- En múltiples escenas de su filmografía algo refiere a un cuestionamiento sobre lo moral, deshonesto, convencional o perturbador: Alberto Cabañas
Desde las coreografías de cabaret hasta los planos que hacían lucir los cuerpos de sus actrices, todos los recursos expresivos en la obra de Alberto Gout se subordinaban a un tratamiento moral, aseguró Alberto Cabañas durante la charla “La forma plástica del cine de Alberto Gout”, que se llevó a cabo este 12 de enero en la Sala 4, Arcady Boytler.
Organizada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional, la ponencia del doctor en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM giró en torno a los desafíos éticos que aparecen en lo que se conoce como el periodo “alemanista” del director mexicano, al que el expositor calificó como desafiante y transgresor.
“En múltiples escenas de la filmografía del Tito (como también le llamaban a Gout sus amigos) en alguna imagen, el algún momento, en alguna acción física o personaje, algo refiere a un cuestionamiento sobre lo moral, lo inmoral, sobre lo honesto y lo deshonesto, sobre lo convencional o lo perturbador”, comentó.
Una figura importante que servía como catalizador de estos dilemas sociales era “la mujer fatal mexicana”, que, al igual que su tipo análogo en el film noir, seducía al protagonista masculino y lo llevaba a la destrucción de su esquema de valores y a la desgracia pública o familiar. La mujer era, por lo tanto, una amenaza para la masculinidad.
El “erotismo oscuro y malévolo” femenino era acentuado a través del cuerpo. Las películas de Gout fueron duramente censuradas y criticadas por la manera en que se atrevía a encuadrar los muslos, las piernas y el busto de las bailarinas durante las escenas de rumba y de cabaret.
En un breve esbozo biográfico, Cabañas identificó el exilio de la familia Gout a Los Ángeles durante la juventud del director, consecuencia de su afiliación política huertista, como su primer acercamiento al cine de Hollywood y detonador de su carrera.
Sin embargo, antes de dedicarse a la dirección cinematográfica, trabajó como maquillista en varias producciones mexicanas, de las que destacan La llorona (Ramón Peón, 1933), La mujer del puerto (Arcady Boytler y Raphael J. Sevilla, 1934), Corazón bandolero (Raphael J. Sevilla, 1934) y Noches de gloria (Rolando Aguilar, 1938).
Ya en su etapa de realizador, en plena etapa del cine de añoranza porfiriana (caracterizada por la rigidez de su estructura moral), Gout se aventuró a realizar una escena puramente erótica en Café Concordia (1939); la primera en su filmografía y una imagen que anticipa el corte sensual de su obra posterior.
La exposición de Alberto Cabañas fue ilustrada con fragmentos de las dos películas más reconocidas de la carrera del cineasta: Aventurera (1950) y Sensualidad (1951); ambas protagonizadas por una de sus musas, la bailarina cubana Ninón Sevilla.
Las Charlas de cine del Centro de Documentación continuarán el martes 19 de enero a las 18:00 horas con la conferencia de Bernd Hausberger, “Apuntes sobre un género impertinente: el western italiano”, acerca de la corriente europea que revitalizó el cine de vaqueros durante los setentas: el spaghetti western.
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