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El estrés y la falta de descanso: enemigos silenciosos del corazón

 



·        El estrés crónico puede aumentar hasta en 35 % el riesgo de enfermedades cardíacas.

·        Dormir menos de seis horas al día afecta el corazón tanto como la hipertensión o el colesterol elevado.


Ciudad de México, a 06 de noviembre de 2025. — En la vida moderna, el corazón se enfrenta a un enemigo silencioso que pocas veces se menciona, el estrés crónico. A esto se suma otro gran detonante que la mayoría ignora, la falta de descanso. Juntas interminables, pantallas encendidas hasta altas horas y un ritmo de vida acelerado son factores que se han convertido en verdaderos asesinos invisibles del corazón.

 

El Dr. José Alfredo Merino Rajme, cardiólogo intervencionista y referente en salud cardiovascular en México y Latinoamérica, advierte que el cuerpo humano no está diseñado para permanecer en alerta constante. “Cuando vivimos con estrés sostenido, el organismo libera de forma continua hormonas como el cortisol y la adrenalina, que elevan la presión arterial, inflaman los vasos y alteran el metabolismo. Con el tiempo, esto daña directamente el corazón”, explica.

 

Muchas veces nos preocupamos por la dieta o el ejercicio, pero dejamos de lado el descanso y la salud emocional, que son igual de importantes para el corazón”, agrega el Dr. Merino Rajme.



El estrés constante, sumado a hábitos poco saludables, puede convertirse en una mezcla letal. La tensión emocional permanente altera el ritmo cardíaco y eleva la presión arterial. Dormir mal impide que el cuerpo se recupere y agrava los daños. Ambos factores, juntos, tienen un impacto comparable al de fumar o tener colesterol elevado, el resultado, más infartos, más arritmias y más muertes súbitas que pudieron evitarse.

 

El Dr. José Alfredo Merino Rajme enfatiza que cuidar el corazón no empieza con un medicamento, sino con decisiones diarias conscientes y recomienda seguir cinco pasos esenciales: 

El corazón no se enferma de un día para otro, se deteriora con los descuidos diarios. Prevenir es mucho más sencillo, y menos doloroso, que tratar las consecuencias”, afirma el Dr. Merino Rajme.

 

El estrés y la falta de sueño se han normalizado en la sociedad moderna, pero sus efectos son tan dañinos como cualquier enfermedad. Quienes logran equilibrar descanso, alimentación y emociones reducen significativamente el riesgo de infarto, hipertensión y arritmias.

 

Dormir bien, comer mejor y aprender a detenernos a tiempo puede literalmente salvarnos la vida”, concluye él Dr. Merino Rajme.

 

Cada vez más estudios confirman que el estrés sostenido y la privación de sueño no solo afectan la mente, sino que lesionan directamente el corazón. La clave está en reconocerlo, actuar y prevenir antes de que sea demasiado tarde.

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