Segunda parte
By Héctor Medina Varalta
En el libro
Transfórmate y vive en equilibrio, Rebeca Solano habla, los trastornos de la conducta alimentaria porque son enfermedades que son mortales y que están al día y que si les informamos a la gente puede salvarse. Empezamos con esa historia y después, la autora empieza a hablar de una desintoxicación del organismo con inteligencia, qué debemos de comer, habla también de la limpieza del colon, del hígado y de la vesícula, expulsar piedras que normalmente no salen en los aparatos de última tecnología; las podemos tener en la vesícula y con una desintoxicación a base de jugo de manzana para poder hacer un ácido málico y dentro de nuestro organismo pueden ir saliendo las piedritas y hacemos un resert o reinicio. Por lo tanto, cuando se hace ese reinicio y se empieza a limpiar toda la historia emocional, Solano recomienda hacer una limpieza de colon y de vesícula y de riñón para poder, en un momento dado, empezar con una alimentación saludable, recibir nutrientes y que la sangre se limpie y que sea la mejor que pueda viajar por los órganos, pues todo lo que sale del riñón, que son aproximadamente 2 mil litros transitando por nuestro hígado constantemente con todo lo que hemos comido contienen demasiadas toxinas, y al momento que se empieza a hacer una limpieza, todo lo que va generando el hígado y los otros órganos es más limpio y hay menos riesgo de padecer enfermedades. Ese es el objetivo de este libro: no es adelgazar, no es una dieta, es pensar y valorar lo que es tener salud.
El estrés bloquea
La escritora sugiere algún tipo de alimentación, no es totalmente ortodoxo para cambiar la dieta de un día para otro porque, a su juicio, no cree en el equilibro, pues considera que podemos comer comida viva como los vegetales, las verduras, la fruta, las semillas, germinado como el trébol, la alfalfa, brócoli y leches vegetales para tener todos los nutrientes, y se puede consumir proteínas como la carne de res, entre otras. Cuando la persona empieza a notar, si va a una fiesta o reunión, la disfruta y no pasa nada. Sin embargo, cuando la persona llega a su casa, empieza de nuevo a su vida natural y vida sana, y no consumir todo lo que ofrece la industria alimentaria que tanto ha perjudicado a la humanidad, pues eso nos ha llevado a tantas enfermedades. Aunque es perfecto nuestro organismo, es perfecto para digerir todo lo que es natural. Nuestro cuerpo es similar a un automóvil, si no le ponemos gasolina o diesel, se va a descomponer, ya que se le tiene que poner el alimento que realmente necesita.
Lo que sucede, es que la industria alimentaria ha hecho maravilla y adelantos que no son completamente sanos. Asimismo, el estrés bloquea para que no siga nuestro proceso de adelgazar y seguir adelante. En pocas palabras, nos deja congelados.
En el principio del libro hay unos ejercicios para poder liberarse del estrés, de perdonar y apreciarse uno mismo más, no es que se nos quite totalmente el estrés, sin embargo, si no sabemos meditar no pasa nada; con que nos demos unos minutos para estar en paz empezamos a relajarnos.
El libro es ideal para personas enfermas
Rebeca Solano recomienda los aceites esenciales. La escritora tiene diez años que no toma medicamentos alópatas, además, su alimentación es completamente sana. Algunas veces, si le invitan una torta ahogada, se la come con mucho gusto, pero tal vez sólo se va a comer la mitad, ensalada y beber más agua. Además, ya sabe que su estómago se va a inflamar y que le van a dar deseos de dormir, pero va a disfrutar una amena conversación con la persona que la invitó, pues es muy importante convivir con la gente que uno quiere. Solano está segura que quienes más van a disfrutar la lectura y se va a beneficiar de este libro, son las personas que padecen alguna enfermedad: obesidad mórbida, mal de Parkinson, Alzheimer, cáncer, entre otras enfermedades, ya que se van a dar cuenta de lo importante que es incluir este tipo de alimentación e ir desechando los costales de cemento de sobrepeso emocional para liberarse de ese lastre y alcanzar una calidad de vida.
Yo no aseguro que van a curarse, no soy Dios, ni es magia ni tampoco descubro el hilo negro, solo comparto lo que he experimentado a lo largo de doce años. Creo que es maravilloso para todos, pues cualquier persona puede leer el libro puede ser beneficiado pero, sobre todo, cuando tenemos a alguien que amamos que tenga alguna complicación de salud, estoy segura que van a abrir los ojos, porque cuando alguien se encuentra enfermo y está en el hospital o lo tienen en su casa y no comen natural, es decir, le dan un sándwich de pechuga de pavo light sin sal o un huevo con jamón, tacos de carne sin tanta grasa. Por supuesto, a la familia del enfermo le da gusto que tenga hambre pues ya están del otro lado. Sin embargo, cuando se le da este tipo de alimentación al enfermo, éste gasta mucha energía en digerir ese alimento, tres, cuatro, cinco o seis horas.
Comida sana
Nuestra entrevistada citó que, el pulpo tarda 36 horas en digerirse, hay que masticarlo como papilla para que realmente se pueda digerir. Realmente, no lo masticamos como papilla, pues apenas lo saboreamos y masticamos un poco y va para adentro. Por lo tanto, la masticación es muy importante, además, cuando la gente se enferma, hay que comer más vegetales, más semillas, más germinados: brócoli, alfalfa y trébol, el pasto de trigo y jugos naturales al cien por ciento, ya que contienen demasiados aminoácidos, además, manzana verde, muy poca piña ya que tiene demasiada azúcar. Con este tipo de alimentación, el cuerpo no va a tardar en digerirlo, en una hora ya está listo. Una sopa de este tipo que no está cocida, porque los alimentos cocidos pierden las enzimas y los nutrientes. Cuando así lo hacemos, en un dos por tres está uno listo, y todas las horas que tenemos de recuperación o descanso, son justo para eso: para regenerar tejidos y células y que la salud llegue a nuestras vidas. De lo contrario, cuando uno se enferma, nos acostamos y de buena voluntad, los parientes nos llevan un sándwich y hasta un refresco de cola, todo esto quita energía para recuperarse. Sin embargo, si nos dan o damos un poco de agua con limón o un té de jengibre para que agilice el metabolismo, un jugo verde o una sopa verde, es muchísimo mejor.
La posición ideal cuando vamos al baño
La talentosa y atractiva escritora nos comentó que estuvo en una televisora en un programa de cocina, una vez hizo una sopa verde con chile poblano crudo sin semillas, leche de nuez de la India remojada por doce horas, le quitó el agua, la licuó, le puso el chile, cúrcuma, pimienta, un poco de sal, un chorrito de jengibre rallado para que le diera sabor, licuó todos los ingredientes y estuvo lista la sopa. Es una receta deliciosa. El agua tiene que ser tibia, pues si se calienta, pierde las enzimas y los nutrientes. Rebeca mencionó que también se puede hacer sopa de calabaza, chiles morrones, espárragos, sólo se le quita la última parte del espárrago o la tercera parte de la raíz. Por lo general, generamos enzimas, sin ellas nos enfermamos, no se forman los tejidos, no podríamos digerir, ni tendríamos vida. Por lo tanto, cuando degustamos comida natural estamos generando enzimas y es la parte donde generamos la curación, es decir, tenemos las suficientes enzimas para digerir y es la parte donde empieza la curación total, ya que tenemos las suficientes enzimas para curarnos. Es increíble, pero comiendo los alimentos naturales sin tanta cocción o sin cocer. Rebeca también subrayó que la mejor posición para ir al baño (defecar) que la mejor posición es a los 35 grados, ya que si nos sentamos como normalmente lo hacemos, el colon, por un decir, se atora y uno tiene que pujar para que salga aquello, pues si uno se coloca de cuclillas es la mejor forma de evacuar, solo tenemos que poner un banquito, subimos los pies en él en forma de V invertida y es todo.
Limpiando el colon
También señaló como escribió Hipócrates: Las enfermedades empiezan en el intestino, ya que no hay ninguna que no se genere ahí. Por dicha razón hace hincapié de la importancia de cuidar el colon y el intestino y evacuar correctamente.
Rebeca refirió que, en el libro explica paso a paso cómo hacer un enema en casa o hacer un colónico, ya que cuando el intestino está lleno de mucus porque comimos queso o derivados de leche, se llena de esta membrana o mucosidad, pues cuando llega la comida ésta no pasa, pasan puros contaminantes o toxinas, por eso la gente se enferma. Lo que tenemos que hacer es limpiar el colon, comer demasiada fibra para que el colon esté activo y no se vaya todo y que no se pierda la flora intestinal y comer fermentados. En el libro, la hermosa escritora señala en el libro cómo preparar fermentados ya que son muy indispensables, sin embargo, la mayoría de las personas no les pone mucha atención-puntualizó.