Guadalajara, Jalisco a 18 de marzo 2022. Sin duda, uno de los platillos emblemáticos de México es el pozole pues, no sólo es de los más populares durante las celebraciones familiares, sus aromas y sabores reflejan, como ningún otro, la riqueza y diversidad de la gastronomía mexicana.
De acuerdo con Diana Paola Méndez, cocinera de la Cenaduría de San Martita en Guadalajara, Jalisco, este platillo tiene su origen en la época prehispánica. Los antiguos pobladores mesoamericanos preparaban este caldo a base de granos de maíz cacahuazintle durante los rituales dedicados a sus guerreros.
De hecho, la palabra pozole deriva del náhuatl pozolli que significa “espumoso” y hace referencia a la etapa del proceso de cocción cuando el maíz pierde su cáscara y se abre, lo cual da la apariencia de espuma. Tras la llegada de los europeos, a la preparación de este platillo se añadieron ingredientes del Viejo Mundo tales como: carne de cerdo, orégano y verduras.
A lo largo de los años, la receta original continuó modificándose para adaptarse a los gustos de las diferentes regiones de México. Actualmente, se distinguen tres principales variantes del pozole: verde blanco y rojo. La principal diferencia entre ellos son los elementos que se les agrega para darle a cada uno su color característico.
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