- Se estima que entre 13 y 15 por ciento de las madres mexicanas sufren este padecimiento
La presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Olga Sánchez Cordero, aseguró que la depresión posparto es un padecimiento que merece toda la atención del Estado Mexicano, ya que se trata de un tema de salud pública, que genera problemas sociales y familiares.
Durante los diálogos parlamentarios “Seguridad social, salud pública y depresión posparto”, la senadora denunció que este problema no suele estar bien diagnosticado y, por ende, está subestimado y desatendido.
Por ello, reiteró que el Estado Mexicano debe tomar acciones de mayor calado, con base en las experiencias de éxito de las diferentes instancias responsables de la materia en el sector salud a nivel nacional.
En México, puntualizó, se estima que entre 13 y 15 por ciento, de las madres sufre de depresión posparto. Además, indicó que, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, 56 por ciento de las mujeres sufren este padecimiento hasta cuatro meses después del parto.
Lamentablemente, agregó, en nuestro país sólo 64 por ciento de las unidades obstétricas tienen cuidados de salud mental, de las cuales, sólo 37 por ciento cuenta con protocolos para la detección y sólo 40 por ciento para la debida atención de la depresión posparto.
En ese sentido, Sánchez Cordero recordó que presentó una iniciativa que tiene por objetivo generar un espacio de orientación para las madres trabajadoras y aseguradas en materia de depresión posparto.
La propuesta busca que se establezca el derecho a recibir atención psicológica en los casos de embarazos de alto riesgo que hubiesen implicado inmovilización y, consecuentemente, niveles de estrés extraordinarios.
“La mujer no controla esta depresión posparto, ella la tiene y no puede saber qué es lo que le está pasando, descuidando, incluso, a sus bebés, sintiendo culpabilidad y estar emocionalmente afectada”, asentó la senadora.
Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud, dijo que la salud mental es poco atendida en México. La depresión posparto, añadió, no suele tratarse correctamente, ya que no suele diagnosticarse, por lo que “hay que hacer todos nuestros esfuerzos, como Estado mexicano, para detectar la sintomatología y otorgar el tratamiento adecuado”.
El director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, Juan Manuel Quijada Gaytán, aseveró que la salud materna es un tema prioritario para el sector salud. La valoración, el acompañamiento y la atención adecuada, indicó, se lograrán con capacitación, sensibilización y trabajo.
Aremis Villalobos, del Instituto Nacional de Salud Pública, pidió fortalecer la educación en materia de depresión posparto, ya que existe una clara falta de conocimiento sobre los síntomas y las posibilidades de tratamiento: “se deben evaluar y desarrollar recursos de resiliencia que permitan a las mujeres manejar mejor las demandas de la maternidad”.
Norma Angélica San José Rodríguez, del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, señaló que la atención psicológica no inicia ni termina con el embarazo, sino que responde a las expectativas de género y supuestos en los que se espera que cada una de ellas atienda acciones específicas para las cuales quizás no estén preparadas.
María Asunción Lara Cantú, del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, subrayó que la depresión posparto es un problema prioritario de salud pública por tres razones: genera un sufrimiento grande a la madre; tiene una alta prevalencia, de aproximadamente un 13 por ciento en México; y por las consecuencias que este trastorno conlleva.