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sábado, 25 de noviembre de 2017


  

Ramón Bravo Uribe, 40 años promoviendo la cultura
Segunda parte
Por Héctor Medina Varalta


Guadalajara, Jalisco, noviembre de 2017. La noción más moderna de enciclopedia de propósito general y de amplia distribución data de la época de Ephraim Chambers y su Cyclopaedia (1728). Luego le sucederían Denis Diderot y los enciclopedistas del siglo XVIII que se inspiraron en la Cyclopaedia de Chambers creando el mayor hito del periodo de la Ilustración del siglo XVIII: la Encyclopédie (1751-1772), compilada por un grupo de escritores y hombres de ciencia franceses.   Estos escritores esperaban forjar un poderoso instrumento para luchar contra el oscurantismo de las autoridades políticas y religiosas. La mayoría de las figuras culturales y científicas de la época colaboraron en esa empresa, destacando D'Alembert, Diderot y Voltaire. En Sumeria, durante el cuarto milenio antes de Cristo, se redactó un glosario temático o por temas como un primer intento de ordenar o catalogar el conocimiento del mundo y 600 años después se registra un intento similar en Ebla siguiendo un orden convencional de signos; estos primeros intentos se denominan listas lexicales.


Cuidando los detalles
A Ramón Bravo, nuestro entrevistado, le gusta mucho la lectura, acostumbra leer las enciclopedias que va a vender, pues si uno no va empapado del producto que vende no lo transmite de la misma manera que haciéndolo superficialmente. El lema de Ramón es: “conocer el producto como si él lo hubiese fabricado”, para poder darle argumentos al posible comprador: las bondades del producto, poderle enumerar las ventajas y beneficios, y entre más información se le suministre al cliente o al prospecto, más posibilidades existen de cerrar una venta; ha habido ocasiones en que el prospecto está reacio a no adquirir su producto, y ha habido ocasiones, que por algún argumento, aparentemente insignificante no se cierra la venta, pues el prospecto no lo ve así, ya que lo considera  importante, y eso es lo que decide una venta.


Gajes del oficio
Definitivamente ha mermado la capacidad de compra de las enciclopedias, pues  vino a desplazar un poco debido a la tecnología actual desplazó un poco la venta de enciclopedias, sin embargo, con todo eso, en la actualidad hay personas que les fascinan los libros, más en el medio en el que me muevo: médicos, enfermeras, odontólogos, entre otras especialidades en el ramo de la medicina. Este sector de la población prefiere comprar una enciclopedia a un libro electrónico, ya que dedicándoles horas de lectura en la computadora, hay un desgaste muy grande de la vista. Dentro de esta profesión también he tenido varias anécdotas; una de ellas, me encontraba haciendo una presentación en casa de una señora, en eso llegó el marido y dijo: “Así que este es el tipo con quien te vas a largar, pues de una vez lárgate y no vuelvas más”. Bastante incómodo ante esa situación, le dije que me dedicaba a promover la lectura, no había dicho más que una palabra cuando gritó: “Usted cállese y si se van a ir, lárguense de una vez, y se encerró en una recámara y ya no salió.

Otra anécdota
En otra ocasión, cambaceando-vender de casa en casa- en Guadalajara, en la colonia Jardines de la Paz, toqué en una casa y salió una mujer muy joven en paños menores, me invitó a pasar y me puse muy nervioso. Entré y estaba haciendo la presentación de las enciclopedias, cuando aparecen otras tres muchachas en igualdad de circunstancias, me rodearon y me estuvieron cabuleando. Por esa experiencia llegué a la conclusión que un grupo de mujeres es más difícil de lidiar que uno de hombres. Afortunadamente regresé y concreté la venta, pero me hicieron sudar “tinta.” En otra ocasión, trabajando en el barrio del Retiro, toqué a una puerta y sale una sirvienta muy amable y le pregunté por el señor o la señora de la casa, voltea y dice: “Profesor, aquí lo buscan”. “Que pase”-se escuchó una voz muy adentro-.
La venta empieza cuando el cliente dice “no”
Al entrar, estaba un señor sentado en el sillón de la sala, era una persona que padecía poliomielitis y no se podía valer por sí mismo. Resulta que se trataba de un maestro de teatro que, en ese tiempo montaba sus obras teatrales en Teatro Alarife Martín Casillas, estuvimos conversando, le mostré mi producto, sin embargo, todo lo que le mostré ya lo tenía. El maestro me hizo pasar a una habitación muy grande, las paredes de ese cuarto estaban llenas de anaqueles, con una inmensa variedad de libros, por ejemplo, una colección de cien libros de literatura, varias Historias de México, Historias Universales, varias enciclopedias de consulta en general. Aun así, seguí la técnica de Grolier, que es la perseverancia y me compró. Hasta la fecha, no sé cómo compró un paquete de enciclopedias, si ya lo tenía. Es, quizá, la única venta donde no he encontrado una respuesta.

Invertir en cultura es un gran beneficio
Adquirir una enciclopedia para el hogar siempre fue sinónimo de preocupación por la cultura. En la actualidad la tecnología nos ha quitado un poco de esa preocupación y de esa necesidad, sin embargo, hay muchas personas que prefieren un buen libro, a cualquier información por otros medios. Invito a los lectores a que lean, adquieran libros, que se cultiven, no porque yo los vendo, hay muchas personas en todos lados que se dedican a lo mismo que yo, mi preocupación es que aprovechen las riquezas que les brindan un buen libro o una buena enciclopedia, eso no tiene precio. En ocasiones, uno se gasta cantidades enormes en otros gustos, que tienen beneficio, más que de momento, es decir, sale uno de vacaciones y se gasta muy buen dinero, pero eso es efímero. En cambio, invertir en cultura para la familia, es la mejor manera de invertir.

Hombres de letras

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viernes, 24 de noviembre de 2017



Ramón Bravo Uribe, 40 años promoviendo la cultura
Primer capítulo
Por Héctor Medina Varalta


Guadalajara, Jalisco, noviembre de 2017. Una enciclopedia (en griego: ἐνκύκλιos παιδεία [enkyklios paideia], ‘círculo de la instrucción; educación redonda’) es una obra de referencia que busca compendiar el conocimiento. La enciclopedia reúne conocimientos casi siempre de forma alfabética o temática con pretensión objetiva y universal, porque si los contuviera de forma especializada y monotemática sería considerada un género distinto de obras: un tratado, y si lo hiciera de forma subjetiva, dispersa, parcial, exploratoria y asistemática sería considerada también otro género distinto: un ensayo. Las enciclopedias han dispensado un importante servicio a la cultura moderna permitiendo hallar en todas las épocas y con facilidad los conocimientos esenciales para cualquier orden de actividad-Wikipedia.



Trabajó en la Estación de carga de los FNM
Ramón Bravo es un hombre alto, corpulento y muy activo, su rostro curtido por el sol a lo largo de 40 años, demuestra la gran tenacidad promoviendo la cultura a lo largo de ese tiempo. Nuestro entrevistado relata que, su primer trabajo fue en la Estación de carga de los Ferrocarriles Nacionales de México, era un grupo de personas que se dedicaban a embarcar que los usuarios enviaban a la zona del Pacífico, encargándose de rellenar las formas de embarque, pesar la mercancía que se iba a documentar y acomodarla en la bodega. Posteriormente, visitaban a los clientes que les llevaban la mercancía y cobrar lo que le correspondía por hacer el movimiento de embarque. El trabajo se terminó debido a que, el jefe de estación se dio cuenta que era un negocio lucrativo y despidió a todos los elementos para poner una cuadrilla de trabajadores del ferrocarril, pero él recogía las cuotas que Ramón bravo y sus compañeros cobraban.

Médicos, enfermeras y maestros, son los quienes más se preparan
En la época actual en la que prácticamente uno encuentra lo que desea en Internet, aun se puede encontrar vendedores de enciclopedias, promoviendo la cultura. Uno de esos hombres es Ramón Bravo Uribe que cultiva la cultura en los Altos de Jalisco. Bravo es un hombre corpulento, alto, cabello entrecano; su rostro curtido por el sol durante 40 años, visita cualquier pueblo, incluso hasta rancherías. Asimismo, visita escuelas, negocios, hospitales, médicos, odontólogos pediatras para dar a conocer sus novedades. Sin duda alguna, Ramón Bravo, es un hombre muy dedicado a su profesión. Lo más probable, es que muchos de sus clientes al leer el Diario de los Altos de Jalisco, en cualquier lugar de los Altos, al verlo lo reconozcan.
Premios y reconocimientos 
La razón por la que le gusta salir de Guadalajara, es porque es más ágil la venta en una población pequeña que en la ciudad, pues el ritmo de vida de las personas impide que se le atienda como es debido, algunas personas ni siquiera lo reciben, ya que andan a las carreras y no quieren saber de nada. Por supuesto, hay personas que lo atiende y le compra, pero en un pueblo, por ejemplo, Jalostotitlán, es otro mundo. Ramón Bravo tiene varios reconocimientos, diplomas, premios, entre otros. Sin duda alguna, muy merecidos.
Dejando huella
Las personas de cualquier población dan un trato muy diferente; lo reciben a uno bien: “pásele, siéntese”, “¿gusta un refresquito?” Me ha tocado muchas veces que hasta comer me invitaban, ya que llegaba a la hora de la comida y me han dicho: “hablamos de negocios después, por el momento siéntese a comer.” Todo eso se me despertó en mí porque tuve la oportunidad de abrir una sucursal en Aguascalientes para una empresa en la que estuvo trabajando donde recluté un buen grupo de vendedores. En un principio vendimos en esa ciudad, después empezamos a visitar poblaciones cercanas y de repente nos extendimos en Encarnación de Díaz, después, por toda la zona de los Altos: Tepatitlán, Jalostotitlán, Lagos de Moreno, San Gabriel, entre otras poblaciones.
En los pueblos, la cultura  tiene mayor aceptación 
En pocas palabras, la cultura es más bienvenida en una población pequeña que en Guadalajara. Por supuesto, estoy hablando de poblaciones en esa época, en la actualidad son ciudades grandes, recibían muy bien nuestro producto, vendíamos muchísimo más que en la ciudad. Tengo la impresión de que las personas que radican en provincia están más preocupadas en preparadas a sus hijos en
el plano profesional. En Guadalajara también se preocupan en la educación de los hijos, pero hay más situaciones que absorben la atención del padre de familia y, muchas veces descuidan cosas muy importantes como la convivencia familiar y el estudio para los hijos.
Anécdota
Poco después, entró a trabajar a una mueblería ubicada en la calle de Industria. Ahí trabajó cuatro años. Posteriormente, lo contrataron para vender libros en Grolliere; ahí lo capacitaron para hacer la labor de venta, en esa compañía aprendió a vender libros. A partir de entonces le tomo mucho amor a los libros; la prueba está que en la actualidad sigue dedicándose a lo mismo. También trabajó en la editorial Time Life aproximadamente tres años. Posteriormente entró a trabajar a otras empresas, que no vendían paquetes como en las anteriores empresas. Desde entonces ha trabajado en varias editoriales. Ramón Bravo ha tenido muchas satisfacciones en su profesión, por ejemplo, el caso del hijo de un mecánico que tenía mucho conocimiento de mecánica, pero quería saber más. El caso fue que primero fue con el papá y este lo envió con el muchacho, este último escogió una enciclopedia, ya que le pareció excelente y los pagos fáciles, no obstante, como era menor de edad, el papá tenía que firmar el pedido. Situación en la que no hubo problema, el joven mecánico firmó y no hubo ningún inconveniente en cuanto al pago, ya que el padre quería que su hijo se hiciera responsable.
Leer es el arte de aprender
En efecto, desde esa vez fueron incontables las veces que le siguió vendiendo libros de mecánica. Esa fue una satisfacción muy grande. Poco después, tuvo otra experiencia similar, en una visita que le hizo a uno de sus clientes, este le dijo: “Te estoy muy agradecido, porque los libros que te he estado comprando a lo largo de los años, le han sido de mucha utilidad a mis hijos.” Ese es un comentario que no se paga con nada”, pues sentir algo muy especial por el bienestar de una persona que se dedica a estudiar, que no se dan muy frecuente ese tipo de situaciones porque la mayoría de los muchachos siempre han rehuido a la responsabilidad del estudio.

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