Samuel Bautista
Desde el año pasado, se ha referido constantemente el futuro de las redes móviles, específicamente de la transición de estas hacia la quinta generación (5G). Esta evolución permitiría mayores velocidades de carga y descarga, así como mejores indicadores de calidad, por ejemplo, la velocidad de transmisión de datos o latencia.
A finales de 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) publicó los requerimientos mínimos acerca de lo que debe significar una red 5G, con lo cual dio un paso importante en la estandarización de lo que constituiría el siguiente paso en las redes móviles. Algunas de estas características consisten en que un solo usuario en una red podrá acceder a un enlace descendente equivalente a 20Gbps, mientras que el enlace ascendente será 10Gbps. Asimismo, de acuerdo con la UIT, una red con estas características soportará a 1 millón de personas por kilómetro cuadrado, mientras que tendrá una latencia de entre 1 y 4 milisegundos, según el escenario de demanda de datos.
Todo ello se traduce en la posibilidad de implementar efectivamente una enorme variedad de soluciones de Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) asociadas a la Inteligencia Artificial (AI) como las que han sido reveladas como tendencia durante la más reciente emisión del Consumer Electronic Show (CES) este año, donde se presentaron automóviles autónomos, soluciones de ciudades inteligentes, electrodomésticos controlados a través de asistentes digitales.
Si bien la tecnología móvil 5G aún no es una realidad al alcance de los consumidores de servicios de telecomunicaciones, se espera que esta redes comiencen a ser desplegadas en mercados como el estadounidense de la mano de AT&T. Por otro lado, en México, a mitad del año 2017, 50% del tráfico de datos se dio en una red 4G. Este indicador era de 33% en 2016.
Tráfico de Datos Por Tipo de Tecnología
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