerdo a la autora, las personas que padecen depresión, ansiedad, obsesivas, tienen el perfil de un buen escritor. Tenemos el caso de Temple Grandin, ella es autista de nacionalidad estadounidense- ha dedicado su vida a buscar un tarto humanitario para los animales, y su afinidad con ellos es más visceral que intelectual.- .Santín la ha escuchado dando conferencias por Internet, Grandin dice que ‘necesitamos todos los cerebros en este mundo, pues asegura ‘que sin los autistas no tendríamos tecnología; sin los depresivos no tendríamos arte, ni buenas películas, ni buena literatura.’ En este libro hablo del enfoque psiquiátrico. El psiquiatra de lo que se ocupa es de los trastornos del ánimo, del pensamiento y del comportamiento, a diferencia de un neurólogo, que ve trastornos del lenguaje como las afasias, problemas de percepción. Por ejemplo, el trastorno explosivo, la tricotilomanía- las personas que se arrancan el cabello, este trastorno es tremendo, pues se dejan bolas de pelo en el cuero cabelludo; la prosopagnosia- algunas personas no reconocen los rostros, este trastorno lo padece el actor Brad Pitt y es también un trastorno de la percepción, depresión, el trastorno bipolar trastornos de control de impulsos, la cleptomanía, la piromanía, y otro aspecto que ven los neurólogos son los trastornos del movimiento como el mal de Parkinson. En cambio, el psicólogo trata problemas emocionales, de adaptación, problemas que cotidianamente no puede uno afrontar con tranquilidad, pero no es médico y no puede recetar fármacos.

Esquizofrenia

Lorna Santín tiene un hermano que padece esquizofrenia, desde su juventud le interesó mucho poder ayudarlo porque era el hermano más cercano a mí; somos siete hermanos, yo soy la tercera, él es el cuarto y desde que éramos niños somos muy unidos. En aquel entonces él no estaba enfermo, pues está enfermedad se le disparó en la adolescencia tardía porque hay un crecimiento abrupto del cerebro en la adolescencia. Por ejemplo, hay que imaginar a una planta que está en una maceta y de pronto sus raíces y de pronto sus raíces empiezan a crecer tanto que rompe la maceta, así es como Lorna Santín lo ve en comparación con el cerebro del adolescente que enferma. Digamos que el estrés al que se enfrentaba cuando era niño lo pudo manejar con el cerebro que tenía, pero los estresores van cambiando, por ejemplo, desde un niño que pasa la secundaria, ya no tiene un maestro de grupo, tiene uno diferente por cada materia, tiene que empezar a capotear los estilos de enseñanza de cada maestro; vienen demandas en casa porque ya no es dependiente como cuando era pequeño, de pronto se le exigen tareas de las cuales no está capacitado y el cerebro no da y se le “truena”.

Entre el 25 y 30 por ciento de la población padece un trastorno mental

En el caso del hermano de Lorna, se le declaró la esquizofrenia por diagnóstico, por un estudio que se le realizó a la edad de 23 años, pero dicen los especialistas que desde diez años antes el cerebro ya muestra cambios. Lo que sucede es que la medicina no se ha dedica a estudiar el cerebro de esa manera. Por un decir, si un paciente coronario y no se trata nada hasta que tiene un infarto. Si esta persona hubiese cuidado su alimentación, no subir de peso, hacer ejercicio, tener un estilo de vida tranquilo, aprender a manejar el estrés, toda una serie de medidas que debe uno tomar. Eso en la medicina se hace y la persona está en tratamiento antes que le dé un infarto. En cambio con los problemas mentales, puede ser la cultura y la falta de presupuesto porque del porcentaje de dinero que se destina a la salud, únicamente el dos por ciento se destina a la salud mental; los problemas de salud mental son abundantes, son comunes, severos, son globales, atacan aproximadamente entre el 25 y 30 por ciento de la población. Por otra parte, en octubre 10, del año pasado, Día de la Salud Mental, la psicóloga compartió que asistió al evento en el Hospital Ramón de la Fuente, que es un instituto de investigación y tratamiento de enfermedades psiquiátricas, ellos considera que hasta un 36 por ciento de mexicanos padecen trastornos mentales. Lo que sucede, es que cuando uno escucha trastorno mental la mayoría piensa en gente del manicomio y muchas personas con trastorno mental están en las calles, en las empresas, en las familias, y por esto los adolescentes ya no creen en el amor, ya que uno les habla de los sentimientos, del amor de pareja, de la importancia del amor de pareja, se mueren de la risa, porque lo único que han “vivido” del supuesto amor, muchas veces es un infierno, pues ven a sus padres agredirse, la violencia que hay entre padres e hijos.


Fortaleciendo la amígdala del niño

“En el libro-puntualizó- abordo los trastornos de la personalidad. Así mismo, nosotros podemos ver la salud como un continuo, es decir, que una persona esté sana o enferma, así como blanco y negro, como que todos estamos medio enfermos y medio sanos. A mí me gusta hablar de un continuo que va de un cero a un cien. Del cero al cien en dónde me situó yo. Imagínate si me hiciera mis pruebas psicológicas y el evaluador me dijese: ‘estás en un setenta por ciento de salud mental’. No estoy en un cien ni en un cero, tal vez quiera decir que mi seguridad emocional se tambalea cuando tengo un problema que enfrentar, si me entrevistan, a la mejor mi autoestima se desequilibra un poco, pero entre más sana sea yo, más puedo estabilizar mi seguridad emocional con una fortaleza que he construido, con una fortaleza que construí que tiene que ver con mi autoestima. Ésta se desarrolló porque en mi infancia fueron satisfechas mis necesidades físicas y emocionales, pero en el libro explico que, ‘un 35 por ciento de niños en el mundo, no cuentan ni han contado con papás’; necesitamos del apoyo de los padres porque cuando somos niños nos aterramos muy fácilmente. El único nieto que tengo tiene 2 años y cuando prenden la licuadora se pone a llorar. Para evitar estas situaciones, tenemos que fortalecer su amígdala, que es una estructura del cerebro medio, que su móvil es el miedo. Cuando un niño pequeño escucha un ruido estruendoso, él lo considera una amenaza, se sobresalta, se aterra y llora. Sin embargo, hay niños mañositos, porque ven que si llora llaman la atención del adulto. Esa contención, protección que le damos los adultos, el niño se va fortaleciendo, pero si la mamá o el papá están estresados, si están de mal humor, si se encuentran deprimidos, cómo le van a dar contención al niño. Lo que quieren es que el niño se calle porque con su llanto les encrespan los nervios. Por lo tanto, tienen que trabajar sobre su propia regulación emocional para que estén tranquilos para que cuando el niño llore no caigan en el chantaje, pero tampoco sean tan indiferentes y no le hagan caso. De esa contención, los niños van fortaleciendo su autoestima y van aprendiendo a manejar su frustración.

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