Guadalajara, México, diciembre de 2016. En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL), la escritora Ángeles González Gamio presentó: La ciudad que me habita. Crónicas amorosas de la Ciudad de México. La autora es cronista de la Ciudad de México y desde hace 25 años escribe todos los domingos en el periódico La Jornada; González Gamio, escribe sobre sus plazas, sus edificios, sus museos, sus monumentos, y escribe lo que eran en el pasado y lo que son en la actualidad, y siempre termina haciendo una recomendación gastronómica en un lugar cercano del que González Gamio describe. Es una especie de guía cultural, pues si uno va de visita a la Ciudad de México y visita la Catedral y luego nos enteramos que a dos cuadras hay un restaurante hindú en donde se come muy sabroso y si visitamos la Alameda podemos enterarnos que es el parque más antiguo de América, quién lo hizo, las culturas que han pasado ahí, y que a un lado de la Alameda hay un restaurante fantástico.
Nada se escapa a los ojos de la maestra
En el libro, la cronista escribe sobre el Castillo de Chapultepec, Xochimilco, El Peñón de los Baños, Las primeras sinagogas, Tacubaya en la cultura, El primer cronista de la ciudad, La Candelaria en Tacubaya, La colonia Santa María, El barrio de San Rafael, entre otros sitios.
Ángeles González refiere que tiene cerca de mil 500 crónicas en 25 años que tiene escribiendo. Además, este es el tercer libro que ha escrito acerca de crónicas, estas van de 2002 a 2012, también tiene de 1992 a 2006 y viene otro muy pronto, que es de 2012 a 2016.
En la presentación del libro, estuvieron presentes, además de la autora, Miguel ángel Porrúa y José María Muriá. Este segundo habló sobre las virtudes de la Gran Metrópoli: en el centro de la Ciudad de México hay una riqueza arquitectónica inconmensurable, una parte de la cual hace todo lo posible por esconderse a los ojos del visitante, pero no se escapa a los ojos de la maestra Ángeles González Gamio, quien hace de este libro una guía, pues ofrece una dinámica de la Ciudad de México, muy objetivamente.
Excelente investigadora
Muriá destacó que casi todos los artículos del libro son a favor y dejan un gran sabor de boca, ya que le impresionó la capacidad que tiene para darle vida a los lugares que González Gamio les da. Los textos hablan de un lugar, de una cosa de una manera exquisita y termina haciendo referencia de un lugar donde comer en las inmediaciones de ese sitio; de manera que se convierte en una espléndida guía gastronómica. En todos los platillos y en todos lugares donde hace mención, son sitios que no sólo conoce, sino que conocen a la maestra muy bien. De tal manera que da el tip de cómo se llama el cocinero, de qué es lo que le conviene al turista comer ahí, dependiendo de la hora. Y que quede muy claro, que el gourmet no piense de ella como de una persona de una cultura afrancesada, es uno de los paladares más mexicanos y mexicanistas. Su persecución va de cantina en cantina, además, ella es muy buena para el tequila como ella sola. Ese es uno de los motivos de coincidencia que tienen José María Muriá y Ángeles González Gamio.
Estructura coherente y muy nutritiva
Además en cada cantina sabe cuál es botana, cuál es el mejor platillo para escoger, pues ya los ha probado, pero también conoce, como Don Juan Tenorio, en aquel turismo social, ya que ella visita de la manera más modesta los lugares más chic, con la condición de que tengan algo que ver con la bebida, casi sin excepción. También hace mención de los platillos que cada año hay en esos lugares, es decir, no se trata de un libro aburrido, tiene el encanto de un conocimiento muy sólido de la Historia de la Ciudad de México. Muy poca gente conoce la historia de la Capital, sobre todo, del Centro de la Capital como la maestra González Gamio, de tal modo, que de una manera sencilla y casi romántica da una explicación de las cosas; las cosas están ahí. Después de leer el capítulo correspondiente, no sólo sabe que están ahí y que las construyó fulano de tal, sino por qué están ahí. También valer la pena, en su conjunto, considerar que hay que leer todo el libro, pues esta obra nos ofrece una estructura coherente y muy nutritiva de lo que es la Ciudad de México, en su parte y médula. Finalmente, si la lectura es gozo, este libro la ofrece. Es decir, goza uno tanto leyéndolo, y sobre todo, como ella gozó escribiéndolo.
Lluvia de museos
Esta entrañable Ciudad de México no deja de sorprendernos. Ya era una de las que tienen más museos en el mundo, y resulta que en los meses siguientes han surgido tres nuevos. Ya hablamos del Museo del Objeto y hace unas semanas abrió sus puertas al público el Museo Soumaya. Impactante estructura metálica que resguarda la colección de arte de Carlos Slim, del que hablaremos en próxima crónica. El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se inauguró el museo dedicado a las que conformamos más de la mitad de la población mexicana, según nos informa el censo pasado. Desde hace años era un sueño de la historiadora Patricia Galeana, quien dirige la Federación Mexicana de Universitarias (Femu). Finalmente logró que la UNAM le cediera la casona del siglo XIX, que albergó por muchos años la primera imprenta universitaria, situada en la calle República de Bolivia 17, en el corazón del Centro Histórico. Así nació tras una intensa remodelación, el Museo de la Mujer, primero en nuestro país-destaca en el libro de González Gamio.