La respiración es un proceso automático, lo que significa que se lleva a cabo sin ningún esfuerzo consciente de tu parte. Por lo tanto, cuando respirar se convierte en un esfuerzo consciente, de que te falta el aire y tienes que recordarte que debes respirar profundamente, puede ser aterrador.
“La dificultad para respirar es un síntoma que puede estar asociado con muchas afecciones, principalmente cardíacas y pulmonares. Ambos son órganos increíblemente importantes, por lo que nunca es una buena idea ignorar la dificultad para respirar o tratarla a la ligera,”, aseguró la Dra. Zeenat Safdar, neumóloga del Hospital Houston Methodist. Algunas de las causas de dificultad para respirar pueden ser:
• Asma • Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) • Hipertensión pulmonar • Fibrosis pulmonar • Infección del tracto respiratorio, que incluye neumonía, bronquitis, COVID-19. • Afecciones cardíacas, como miocardiopatía, ataque e insuficiencia cardíacos • Obesidad • Ataques de ansiedad o pánico
La dificultad para respirar se siente en el pecho y puede manifestarse como:
• Dificultad para recuperar el aliento • Sentir la necesidad de respirar más rápida o profundamente • Incapacidad de respirar profundamente • Sensación de malhumor o hinchazón
“Es posible que primero notes dificultad para respirar durante la actividad física. Por ejemplo, tal vez ya no puedas seguir el ritmo de alguien con quien caminas o no puedas subir un tramo de escaleras. Anteriormente, podías detenerte y respirar profundamente y seguir adelante, pero eso es más difícil ahora. Y la dificultad para respirar puede progresar con el tiempo, hasta el punto en que la experimentes incluso en reposo,” explicó la experta. Pero no toda la dificultad para respirar se desarrolla lentamente y con el tiempo. A veces, la dificultad para respirar aparece de repente, y tal vez incluso, de forma grave. Cuando la dificultad para respirar es aguda, generalmente se acompaña de otros síntomas, como:
• Fiebre y tos (neumonía) • Picazón, hinchazón o erupción (reacción alérgica) • Sibilancias (asma) • Dolor en el pecho, visión borrosa y aturdimiento (ataque cardíaco) • Dolor en el pecho e hinchazón de las piernas, especialmente después de un viaje largo (embolia pulmonar)
Es importante destacar que, si la falta de aire es de moderada a grave y ocurre repentinamente, especialmente si está acompañada de dolor en el pecho, aturdimiento y cambios en el color de la piel, se convierte en una emergencia médica que amerita una llamada al 911.
Luego está la falta de aire más leve que se experimenta en ocasiones con la actividad física. Si bien esto no es una emergencia médica, tampoco es algo que deba ignorarse.
“Incluso la falta de aire leve puede ser un presagio de una afección más grave. Y si progresa hasta el punto en que hace que modifique tu nivel de actividad, definitivamente es hora de hablar con tu médico sobre tus síntomas”, concluyó la especialista del Hospital Houston Methodist. |
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