by Alberto Esteves Arreola
by ALBERTO ESTEVES ARREOLA
Anuncian y lo predice Klissania, clarividente, super efectiva, que vienen temblores para los países que se encuentran en el Cinturón de Fuego entre ellos México. Estén atentos y hagan caso de esta información no se asusten, solo prepárense por si acaso es fuerte.
El Cinturón de Fuego se confirma así: En la zona montañosa del oeste de estos países, Argentina, Chile, Perú
Luego dobla a la altura de las islas Aleutianas y baja por las costas e islas de Rusia, Japón, Taiwán, Filip
El lecho del océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas que están en permanente fricción y por ende, acumulan tensión. Cuando esa tensión se libera, origina terremotos en los países del cinturón. Además, la zona concentra actividad volcánica constante. En esta zona las placas de la corteza terrestre se hunden a gran velocidad (varios centímetros por año) y a la vez acumulan enormes tensiones que deben liberarse en forma de sismo atentos.
Es un tema incómodo pero inevitable.
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El tema de la muerte es inevitable entre padres e hijos y el reto es evitar la creación de un tabú cuando se tiene hijos en edad preescolar y primaria. "La explicación dependerá de la edad de los menores, además de la forma en que los padres conciben a la muerte. Esto basado en su cultura, su religión o los sentimientos que evoca. Hay que tomar en cuenta que el significado de la muerte aunque sea de manera vaga, ya está inculcado en los niños cuando hacen la pregunta, principalmente por los medios de comunicación que aluden a ella y porque finalmente siempre están atentos a las conversaciones de los adultos, sobre todo en estos momentos que apenas nos estamos recuperando después de los terremotos", dijo la Dra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI).
Es que la muerte está presente siempre: en los cuentos infantiles - tema primordial en ellos - en las caricaturas, en los noticieros y en sí, es parte de la vida cotidiana. "En términos generales los niños tienen su primer contacto con el concepto de muerte por los programas televisión (caricaturas, películas, noticieros y ahora videojuegos), seguido de las conversaciones de sus padres, la religión y finalmente por una experiencia directa, es decir que pierden a un ser querido, que puede ser incluso una mascota", dijo.
"A partir de los tres años los niños comienzan a crearse un entendimiento de la muerte, pero como algo temporal, no irremediable. Después de los cinco y hasta los ocho años se dan cuenta de que la muerte es irreversible y de que todos acabaremos muriendo algún día. Después de los 10 años conciben la muerte como una cita ineludible. Están plenamente conscientes de ello", sostuvo la especialista.
Explicó que las preguntas más frecuentes son: ¿Qué pasa cuando uno se muere? ¿Te vas a morir algún día?, ¿Yo me voy a morir pronto? o en su defecto, "no quiere que seas viejo nunca - porque los viejos se mueren pronto -". "Cuando son preescolares hay que tranquilizarlos e infundirles seguridad. Abordar el tema con honestidad y decirle, 'sí, algún día moriré pero falta mucho para ello'. Los niños necesitan ese tipo de respuesta y no de explicaciones más profundas", mencionó Sotelo Arias.
Para concluir, la psicóloga manifestó que las fiestas como el Día de Muertos tienen la finalidad de reducir la angustia por la muerte y al mismo tiempo hacer conciencia de que algún día llegará a nuestra vida. No obstante para los casos más complicados lo aconsejable es recibir acompañamiento psicológico para poder solucionar el duelo en los niños y CEEPI dispone de estos servicios: www.ceepi.mx o Face
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A pesar de que el terremoto de la semana pasada no se puede comparar del todo, en cuanto a la magnitud de destrucción y muertes, con el ocurrido en el año 85 ambos son eventos que sacudieron fuertemente a la sociedad mexicana.
Un diferencial importante es el tecnológico. En el terremoto del 85 la única forma de comunicación con la que contábamos los ciudadanos de a pie era la telefonía fija la cual por la naturaleza de la misma no permitía estar comunicados todo el tiempo a todas horas. Prácticamente las personas salían de su casa u oficina y se encontraban incomunicados salvo por los teléfonos públicos.
Hoy, exactamente 32 años después, la diferencia radicó en que contamos con 112.8 millones de líneas móviles (las cuales son personales), de las cuales el 95.8 millones son teléfonos inteligentes y 76 millones de ellos se encuentran conectados a internet móvil con acceso a mensajería instantánea, redes sociales, GPS, entre otras cosas.
Todo lo anterior permitió que la ayuda fluyera de manera más rápida, precisa y eficientemente a diferencia del 85. Hubo casos en los cuales por medio de la mensajería instantánea las personas que estaban atrapadas entre los escombros lograban contactar a sus familiares para ser rescatados o miles de casos en los cuales, por medio de Twitter, Facebook e incluso Instagram se coordinaba la entrega de víveres y la asistencia de voluntarios en los lugares donde más se necesitaba.
Adicionalmente, todos los operadores de telecomunicaciones habilitaron voz, mensajes cortos y datos de manera gratuita para que cualquier persona pudiera tener acceso a los medios antes descritos y evitar que el no contar con internet se volviera una desventaja para algunas personas en estas situaciones.
Claro que no todo ha sido perfecto y nos hemos encontrado con algunos problemas en el camino que hemos ido resolviendo conforme se van presentando, como la información falsa o desactualizada que está circulando también por esos mismos canales. Sin embargo, son muchos más los beneficios que las desventajas que las Telecomunicaciones pueden traer.
Si bien aún debemos de seguir trabajando para levantarnos de esta crisis, las telecomunicaciones, sumándose a los muy importantes medios tradicionales como la radio y la TV, demostraron ser un elemento muy necesario para nuestra sociedad en este tipo de catástrofes ya que no solo habilitan canales adicionales de comunicación, sino que abre la posibilidad tecnológica de brindar herramientas adicionales para el restablecimiento de la sociedad en eventos como este.
Es imperante que, a partir de esta lamentable y dolorosa experiencia, contemos con un plan de acción para fortalecer y reestablecer las redes de telecomunicaciones de manera inmediata, así como minimizar las posibilidades de ausencia de un servicio cuya utilidad trasciende los ámbitos laboral y recreativo, es capaz de salvar vidas, organizar redes de civiles dispuestos a llevar toda la ayuda posible, y, por supuesto, acercarnos a los seres queridos en medio de toda incertidumbre.
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