El docente emplea un rol como generador y mediador de conversaciones así como dinámicas para motivar la comunicación entre los jóvenes, explica Experta CETYS
Salones de clases ruidosos, risas, respuestas correctas, compañerismo, trabajo en equipo, dudas resueltas en el momento y manos alzadas para participar, son algunas de las actividades que se pusieron en pausa y fueron temporalmente sustituidas por el silencio que vivieron las aulas tras la migración a la educación a distancia por la pandemia. Tras más de 18 meses, ahora paulatinamente los espacios estudiantiles se llenan de vida con el regreso escalonado a las escuelas.
Acciones como generar una conversación, la resolución de conflictos, laborar en equipo y la escucha activa, son algunas de las habilidades sociales que, en comparación con el desempeño mostrado antes de la educación a distancia para prevenir contagios de COVID-19, se han visto mermadas durante el regreso a las clases de los jóvenes y representan un desafío para los docentes frente a grupo.
La educación a distancia fungió como una herramienta de apoyo ante una situación inédita, que tuvo consecuencias positivas en el desarrollo cognitivo de los estudiantes, ya que se vieron fortalecidas sus capacidades autodidactas y analíticas, al mismo tiempo esta situación está provocando rezago en las habilidades sociales y de interacción de los jóvenes en su regreso a la presencialidad, detalló la Mtra. Diana Romo Herrera, docente e integrante del departamento psicopedagógico de la Preparatoria CETYS Universidad Campus Mexicali.
Al mismo tiempo que los salones de clases se convirtieron en plataformas virtuales y la formación de círculos de amigos además de trabajos en equipo se trasladó a un documento compartido en línea que no implicaba la comunicación cara a cara, como ocurre de manera presencial, se empezaron a generar el miedo y la falta de costumbre a entablar relaciones con otras personas.
La maestra definió como habilidades sociales a las capacidades de entablar, mantener y finalizar una conversación a la que se suman, la seguridad al hablar, la escucha activa, la negociación para la solución de conflictos, la comprensión del otro y el reconocimiento de las emociones.
“Las habilidades sociales son indispensables en el ser humano, principalmente porque somos seres sociales; tenemos la capacidad de adaptarnos, también, es indispensable sobre todo durante el fin de la adolescencia e inicio de la adultez que son momentos claves en el desarrollo de la identidad que definirá al joven en sus siguientes etapas”.
Aunque durante el confinamiento la cercanía con los padres o tutores representó para los adolescentes contar con una red de apoyo cercana en la cual pudieron continuar ejercitando sus habilidades sociales, a pesar del distanciamiento, durante esta etapa de desarrollo es necesaria la convivencia más allá de los dispositivos móviles y la familia.
Frente a este panorama, “el mayor desafío para los docentes consiste en proponer dinámicas adecuadas para volver a romper el hielo en el grupo, así como lograr un acompañamiento activo en la enseñanza de cómo ser seres sociales en un entorno seguro, dentro de la llamada nueva normalidad, propiciando el pensamiento crítico”, concluyó la docente.
El departamento psicopedagógico de la preparatoria CETYS es un espacio dedicado al apoyo psicológico, dirigido tanto a sus estudiantes como a los padres de familia, a quienes se les provee de herramientas y acompañamiento para la formación integral de sus hijos.
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