- Es un tema que se tiene que reflexionar a profundidad; “no podemos ser evasivos”: Eduardo RamĆrez
- Legislar en este tema podrĆa bajar los Ćndices de inseguridad y beneficiar a campesinos, asegura Manuel AƱorve
A fin de reflexionar en los temas pendientes en torno a la amapola y avanzar en su regulación y transición hacia un mercado legal, el presidente de la Junta de Coordinación PolĆtica del Senado, Eduardo RamĆrez Aguilar, y el presidente del Instituto Belisario DomĆnguez, Manuel AƱorve BaƱos, presentaron el libro “Regulación de la amapola: retos y perspectivas”.
Eduardo RamĆrez destacó que el cultivo de amapola impacta en la inseguridad que vive nuestro paĆs y en el tejido social de las comunidades, porque los sembradĆos no se ubican en las cabeceras municipales, sino en los nĆŗcleos de población ejidal.
Recordó que Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Durango padecen “esta actividad ilĆcita”, en la que algunos campesinos son explotados, otros son conscientes de lo que hacen y otros mĆ”s son obligados a cultivarla.
Sin embargo, consideró que es un tema que se tiene que reflexionar a profundidad, para resolver los problemas de fondo que genera y “no podemos ser evasivos”, sobre todo en lo que se refiere al uso medicinal de la planta.
Destacó que existe desabasto de medicamentos derivados de los opioides, como la morfina y oxicodona, y que de las cerca de 500 mil personas que requieren cuidados paliativos contra el dolor, sólo la mitad los recibe y no en la cantidad que los necesita.
A pesar de que se cultivan alrededor de 30 mil hectĆ”reas de amapola en el paĆs, subrayó el legislador, hay un desabasto significativo de medicamentos, derivados de opioides.
RamĆrez Aguilar agregó que MĆ©xico es el tercer productor de amapola ilĆcita en el mundo, sólo despuĆ©s de AfganistĆ”n y Birmania; ademĆ”s de que su producción legal para medicamentos no estĆ” autorizada por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, lo que provoca que toda la amapola que se produce termine en el mercado ilegal.
Por su parte, el presidente del Instituto Belisario DomĆnguez, Manuel AƱorve BaƱos, manifestó la necesidad de regular la amapola para uso medicinal, porque ademĆ”s de “bajar los Ćndices de inseguridad, se podrĆ” beneficiar a los campesinos que se dedican a cultivar esta planta que, tan sólo en Guerrero, dijo, suman 130 mil.
“Por lo lucrativo que resulta el negocio de la heroĆna, se ha desatado una guerra para controlar los campos de siembra de amapola, convirtiendo a los campesinos de la zona prĆ”cticamente en ´esclavos´, quienes se ven obligados a sembrar ilĆcitamente esta planta”.
Recordó que una de las primeras iniciativas que presentó, como legislador, fue la propuesta para regular el cultivo y producción de la amapola para uso medicinal, porque de acuerdo con el reporte de monitoreo de siembra de amapola en MĆ©xico, realizado por la ONU, la siembra en el paĆs se concentra en los estados de Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Nayarit, Jalisco, MichoacĆ”n y Oaxaca.
Detalló que hay avances en el Congreso para regularizar el cannabis, por lo que confió en que a la par se pueda legalizar la amapola, para “dar pasos importantes” en la protección de los campesinos del narcotrĆ”fico y el crimen organizado.
“La misma ONU estima que en MĆ©xico hay mĆ”s de 30 mil hectĆ”reas de tierra cultivable dedicadas a la amapola, lo que lo convierte en el tercer productor a nivel mundial, pero todo lo producido es ilegal”.
Por su parte, Pierre Gaussens, investigador del Colegio de México, afirmó que para avanzar en la regulación se deben dejar de lado las consideraciones morales, para encarar el problema de una manera mÔs pragmÔtica.
Detalló que con la regulación terapĆ©utica se cubrirĆan las necesidades mĆ©dicas, sobre todo de morfina y otros medicamentos derivados, para cuidados paliativos en enfermedades terminales y crónico-degenerativas, a fin de que los pacientes tengan acceso garantizado a los fĆ”rmacos contra el dolor.
Alejandro Mohar Betancourt, investigador del Instituto de Investigaciones BiomĆ©dicas de la UNAM, manifestó la urgencia de crear la “Red de morfina de distribución”, cambiar el concepto de prohibicionismo y proteger a los campesinos, pero reconoció que esto sólo serĆ” posible si se trabaja de manera conjunta: sociedad civil, autoridades de salud y legisladores.
TambiĆ©n destacó que la problemĆ”tica central, desde la perspectiva de la salud pĆŗblica, es que las tres principales enfermedades que producen dolor son el infarto agudo al miocardio, diabetes mellitus y el cĆ”ncer, principales causas de muerte en gran parte del paĆs, a lo que se suma la escasez de morfina.
Aseveró que el prohibicionismo heredado de Estados Unidos ha fracasado, “la guerra contra las drogas ha fracasado y la ilegalización no hace que la gente deje de drogarse”, por lo que insistió en una transición hacia la regularización de ciertas drogas, en este caso, la amapola, en sentido terapĆ©utico y ante la necesidad de garantizar el abasto de morfina para cuidados paliativos.
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